La primera crisis de Xiomara Castro: una mirada desde la perspectiva de los derechos humanos y desde la voluntad electoral

congreso nacional de Honduras | 2022

Texto por Verenice Bengtsson
Fotografía por Jorge Cabrera


Honduras tiene presidenta, pero no tiene Congreso Nacional. La crisis se alimenta de los días que transcurren y del vacío institucional que provocan la existencia de dos juntas directivas y la parálisis de los órganos que debieron actuar para resolver esta crisis que si bien es política debió resolverse desde el primer momento de forma jurídica.

Desde la perspectiva de los derechos humanos esta crisis violenta el derecho humano a participar en la dirección de los asuntos públicos, que incluye no solo el derecho de la ciudadanía que votó por quienes hoy son oposición, sino también el derecho de quienes participaron en las elecciones y resultaron electos. La alianza entre el Partido Salvador de Honduras y el Partido Libre, actualmente está coartando y violentando los derechos humanos de estas personas, quienes no pueden ni siquiera ingresar al Congreso Nacional, ejercer la función pública y representar en la toma de decisiones, a quienes les eligieron mediante su voto.

El resultado de unas elecciones auténticas forma parte del núcleo de los gobiernos democráticos y se fundamenta en la voluntad popular. Por ello, las elecciones auténticas son componentes necesarios y fundamentales en un contexto que promueve y protege los derechos humanos.

Por otro lado es de lamentar los actos de coerción, los ataques violentos, físicos y verbales producidos en la calle, en sus propias casas, en redes sociales y medios de comunicación contra diputados y diputadas que no han aceptado el acuerdo haciendo uso de su legítimo y democrático derecho a discernir y disentir. Es necesario no solo exhortar a la presidenta y su círculo más cercano, sino también a simpatizantes y sobre todo a las autoridades competentes a proteger a los afectados desde un enfoque de derechos humanos, y en el caso de Beatriz Valle desde la perspectiva de género. La crisis ya sobrepasa los límites del diálogo y es urgente que los órganos competentes garanticen la protección de los derechos electorales, a la participación política, así como el derecho al honor y a la integridad personal.

Es un acto de soberbia y de manipulación asumir que la voluntad del pueblo es la reflejada por la victoria de la alianza en el Poder Ejecutivo. Según el resultado electoral publicado en La Gaceta, la ciudadanía –de manera sabia– no dio mayoría a ningún partido político en el Poder Legislativo. Los resultados finales incluyen 50 diputados del Partido Libre, 44 del Partido Nacional, 22 del Partido Liberal, 1 del Partido Democracia Cristiana, 1 del Partido Anticorrupción. El Partido Salvador de Honduras al que pertenece el señor Luis Redondo tan solo obtuvo 10 de 128 diputaciones y tiene 0 diputados en 14 de los 18 departamentos de Honduras. Dicho de otra manera, Redondo carece de capital político y representación en casi todo el país.

Por otro lado, de acuerdo a los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral, antes que el diputado Redondo 10 diputados incluyendo personas de su propio partido aparecen con más votos que él en su propio departamento (Cortés). Desde el punto de vista de la decencia, es totalmente antiético que el señor Redondo quiera asumir una posición de liderazgo que no se le otorgó en las urnas.

Con todo, durante los cabildeos para decidir quién asumiría la presidencia, Redondo tampoco fue capaz de movilizar voluntades. El liderazgo en el Congreso Nacional es necesario para poder crear consensos con otras bancadas y legislar.

Según el artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos «La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas». Es deber de la presidenta asumir que su autoridad está por debajo de la voluntad del pueblo y debe gobernar con la participación de otros sectores, le guste o no le guste. Así ha sido decidido por la voluntad popular al no haberle otorgado mayoría absoluta a la alianza en el Congreso Nacional. La voluntad popular está sobre cualquier acuerdo, que se haya firmado entre tan solo dos de los seis partidos políticos que tienen representación auténtica en el Congreso Nacional.

La inteligencia colectiva no le pertenece a un solo sector. Quienes condenamos el golpe de Estado y asumimos una posición en favor del respeto a los derechos humanos, celebramos no solo que Honduras tenga su primera presidenta. también celebramos que la voluntad popular haya revertido el secuestro de la Democracia. Pero también esperamos que la presidenta no se convierta en lo que durante 12 años ha combatido, que devuelva a la ciudadanía la confianza en las instituciones, que como gobernante respete a todos los gobernados y que gobierne construyendo un país transparente e inclusivo.

Está demostrado que la diversidad es siempre más eficaz. Es hora de ver más allá de las simpatías y entender que los valores, la decencia y la inteligencia colectiva capaz de reconstruir a Honduras no le pertenecen a un solo sector de la sociedad.

Sobre
Verenice Bengtsson es abogada hondureña viviendo en Suecia. Actualmente es la coordinadora de Malmöandan, una plataforma creada para fortalecer el diálogo entre políticos locales, funcionarios municipales y actores de la sociedad civil. Es también presidenta de la organización Business and Professional Women Malmö.
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De nacionalidad nicaragüense y hondureña. Fotoperiodista con 20 años de experiencia en coberturas de contenido internacional. “El fotoperiodismo está presente en mi vida desde hace más de dos década y continúa siéndolo día tras día. “
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4 comentarios en “La primera crisis de Xiomara Castro: una mirada desde la perspectiva de los derechos humanos y desde la voluntad electoral”

  1. Me parece muy hacertado esas apreciaciones, con mucha objetividad y profesionalismo, Necesitamos se respete la voluntad popular

  2. No estoy de acuerdo con el texto. Honduras y su pueblo ha sufrido demasiado en los últimos años, gracias a la soberbia voraz de un grupúsculo de “políticos, empresarios y uno que otro de sociedad civil” por las decisiones que a matacaballo se fueron tomando en el primer poder del Estado, dilapidando cada día más la dignidad humana. Y mientras esto podría llegar a su fin, con el triunfo contundente de la presidenta Xiomara Castro, un grupo de diputados “afines al pueblo” por su “discernir y disentir” decidieron ir a pactar mejor con los que nos han mantenido en la miseria y estuvieron la última década cometiendo todo tipo de actos delincuenciales y campeando con la impunidad a su gusto y placer. Por tanto,
    NO GRACIAS. El pueblo ya comió muchas migaja, y por ello, no está dispuesto a “probar” con ese pacto. Saludos hasta Sweden!

    1. Todos los hondureños estamos contentos y satisfechos con el triunfo de Xiomara. Pero tambien debemos ser honestos al aceptar el equilibrio de poder en el CN. Xiomara debe dialogar, no imponer, so así se construye patria. La violencia política sólo es el recurso de los ineptos.

  3. No es cuerto que Redondo no tenga suficiente caudal politico,si solo tuvieron 10 diputsdos eso no refleja la vetdad,las elecciones de diputados fue manipulada,el partido nacionsl de donde saco 44,nadie voto por ellos,Uds a la distancia creen en datos “oficiales”y no conocen nuestra realidad,derechos humanos es los humanos derechos.

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