Las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) siguen dando de qué hablar en medio de la crisis por la pandemia y los comicios generales, ya que siguen expandiéndose por el territorio nacional. Cada vez hay más muestras de rechazo por parte de la ciudadanía, pero el Gobierno sigue promoviendo estas inversiones.
Texto: Lizz Raudales
Fotografías: Martín Cálix
En la aldea Las Tapias de San Marcos de Colón, en el departamento de Choluteca al sur de Honduras se edifica la ZEDE Orquídea. Esta zona agroindustrial especial albergará invernaderos para la producción de chiles y tomates para exportar hacia Estados Unidos. El ingeniero Ricardo Lardizábal, socio de Orquídea y de Agro Alpha —empresa que funcionará dentro de la ZEDE— explicó a Contracorriente que, por ahora, esta será la única empresa que funcionará dentro de la zona especial, ya que más empresas en la ZEDE implica «estar pendiente y vigilando los movimientos de los otros empresarios».
San Marcos de Colón, municipio de Choluteca, es conocido como el «Oasis del Sur». Esta ciudad fronteriza con Nicaragua tiene 18 aldeas y caseríos, además de 41 barrios. Esta ciudad que está ubicada a 192 kilómetros del Distrito Central, tiene como actividades económicas la agricultura, tanto de subsistencia como de comercio, y la ganadería. En 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), declaró al municipio como Reserva del Hombre y la Biósfera, debido a la diversidad biológica, tanto en flora como en fauna.
Esta nueva ZEDE empezó a construirse en enero del año en curso y durante estos ocho meses los más de 350 empleados, tanto de Agro Alpha como de los contratistas nacionales y extranjeros, han construido los invernaderos donde se producirán chiles verdes y tomates, además de la instalación de los sistemas de riego requeridos. Actualmente, se encuentran en construcción las áreas comunes que funcionarán como comedor, los baños para empleadas y empleados y silos para cosecha de agua lluvia.
Lardizábal cuenta que Víctor Wilson Canessa, su socio en este proyecto y gerente general del Grupo Granja Marinas, le dijo: «mirá, “Raca”, compremosle la ZEDE», refiriéndose a un proyecto que inició un ciudadano estadounidense, el abogado Mort Taylor, un amigo de Wilson que no continuó con el proyecto. La respuesta de Ricardo fue sencilla, un «si vos crees que nos funciona, démosle viaje» fue suficiente para que los dos amigos, ahora socios, compraran la ZEDE que ya solo necesitaba materializarse.
El Grupo Granjas Marinas es una empresa que se dedica a la producción y comercialización de camarones blancos del Pacífico en el sur del país y actualmente es dirigida por Víctor Wilson, socio de Lardizábal en la ZEDE. Lardizábal cuenta que por motivos de trabajo coincidieron hace mucho tiempo. Pasado el tiempo, decidieron ser socios en proyectos similares a los que ya habían trabajado antes por separado, y así nace Agro Alpha y la ZEDE Orquídea.
Mort Taylor es un abogado y empresario de la industria del carbón en Alabama, donde tiene plantas generadoras de energía, explica Ricardo al contar cómo obtuvieron la ZEDE. «Cuando estaban con el relajo de la energía aquí, hace dos años o tres años, él pensó en poner plantas de carbón en Santa Bárbara y él hizo la ZEDE para meter esas plantas», comenta Lardizábal. Agregó que el proyecto de Mort Taylor quedó estancado cuando vio que el problema no era poner en marcha la idea, sino la cantidad de personas que esperaban recibir dinero. Wilson y Lardizábal pagaron 200,000 dólares que equivalen a un estimado de 4,8 millones de lempiras, a Taylor por la ZEDE que en algún momento el empresario estadounidense pensó erigir en el país.
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Al momento de buscar tierras, Lardizábal comenta: «Lo que nos salva es que la población es cero y se le compró a un solo dueño», un señor a quien se refiere como «Changel», que es un amigo de su familia. Ricardo tiene más de 25 años dedicándose a la producción de maíz dulce, chile dulce, tomate y otras hortalizas, es por ello que tiene conocimiento del funcionamiento del mercado, tanto el local como el de exportación, pero es Víctor Wilson quien comprende mejor el tema de los regímenes para la creación de zonas especiales, desde las zonas libres conocidas como ZOLI hasta las Zonas Industriales de Procesamiento para Exportación (ZIP). Wilson le dijo a su socio que el proceso de creación de un Régimen de Importación Temporal (RIT) o de cualquier otro régimen especial, va desde los 2 hasta los 4 años, por lo que Lardizábal dijo que no podrían esperar tanto tiempo sus clientes en Estados Unidos, razón por la que decidieron poner en marcha la ZEDE.
El ingeniero dice que el régimen Zede le permite producir más y mejor calidad de hortalizas, debido a que la exoneración de impuestos reduce la cantidad de gastos.
La oposición en el sur
«Para nosotros, ZEDE es ceder, ceder lo que es de nosotros», dice Faustino Manzanares, alcalde del municipio de Alianza en Valle (también el sur de Honduras) a unos 130 kilómetros de la ZEDE Orquídea. El alcalde presidió el cabildo abierto donde después de dos horas de participación ciudadana, se declaró ese municipio «libre de ZEDE». Alianza fue el primer municipio en prometerse para desarrollar una de estas zonas, la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (Koica) tenía interés en desarrollar el primer megaproyecto bajo este régimen.
Incluso en 2014 el alcalde de ese lugar pequeño y usualmente olvidado por los gobiernos centrales, viajó a Corea del Sur para ver en lo que podría convertirse su municipio. Después de seis años, ese sueño nunca se cumplió. Ahora Manzanares le dice a los ciudadanos de su municipio que es consciente de que el pueblo rechaza la ley orgánica de las ZEDE. «Es una amenaza latente, la expropiación en la ley está pero cuando es para bien público, que es para todos nosotros y para mejorar las condiciones de vida de los habitantes», puntualizó el alcalde que busca la reelección en los comicios de noviembre próximo.
Varios municipios del país han realizado cabildos abiertos para declararse territorios libres de ZEDE, además de recolectar firmas para solicitar la abrogación de la ley orgánica.
Según el abogado y defensor de derechos humanos Óscar Hendrix, los cabildos abiertos han sido una reacción en cadena desde que en abril de 2021 «trascendió en las redes sociales y los medios de comunicación la agregación de un área de aproximadamente 300 acres de tierra, denominado Puerto Satuyé, a la ZEDE Próspera», refiriéndose a la que se construye en Roatán y La Ceiba al norte del país. Sin embargo, existen dudas sobre cómo las decisiones tomadas en cabildos abiertos impactan una ley nacional, «como demócrata digo que sí (son vinculantes), pero en Honduras no les importa», aseguró. Por otro lado, Russel Garay, abogado y especialista en políticas públicas, dice que estos cabildos son de carácter consultivo, pero que la corporación municipal es la que tiene la atribución de crear instrumentos normativos locales.
Los primeros pasos de las ZEDE
Junto a Amapala y Nacaome, Alianza había sido elegido para desarrollar la primera ZEDE del país. Según el Gobierno de Juan Orlando Hernández, con la materialización de esta idea, de la mano de Koica, se crearían 100,000 empleos, además del crecimiento de la economía en el sur del país. En aquel entonces se habló de estudios de prefactibilidad y factibilidad para materializar la idea que, según los funcionarios de gobierno, convertirían a la región sur en Singapur.
El plan presentado por Koica al Gobierno de la República pretendía crear en Alianza una zona logística para empresas exportadoras e importadoras, mientras Nacaome tendría un innovador centro de investigación y desarrollo agrícola. El proyecto más grande era el propuesto en Amapala, donde se planificaba construir un megapuerto para la recepción y despacho de mercancías, además de un puente para conectar la isla con tierra firme. Comunicaciones de la embajada de Corea en Honduras indicaban que todo iba viento en popa y se colocaría la primera piedra en diciembre de 2017, pero esto nunca sucedió.
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La vida en estos tres municipios no ha cambiado mucho desde que los inversionistas surcoreanos realizaron los estudios de factibilidad para desarrollar los megaproyectos prometidos. Sus habitantes siempre dependen de las mismas actividades económicas: pesca, agricultura, ganadería y las remesas.
Óscar Ferrufino vive en la aldea La Brea, en Nacaome. Esta comunidad subsiste de la pesca, ya que está ubicada en la Bahía de Chismuyo, una área de manglares donde hay peces, cangrejos, camarones y curiles. Ferrufino comenta que de La Brea, todos los días salen entre 10 y 12 lanchas, dependiendo de la marea, en busca de mariscos que después serán vendidos a intermediarios o a los mismos vecinos de la aldea. El pescador comenta que, en promedio, pesca entre 50 y 60 libras por día: «Otros sacan 100 o 150, los que van más larguito», agrega Ferrufino. Los pescados son vendidos a 18 o 25 lempiras la libra, mientras cada uno de los cangrejos se vende a 6 o 7 lempiras.
«Los canecheros no tenemos apoyo absolutamente de nadie, aquí solo es lo que ganamos. Sería bueno una ayuda, ahí consultando con todos porque somos varios», comenta don Juan Ángel Arias que lleva más de la mitad de su vida atrapando cangrejos para poder subsistir. Al preguntarle si en La Brea saben de las ZEDE, respondió que nadie ha mencionado el tema en la comunidad y solo se enteran por las noticias, razón por la que no quiso opinar al respecto, pero aseguró que cualquier ayuda para los pescadores es bienvenida.
El caso en Amapala es distinto, explica Alan Torrez, habitante de la aldea La Flor y secretario de la junta directiva de Asociación para el Desarrollo de la Península de Zacate Grande, conocida como Adepza, quien comenta que desde 2013 la organización ha estado protestando contra las ZEDE, concientizando a la gente: «Hemos hecho asambleas comunitarias donde le explicamos a la gente qué son las ZEDE, en aquel momento les mostrábamos videos de cómo iba a ser la ZEDE aquí en Amapala, ya que fue uno de los primeros municipios seleccionados para la construcción de la ZEDE aquí», agrega Torrez.
El joven hace mención de un encuentro en Siguatepeque, Comayagua, donde el economista Fernando García comentó que en el sur del país se realizó un estudio de factibilidad, pero no había inversionistas extranjeros interesados en el proyecto. Alan dice que la ZEDE Próspera —que se construye en Roatán— los tomó por sorpresa, ya que, según ellos, la primera se iba a construir en el sur.
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La expropiación es un miedo latente
«Nos ha llevado Judas con eso de que la ZEDE es otro país, que la moneda, que las leyes», comenta entre risas el empresario Ricardo Lardizábal de la Zede Orquídea. Dice que ya tiene suficiente con los estrictos procesos que deben llevarse a cabo en el proyecto, a modo de que sus hortalizas sean aceptadas en el extranjero, desde la refrigeración hasta la manera de empacar los chiles. Por ahora, Lardizábal asegura que no hay interés en expandir esta ZEDE, aunque tienen una vecina que les ofreció venderles tierras, pero la respuesta de los empresarios fue otra: que ella sea parte de la empresa, ya que estudió una carrera orientada a la producción de hortalizas.
En semanas anteriores, varios medios de comunicación dieron a conocer que los socios de la empresa Agro Alpha habrían dado un ultimátum a los pobladores de las aldeas aledañas de Las Tejas y Las Tapias. «Nosotros no vamos a vender, somos 300 personas que somos dueñas de 60 casas que defenderemos nuestra tierra porque nos ha costado, solo muertos nos sacarán de acá», dijo Ignacio Dávila, poblador del lugar, a los medios de comunicación que externaron la denuncia. A esto también se sumó la queja de que Orquídea estaba contratando personal extranjero y no residentes de las aldeas vecinas.
La ZEDE Orquídea difundió un comunicado firmado por Guillermo Peña Panting y Víctor Wilson Canessa, secretario técnico y socio de la ZEDE, respectivamente. En el documento girado, informaron que «el grupo desarrollador de la Zona de Empleo y Desarrollo Económico Orquídea niega categóricamente que haya alguna intención, solicitud, o comunicación de cualquier tipo para despojar o expropiar terrenos o casas de los pobladores de Las Tapias, y tampoco se ha emitido desde la administración de Orquídea alguna notificación oficial o no oficial sobre este tema». Para finalizar, indicaron que en ningún momento se han realizado diligencias legales para desalojar a los pobladores de zonas aledañas o cualquier comunidad de San Marcos de Colón.
Contracorriente contactó a Vilma Ordóñez, regidora de San Marcos de Colón por el Partido Liberal, quien dijo que en este caso el tema de la expropiación no es cierto por ahora, sino que es un miedo latente porque lo menciona uno de los artículos de la Ley Orgánica de las ZEDE. «A ellos no les han ofrecido comprarles las tierras o sacarlos de ahí, se manejó mal la información», comentó la regidora. Agregó que el problema que ella ve, son los beneficios que tienen las ZEDE. Sin embargo, también aclaró que los encargados de Agro Alpha se reunieron con los pobladores de la aldea Las Tapias para aclarar la situación.
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El ingeniero Lardizábal se comunicó con Contracorriente y explicó que él solicitó una reunión con los miembros del patronato de Las Tejas para explicar cuál es el plan de la empresa. «Le solicité a unos de las 55 personas de Las Tejas que trabajan en Agro Alpha una reunión con los del patronato y la gente de la comunidad. Se platicó y explicó lo que hacemos y nuestras intenciones de ayudar a mejorar la zona por lo cual la gente quedó tranquila. Para suerte nuestra en lo que iba saliendo para la reunión de la finca llegaron tres personas de Conadeh que querían hablar con el encargado por la noticia y les dije que mejor me acompañaran a la reunión y también se fueron tranquilos», indicaba el mensaje enviado por el socio de la ZEDE.
Lety Matamoros, habitante del Barrio La Benita, platicó con Contracorriente y comentó que ella y varias personas de tres barrios de las cercanías de Orquídea se reunieron con el ingeniero Lardizábal, quien hizo entrega de un material que habían solicitado para pavimentar la calle. «Él estuvo con nosotros, en ningún momento la empresa va a expropiar terrenos», aseguró Matamoros quien además comentó que hay 30 mujeres de la aldea Las Tapias que trabajan en ZEDE Orquídea, por lo que las mujeres de su barrio pidieron un empleo a Lardizábal y él accedió. Lety finalizó diciendo que no ve razón para cerrar la empresa si está generando empleos.
Para el secretario de la junta directiva de Adepza es muy probable que la ZEDE Orquídea se expanda en el sur del país, ya sea comprando o expropiando tierras, en vista de la expansión que tuvo Próspera, que está en Roatán y abarca el Puerto de Satuyé en La Ceiba, Atlántida. También comentó que en la Isla del Tigre y Zacate Grande, sigue existiendo el rumor de que en esa zona se edificarán dos ZEDE, pues han visto a personas extranjeras y algunos miembros del Gobierno midiendo extensión territorial y marítima en Amapala. «No nos oponemos al desarrollo, lo que queremos es un desarrollo inclusivo, con la participación de todas las comunidades y organizaciones», agregó Torrez.
Exoneraciones de pago de impuestos
En mayo de 2021, el Congreso Nacional interpretó el último párrafo del artículo 6 de la Ley del Impuesto Sobre Ventas para otorgar una tasa cero, con la que las ZEDE estarían exentas de pagar el 15 % de impuesto, ya que se les aplica la ley de zona franca, que incluye exenciones aduaneras, se les excluye de declarar impuestos y no se aplica la Ley de Ingreso de Divisas. Estos beneficios que se le dan a las ZEDE, no se aplican a las empresas nacionales y extranjeras que operan en el país. En la misma sesión se aprobó un proyecto de ley, emitido desde casa de Gobierno a través del oficio 144-2021 de la Ley para la Implementación y Operación de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, y está relacionado con el pago de impuestos al Gobierno de Honduras y las compras a nivel nacional.
«En el sentido que la tasa cero es la única tarifa impositiva que corresponde aplicar al párrafo tercero del artículo 32 de la Ley Orgánica de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), para determinar los tributos correspondientes en la compra o adquisición de insumos, bienes o servicios en el mercado nacional que son incorporados o utilizados en la producción de bienes o servicios exportados por las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), cuando el productor sea el mismo exportador o el bien o servicio sea producido o prestado por un tercero que forme parte esencial de la cadena de valor de los bienes o servicios exportados por las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE)», indica textualmente la iniciativa.
Este medio de comunicación también le consultó a la regidora Ordóñez si los empresarios que dirigen Orquídea han pagado los impuestos municipales, como lo había dicho Guillermo Peña, secretario técnico de la ZEDE, y Ricardo Lardizábal, socio de la misma. Ordóñez respondió que en una reunión, el secretario municipal dio a conocer que la empresa Agro Alpha hizo efectivo el pago de impuestos y permisos de operación por un total de 510,000.00 lempiras (un poco más de 20,000.000 dólares). Lardizábal comenta que está de acuerdo con la exoneración de impuestos que indica la ley de las ZEDE, pero que no puede dejar de estar pagando los impuestos municipales ya que la idea de este proyecto es traer desarrollo al municipio sanmarqueño.
La regidora Ordóñez también expresó que, en lo personal y al igual que los regidores del Partido Libertad y Refundación, ella está en contra de las ZEDE y solicitó que la alcaldía se pronunciara en contra de este tipo de proyectos, pero no fue tomada en cuenta. Agregó que el pueblo sanmarqueño debe ser convocado a un cabildo abierto para decidir el futuro del municipio. Finalizó diciendo que «el trabajo es una bendición, pero el problema son los privilegios que tienen las ZEDE».
Actualmente, ZEDE Orquídea emplea a unas 350 personas, tanto de San Marcos de Colón como de otras zonas del país. Isaías Carranza es originario de Comayagua, pero llegó al proyecto a través de uno de los contratistas encargados de la edificación de los invernaderos y desde enero, cuando inició la ZEDE, trabaja el ensamblaje de la estructura requerida para poner en marcha la zona especial. «No tenemos ningún desacuerdo con ellos (Orquídea)», responde Carranza al consultarle qué opina de la modalidad de trabajo y lo que planifica realizar la empresa Agro Alpha.
Por otro lado, Richard Ordóñez vive en el barrio San José de San Marcos de Colón y comenta que lleva cinco meses trabajando bajo las indicaciones del ingeniero Lardizábal. Ordóñez comenta que la paga en este proyecto es mejor que en cualquier otro trabajo que pudiera tener en los alrededores y que se ha visto una mejoría en algunos negocios del pueblo, ya que se pueden comprar más cosas al percibir un mejor salario.
Pero no todos los comercios del municipio se han visto beneficiados, tal es el caso de un comedor que pertenece a la señora Martha Ondina Alvarado, quien confiesa no saber qué es exactamente una ZEDE, pero sí se da cuenta que es un gran proyecto en el que se producirán chiles de colores. Alvarado asegura que desde que se les permitió operar, después de la cuarentena, su negocio no ha tenido mejoría alguna, a pesar de que la ZEDE Orquídea paga mejores salarios que otras empresas.
Teniendo en cuenta que el Gobierno asevera que los proyectos como las ZEDE traerán beneficios para el país, la duda sobre esto radica en la exoneración de impuestos y los beneficios que tienen estos regímenes. El abogado Russel Garay explica que los proyectos que no pagan impuestos sí pueden beneficiar al país, pero no como se cree: «Los proyectos que no pagan impuestos podrían generar algún tipo de beneficio, por ejemplo, si se necesita una tecnología que no se puede obtener en el país y se logra un acuerdo con una empresa para que instale cierto tipo de maquinaria y después de eso, el Gobierno firma un acuerdo de cierta cantidad de años para acceder a esa tecnología y manejarla».
Garay pone como ejemplo el trabajo con hidrocarburos: «Un posible acuerdo de ese tipo, en el que una empresa ponga la maquinaria y utilice las ganancias que se generen por alguna cantidad de años y que después deje la maquinaria para administración del Estado, podría ser un modelo que beneficie a Honduras», comentó. Sin embargo, las ZEDE no tienen un plazo de caducidad, por lo que no podrían servir una finalidad pública, solo una corporativa.
Mientras tanto, Orquídea, un proyecto de kilómetros de invernaderos para la producción de hortalizas para exportación, promete llevar desarrollo a una ciudad que está a dos horas de los municipios que —según Corea del Sur y el Gobierno de la República— pudieron haber sido el lugar de los más grandes avances tecnológicos y logísticos de la región. En 2014, cuando iniciaban los estudios de prefactibilidad y factibilidad, el sueño era construir un nuevo Busan o Singapur. Ahora, estos municipios que soñaron con desarrollarse, están en proceso de declararse en contra de estas zonas especiales que hace seis años fueron una esperanza.