Por Naama Lopez
Fotografía de portada: Sandra Fiallos Ruiz
En medio de la situación que nos agota como país, hay cosas muy significativas que nos recuerdan que podemos gestar cambios importantes en nuestra sociedad. Rony Castillo Güity lo tiene claro, y no ha dado un paso atrás respecto a esa visión de cambio. De hecho, sus pasos han sido tan fuertes que han logrado marcar la ruta a todo un pueblo garífuna que sigue su liderazgo, su vocería y su pasión por las causas de lucha del pueblo.
Hoy por hoy, nos sumamos a esa alegría de ver a uno de los nuestros rompiendo las barreras académicas convirtiéndose en el primer garífuna hondureño que cursa un segundo doctorado, muy a pesar de las barreras que se nos han impuesto en nuestras comunidades, donde la calidad educativa es tan baja que obligan a nuestra niñez y juventud a dirigir su mirada a migrar como una posible solución y no a verse como potenciales científicos, académicos y gestores de cambio en su país.
Rony Leónidas Castillo Güity nació en la comunidad garífuna de Iriona Viejo, municipio de Iriona, departamento de Colón, Honduras. Su lengua materna es la garífuna. Su madre se encargaba de sostener a toda la familia, por lo que el primer desafío en la educación de Rony fue no poder ingresar al kínder, ya que debía quedarse en casa cuidando de su hermano menor. Sin embargo, a los siete años ingresó al primer grado y durante ese año enfrentó un segundo desafío para su educación (y uno de los que afronta la niñez garífuna en la actualidad): en la escuela Jorge Lino Figueroa, le prohibieron hablar la única lengua que conocía, la garífuna. Fue ahí donde surgió el sueño de que algún día, él sería un alto funcionario y haría las reformas pertinentes para que a todos los niños se le respetara su derecho a la educación en su propia lengua. Cuenta, además, que durante toda la escuela fue descalzo, y que esta contaba con un solo maestro que asistía a los seis grados.
Al terminar la escuela se vino un desafío más: centros de estudio lejos de su alcance. A los doce años, Rony caminaba nueve kilómetros diariamente para poder asistir a sus clases en el Instituto Ramón Rosa, de Tocoa, Colón, y así completar su educación secundaria. En la secundaria contaba con un único par de zapatos y un par de calcetines, pero a pesar de todos los obstáculos logró mantenerse en el cuadro de honor, siendo reconocido como uno de los mejores estudiantes del instituto.
Rony se identifica como un académico y activista Garífuna: «Soy negro e indígena a la vez. Algunos me consideran solo negro, otros como afroindígena, algunos me tratan como afrodescendiente, sin embargo, me autodenomino hijo de Nina y Nati, un Garífuna, nada más. Participo de la diáspora negra y también de la herencia indígena, reivindico una identidad mixta integral, construida socialmente en un “mundo figurado”. Nací en una pequeña comunidad, llamada Iriona Viejo. La comunidad donde nació el rebelde general Francisco Bulnes (mejor conocido como Walumugu), un aliado del general Francisco Morazán en la lucha por la liberación y la unidad Centroamericana».
Como parte de sus convicciones, Rony considera que «es la obligación de un académico indígena o negro de estos tiempos generar procesos de restitución de los conocimientos borrados y eliminados por los instrumentos recolonizantes. Esta convicción surge de las luchas políticas y de su compromiso con esa agenda común, que es principalmente antirracista, anticlasista y antipatriarcado». Por eso, lo que Rony busca es trabajar en apoyo del cambio social liberador y crear las condiciones a través de las cuales la práctica académica pueda contribuir a estos fines.
Ante el emergente debate nacional que se ha suscitado en torno a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), Rony Castillo, durante su activismo por los derechos del pueblo garífuna, ha dejado muy clara su postura a favor del respeto de la soberanía cultural, territorial y alimentaria de los pueblos originarios. Como prueba de ello, la disertación de Rony titulada Iseri Lidawamari: Autonomía territorial y educativa en la comunidad garífuna de Vallecito, Honduras, es un importante estudio de la lucha de la comunidad garífuna por la autonomía territorial y educativa que abarca aproximadamente un período de cuarenta años.
Localizado en Vallecito, municipio de Limón, en el departamento de Colón, el estudio de Rony se subdivide en tres fases. La primera fase aborda un período de veinte años de luchas por los derechos territoriales garífunas bajo el movimiento Iseri Lidawamari, un movimiento para reclamar las «tierras prometidas» de manos de militares y empresarios adinerados con dudosos vínculos con el narcotráfico, quienes invadieron sus tierras bajo el patrocinio de los Gobiernos neoliberales. La segunda fase del estudio se centra en cómo los jóvenes profesionales garífunas asumieron la lucha en la primera década del 2000. Esta fase de la lucha, estuvo enfocada en desarrollar emprendimientos productivos y sustentables para lograr la liberación educativa a través de la creación de una universidad autónoma garífuna en Vallecito. La tercera fase está marcada por la reocupación de Vallecito en 2012, organizada y llevada a cabo principalmente por mujeres dentro de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh), como un movimiento de resistencia contra el «tercer desplazamiento y expulsión de la comunidad garífuna». Estas tres fases contribuyen al importante análisis de esta tesis sobre la orquestación en curso de un movimiento por la autonomía regional en Faya para resistir el despojo y exterminio de la comunidad garífuna de Honduras.
La innovación metodológica y el aporte a las ciencias sociales
Uno de los aportes más importantes de Rony Castillo es la invención de un nuevo método de investigación científica al que ha llamado Círculo de Conversación Garífuna, y la incorporación por primera vez de metodología Garífuna como parte de la construcción y producción de conocimientos. Este enfoque metodológico nace de la memoria histórica de la cosmovisión garífuna y de las propias formas de producción de conocimiento y pensamiento de la comunidad en diálogo con las metodologías descolonizadoras. Esta metodología es relacional, culturalmente apropiada, multidimensional e innovadora. y ofrece no solo un aporte a la comunidad científica, sino que también abre nuevas vías para hacer investigación con comunidades indígenas y negras, y también desafía la forma en que se lleva a cabo la investigación activista tradicional, además posiciona la investigación garífuna en formas que benefician las propias actividades de las organizaciones latinoamericanas. Esta metodología permitió un compromiso más igualitario y relacional con la investigación y la comunidad.
El futuro cercano y el interés de investigación
Rony tiene la certeza de querer regresar al país y retribuir sus conocimientos, capacidad, valentía y construir un auténtico plan de trabajo que le permitan asumir (llegado el momento) la titularidad de la Secretaría de Educación y transformar la educación del país de primer nivel para el beneficio de todos y todas. Además quiere continuar ampliando los hallazgos de su disertación doctoral en documentar el despojo territorial que se ha dado a través de la violencia, el extractivismo turístico fundado por décadas de corrupción y narcotráfico, mayoritariamente en la bahía de Trujillo y Tela, también identificar los principales recursos que disponen las comunidades para enfrentar este tipo de situaciones y crear alternativas locales para no emigrar a otros países. «Mis metas a mediano y largo plazo incluyen avanzar con los otros hallazgos de mi disertación doctoral, la creación de la universidad garífuna, para reforzar la metodología garífuna y desarrollar su propia epistemología como restitución del conocimiento ancestral, es decir, nuestro Sásamu (ciencia en garífuna)», dice Rony.
Definitivamente, la contribución académica de Rony Castillo, basada en el conocimiento garífuna no solo servirá a la población garífuna y los pueblos indígenas de Honduras, sino que también constituye una esperanza y una alternativa para los pueblos de las Américas y el mundo en la reconstrucción de diferentes formas de vida soberana desde sus propios territorios, incluyendo la restitución de los saberes nativos y formas de autogobierno. En otras palabras, esta intervención también genera esperanza educativa, cultural y cívica para los jóvenes y las familias como una oportunidad para seguir una carrera, así como una forma alternativa de producir un Iseri Lidáwamari nombre de su tesis doctoral que en español significa Buen vivir para todos.
El 22 de mayo de 2021, en la Universidad de Texas, en Austin, EE. UU., Rony obtuvo su segundo doctorado multidisciplinario en Estudios Latinoamericanos en tres disciplinas del conocimiento: educación, sociolingüística e indigenidad y negritud. Habla un poco más de cinco lenguas. Además del garífuna (su lengua materna) aprendió a hablar el español, inglés, también tiene manejo del miskito y el portugués. Actualmente es miembro de un prestigioso equipo de Investigadores Internacionales Caribbean Central American Research Council (CCARC), integrado por doctores investigadores de cinco Universidades de los EE. UU., es parte del equipo asesor internacional de la Organización Fraternal Negra Hondureña, Ofraneh. Fue asesor del Despacho de Educación en la Secretaría de Educación de Honduras (2012-2014). Asumió como Director Ejecutivo de la Mancomunidad de Municipios Garífunas de Honduras (Mamugah). Ha sido catedrático universitario. Lideró como coordinador general el Programa de Educación Bilingüe de la Secretaría de Educación de Honduras (Proneeaah), durante este período elaboró y coordinó el único proyecto oficial de escritura de textos en siete lenguas indígenas (más de 167,000 ejemplares oficialmente entregados a los centros educativos del país).
1 comentario en “El primer garífuna hondureño en investigar la autonomía territorial y educativa en la comunidad garífuna de Vallecito”
Compartimos este artículo de Rony Castillo Guity, consideramos que Rony rompe esquemas como ” que el hombre es producto del medio en que vive ” muchos medianamente salimos se la pobreza extrema en el que nuestro pueblo vive, arrastrados por una mala educación y que nos lleva a ser dependientes de la orientación o conducción de poderes egoístas… de hábitos que no contribuyen a nuestra superación..como depender de la TV.. con su fútbol, novelas, vídeos negativos hasta llegar al alcoholismo, la prostitución, vandalismo, criminalismo, y al final un narco criminal apátrida.