Bajo un radiante sol, cuando el reloj marcaba las 12 en punto, y mientras muchos en territorio hondureño celebraban la sentencia contra Tony Hernández, hermano del titular del ejecutivo Juan Orlando Hernández, otro grupo conformado por decenas de migrantes huían, según sus palabras, de la violencia, la falta de oportunidades y la calamidad en la que viven, y lo hacían por puntos ciegos de la frontera hacia Guatemala, caminando en medio de montañas, varios con niños en brazos, con el fin de evitar los controles migratorios en la aduana de Corinto.
Al menos 80 migrantes, la mayoría hombres y mujeres jóvenes, y unas pocas familias con niños, conformaban el último grupo que salió de la Gran Terminal Metropolitana en San Pedro Sula, lograron sortear los retenes que la policía había instalado en la carretera hacia la frontera con Guatemala.
La policía en al menos 3 puntos de la carretera hacia la frontera guatemalteca instaló retenes en la que exigían los documentos a los viajeros, los bajaban de los buses y a los padres incluso les pedían el pasaporte de sus hijos, varios adolescentes que viajaban solos fueron detenidos y se les regresó en un bus,
El Gobierno de Guatemala anunció estado de prevención en 5 departamentos, para evitar el paso de los integrantes de la caravana por ese territorio. El presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei firmó un decreto ejecutivo que ordena que quien no cumpla los requisitos legales ni las medidas sanitarias requeridas por la Covid -19, no podrá ingresar al vecino país.
El estado de prevención autoriza a la Policía y el Ejército, el uso de la fuerza en la frontera con Honduras, y en los departamentos de Izabal, Zacapa, Chiquimula, Petén y El Progreso, para evitar el ingreso de la caravana de migrantes.
Los integrantes de esta nueva caravana, mucho menor en número comparada con la anterior que salió también de San Pedro Sula en enero pasado, siguen manifestando que se ven obligados a abandonar el país, ante la falta de oportunidades, el desempleo, la violencia y el estado de calamidad que se agudizó a raíz del paso devastador de los huracanes Eta y Iota.