Calidonio, el líder hermético y autoritario que busca gobernar cuatro años más a San Pedro Sula

Armando Calidonio, actual alcalde de San Pedro Sula, está concluyendo su segundo periodo consecutivo en el cargo, actualmente impulsa su precandidatura a la alcaldía sampedrana dentro de «Juntos Podemos», movimiento que encabeza Mauricio Oliva, actual presidente del Congreso Nacional y precandidato a la presidencia de la República. San Pedro Sula, 23 de noviembre de 2020.

El nacionalista Armando Calidonio busca gobernar San Pedro Sula por un tercer período consecutivo. Ha declarado que en seis años invirtió más de 7000 millones en infraestructura. Profesionales sampedranos reclaman que debe apartarse del cemento y atender más la reducción de la brecha social.

 

Texto: Allan Bu

Fotografías de Martín Cálix y Deiby Yánes




Armando Calidonio Alvarado se convirtió en las elecciones de 2017 en el primer alcalde reelegido consecutivamente en San Pedro Sula, ciudad ubicada en el norte de Honduras. En las elecciones primarias del 14 de marzo del  año 2021 buscará un tercer período al mando de la comuna sampedrana por la corriente Juntos Podemos, que propone al presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, como el candidato presidencial del Partido Nacional.

Calidonio nació el 19 de agosto de 1969 en Tegucigalpa, Francisco Morazán, pero su primera infancia la pasó en San Pedro Copán, un pintoresco poblado en occidente de Honduras, donde su padre, un coronel del Ejército del mismo nombre, tenía inversiones en la ganadería y caficultura. 

Un poblador nos contó que Calidonio visita a menudo San Pedro Copán. Cuando fue viceministro de seguridad llegaba acompañado de cientos de elementos militares y la Policía Nacional. Hasta helicópteros sobrevolaban el poblado, cuyas calles eran prácticamente cerradas para seguridad del alto funcionario. 

El occidente de Honduras tiene varios puntos fronterizos con Guatemala y fue hogar de importantes bandas narcotraficantes, cuyos jefes ahora están encarcelados en Estados Unidos. El cartel Valle Valle, que lideraban los hermanos Arnulfo y Luis, tenía su base en El Espíritu, Copán, jurisdicción de El Paraíso, Copán, ubicado a unos 180 kilómetros de San Pedro Sula. Esta banda controlaba  puntos ciegos los cuales defendían a sangre y fuego.   

En El Paraíso, Copán, Alexander Ardón fue alcalde entre el 2000 y 2015 por el Partido Nacional, todo ese tiempo también fue un poderoso capo de la droga, quien cobraba a otros carteles por cada kilo que pasaba por su municipio. «Chander», así le decían, era el jefe del Cartel de los AA, que  también tenía influencia en Ocotepeque. Entonces, Calidonio tomaba precauciones. 

Alcalde Armando Calidonio ejerciendo el sufragio en las elecciones primarias de 2021. Foto: Deiby Yánes

Del campo a controlar la seguridad del Estado

 

Tras dejar Copán, estudió en el Instituto Salesiano San Miguel de Tegucigalpa y luego se graduó en 1991 como ingeniero agrónomo en la Escuela Agrícola Panamericana El Zamorano, durante más de 10 años trabajó en empresas relacionadas a la producción agrícola, pero en el 2002 incursionó en la función pública en una área totalmente: fue designado como viceministro de seguridad en el Gobierno de Ricardo Maduro. En ese entonces se trasladó a San Pedro Sula.

La política Cero Tolerancia o guerra contra las maras de aquel Gobierno tuvo tres grandes protagonistas: Ricardo Maduro, Óscar Álvarez y Armando Calidonio. En 1997, Maduro perdió a su hijo Ricardo Ernesto, cuando criminales lo secuestraron en San Pedro Sula, exigieron rescate, pero días después apareció muerto en el sector de Ticamaya, Choloma. Cuando llegó a la presidencia declaró la guerra a la delincuencia.

En el 2003, el Congreso Nacional a iniciativa de Maduro aprobó una reforma del Código Penal, conocida popularmente como ley antimaras, que establecía penas de 20 a 30 años de prisión para la asociación ilícita. Hubo detenciones masivas y se llenaron las cárceles. Dos de ellas tomaron fuego, una en El Porvenir en La Ceiba y la otra en San Pedro Sula. Murieron 176 presos, la mayoría miembros de pandillas. 

La comisionada en condición de retiro, María Luisa Borjas, denunció que cuando fue jefa de asuntos de la Policía Nacional investigó casos de cuatro oficiales involucrados en la narco actividad y asesinatos, «fueron protegidos por Óscar Álvarez y Armando Calidonio, siendo señalados claramente en narcotráfico», señaló Borjas.

En 2015, el narcotraficante Héctor Fernández Rosa, alias «Don H», fue capturado por las autoridades hondureñas y luego extraditado a Estados Unidos donde en 2019 fue condenado a cumplir cadena perpetua. En el juicio de este delincuente, fue mencionado como cómplice del tráfico de drogas en 2005, cuando era viceministro de seguridad. 

Estas acusaciones realizadas en la Fiscalía de Nueva York han sido repetidas en varias ocasiones por ex oficiales de alto rango de la Policía Nacional. Uno de ellos es el excomisionado Henry Osorto Canales, quien en declaración a canal 11 afirmó que antes que Óscar Álvarez y Armando Calidonio tomaron posesión, «aquí se escuchaba poco de narcotráfico, pero ellos les dieron el auge y empezaron a controlar los grupos que se dedicaban a eso para apoyarlos y que les pagaran por cada cargamento de cocaína que circulaba en el territorio nacional», reveló.

En 2018, el exdirector de la Policía Nacional, Ricardo Ramírez Delcid, contra quien pende orden de captura por delito de lavado activos, en declaraciones a Radio Globo tildó al edil sampedrano como «delincuente» y lo retó a que abriera una querella en su contra por difamación. «Tengo las pruebas», dijo el expolicía. En cabina le preguntaron si Calidonio era parte del crimen organizado «sí hombre», se apresuró a contestar.   

Calidonio contestó en entrevista con  El Confidencial.HN,que a la gente le gusta mucho el morbo, que acusen a personalidades de haber cometido actos reñidos con la ley. «Yo camino tranquilo. Son temas desafortunados. Yo creo que toda la gente me conoce, yo estoy desde 2002, es más fácil que lleven a ocho millones de hondureños que a mí». 

El alcalde es una de las figuras más importantes del Partido Nacional, cuyo líder es el presidente de la República, Juan Orlando Hernández, quien ha sido mencionado en la Corte del Distrito Sur de Nueva York en reiteradas ocasiones en juicios de narcotraficantes. También fue declarado culpable, por conspirar para traficar cocaína a Estados Unidos, el hermano del presidente, Juan Antonio Hernández, más conocido como «Tony» quien además era diputado del mismo partido.  

La revista especializada en crimen organizado Insight Crime, menciona en uno de sus reportajes sobre el narcotraficante hondureños Ramón Mata Ballesteros, que en crónicas de los años ochenta, diario Tiempo, diario La Prensa y la periodista Thelma Mejía, encontraron que un grupo de militares que colaboraba con el hampón, entre ellos estaba el coronel Armando Calidonio (QEPD).

 

El único reelegido 

 

Al finalizar el gobierno de Ricardo Maduro, Calidonio estuvo fuera de la actividad política cuatro años, pero regresó a competir por un curul en el Congreso Nacional en las elecciones de noviembre 2009, que se realizaron después del golpe de Estado a Manuel Zelaya Rosales. Resultó ser el diputado más votado de Cortés con más de 140,000 votos. 

Pese a ser elegido como congresista, Calidonio fue llamado para acompañar en la Secretaría de Seguridad a Óscar Álvarez. La vuelta de «Batman y Robin». Así los llamaba la prensa tradicional a estos funcionarios, intentando colocar un aura de superhéroes sobre ellos.  No obstante, en 2011, la tasa de homicidios llegó a 86.5 por cada 100,000 habitantes. San Pedro Sula tuvo durante en 2012 y 2013  el título de la ciudad más violenta del orbe, alcanzando hasta 169 asesinatos por cada 100,000 habitantes.   

En septiembre de 2011, Porfirio Lobo despidió de sus cargos a Álvarez y Calidonio. En octubre de ese año, Calidonio regresó a la curul que había ganado en el Congreso Nacional.

Calidonio llegó a la alcaldía de San Pedro Sula en noviembre de 2013, tras las elecciones más reñidas  y controversiales  en la historia de la ciudad. Apenas aventajó a Guillermo Milla, candidato del Partido Anticorrupción, con 1622 votos. Ambos bandos se declararon ganadores, pero Calidonio terminó imponiéndose entre denuncias de fraude. Los resultados muestran que el actual alcalde sacó 65,495 sufragios y Milla French 63,873 y quedó segundo en el conteo.

«Somos ganadores absolutos de la voluntad del pueblo», había dicho Milla cuando prácticamente las votaciones estaban empatadas y apenas ganaba por poco más de 100 votos. Al finalizar el recuento, Enrique Ortez Sequeira, en aquel momento magistrado del Tribunal Supremo Electoral, afirmó que el conteo «había sido lo más transparente posible». 

En el 2017 también ganó las elecciones municipales. Calidonio pasó menos apuros en estos comicios. La oposición se dividió en tres débiles candidaturas y el actual alcalde y candidato obtuvo el 33 % de los votos, seguido por José Antonio Rivera con el 23 %, Marlon Lara con 20 % y Fátima Mena con el 10 %. 

Mauricio Oliva, el candidato presidencial que apoya Calidonio,  es el actual presidente del Congreso Nacional y aliado incondicional del mandatario Hernández. Dirigió la aprobación del nuevo Código Penal, que rebajó las penas por corrupción y también se ejecutó la salida de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih). Oliva estaba siendo investigado por la entonces Unidad Fiscal Especial Contra la Impunidad y la Corrupción (Ufecic), pero el proceso fue detenido mediante fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Con Juntos Podemos, Calidonio busca sumar 12 años de gobierno en San Pedro Sula. Tiene altísimas posibilidades de conseguirlo, aunque tenga mucha resistencia, como lo expresa el dirigente del Partido  Libertad y Refundación, Wilfredo Flores en cuya opinión «la conducta moral de Calidonio no le permite seguir gobernando la ciudad porque él está vinculado directamente con los grupos del crimen organizado», afirmó.

Autoritario y hermético

 

Una exempleada municipal, quien pidió anonimato, nos contó que Calidonio que tiene una casi perfecta caligrafía y que posee una inclinación enfermiza con la limpieza y el orden. Por eso si el alcalde llega a una oficina y está sucia, habrá un problema.Tampoco le gusta la impuntualidad. No le gusta la crítica. 

Calidonio es un tipo muy hermético. Tiene un círculo de trabajo íntimo en la municipalidad. No pasa de 10 personas. Su secretaria, el conserje, la vicealcaldesa y otros funcionarios claves. «Pocas personas hablan con él», nos cuenta un empleado municipal. 

Aunque dejó el cargo como viceministro de seguridad hace casi 10 años, siempre anda bien custodiado. Hay un grupo élite que se encarga de su seguridad. Se mueve por la ciudad en una caravana de tres camionetas de lujo. 

Una valla publicitaria de la precandidatura de Armando Calidonio a la alcaldía de San Pedro Sula y de Mauricio Oliva a la presidencia del país. San Pedro Sula, 6 de febrero de 2021. Foto: Catherine Calderón.

Es muy reservado con temas familiares y ese hermetismo ha sido trasladado a la municipalidad. Durante su administración las sesiones de corporación, que antes eran abiertas a la prensa, ahora son a puerta cerrada. Contracorriente solicitó a la oficina de Relaciones Públicas una entrevista con Calidonio o un representante de la alcaldía y no recibió ninguna respuesta.

La regidora Fátima Mena refiere que la administración Calidonio no ha sido democrática. «El ejercicio del poder bien vertical. También ha sido muy autoritario con pocos espacios para las voces distintas». Además,  propone que una de las propuestas para una hipotética alianza es que se vuelva a abrir la sesión de corporación. «No puede ser que las sesiones sean a puerta cerrada, desafortunadamente eso pasa por la voluntad de la administración».

A la exdiputada por Cortés le gustaría ver menos hermetismo y autoritarismo en la municipalidad sampedrana, «ojalá hubiese un gobierno más abierto y plural, que practique los valores democráticos, pero eso pasa por un sistema de creencias».

Calidonio es reservado en todos los ámbitos, pues en San Pedro Sula no se le menciona como empresario, pero aparece como socio capitalista de la empresa Refrescos, Colas y Líquidos de Honduras S.A., que fue creada en 2004 con matrícula 36773 en asociación con Claudio Rojas (tesorero de la municipalidad sampedrana), Juan Antonio Carrizales, Norman Antonio Noriega, Giovanny Martínez y Jorge Lezama.  En el Registro Mercantil de la Cámara de Comercio de Industria de San Pedro Sula consta que la finalidad de esta empresa es la importación y exportación de toda clase de bebida. No obstante, se indica que es una empresa en formación. 

El jefe edilicio sampedrano también aparece como socio de Inversiones Jia, que fue creada en 2002, en sociedad con Paula Andrea Yanes Arias con matrícula 48986, pero la sociedad también aparece en estado de formación en el registro mercantil.

 Una gestión más cara

 

Bajo la administración de Armando Calidonio, el presupuesto de la municipalidad sampedrana ha crecido en más del 100 % respecto al último año de su antecesor, el liberal Juan Carlos Zúniga.    

En 2019  el presupuesto municipal fue de 5277 millones.  Para el 2020, disminuyó 4.998 millones de lempiras. La pandemia de COVID-19,  ha provocado una rebaja para el 2021 de 4,294 millones, respecto al año anterior tuvo una reducción de 704 millones. En el 2013, último año de gestión del liberal Juan Carlos Zúñiga, el presupuesto de la alcaldía sampedrana fue de  2,032,705 millones de lempiras. En 8 años, el flujo presupuestario de la Ciudad de los Laureles ha aumentado en un 100 %. 

En enero del 2021, la deuda de la alcaldía municipal alcanzó los 2,870,392,424 millones de lempiras con la banca nacional, esto de acuerdo a lo publicado en el portal de transparencia de la Municipalidad. La mora está repartida así: Banco del País (956,797,474.82 millones), Banco Atlántida (861,797,727.35 millones), Banco Ficohsa  (669,758,161.2 millones), Banco Ficensa (191,359,494.97) y Banco de Occidente (191,359,494.97). 

El crecimiento del presupuesto, tendría que ir de la mano con la rendición de cuentas, pero a juicio del abogado y militante de Libre, Ramón Barrios, en esto la gestión de Calidonio se ha quedado corta: pues realmente no hay una acción fiscalizadora:  «(En los cabildo abiertos) el alcalde dice que se hizo un puente por 85 millones de lempiras, pero usted no puede preguntar ¿cómo se hizo la licitación?, ¿quiénes fueron las personas oferentes?, ¿quién presentó la mejor oferta?, ¿cuáles fueron las condiciones cualitativas y cuantitativas para decidirse por esa oferta?», cuestiona el profesional del derecho. 

Sin embargo, Fátima Mena dijo a Contracorriente que desde su función como regidora ella no ha detectado indicios de mal manejo de fondos: «hasta este momento nosotros hemos dado seguimiento al presupuesto y, en lo que yo he tenido acceso, no he identificado alguna irregularidad». 

La corrupción en la municipalidad sampedrana ha sido una cosa común. En 2008, el excalde nacionalista Óscar Kilgore (2002-06) fue encontrado responsable de los delitos de abuso de autoridad y malversación de caudales públicos. Fue capturado, pero después el caso fue enmarañado y quedó en libertad. En 2015 fue nuevamente acusado, no pudo justificar un capital de 8,9 millones de lempiras. Fue enviado a prisión hasta que en 2018 el nacionalista fue absuelto. 

También el alcalde liberal Rodolfo Padilla Sunseri fue acusado por abuso de autoridad en 2015. Tuvo que pagar una millonaria suma para recibir casa por cárcel, pero en 2017 la medida fue revocada y se ordenó que fuera a prisión. Desde entonces, el exedil permanece prófugo de la justicia. 

Calidonio ha impulsado un Plan Maestro de de Desarrollo Urbano. Con este, según informe de gestión en 2017, pretende convertir a San Pedro Sula, entre otras cosas, en una ciudad equitativa, sostenible, saludable e inteligente. A San Pedro Sula, el alcalde Calidonio le ha colocado el mote de Smart City. Los seguidores del alcalde la llaman así con cierto orgullo y la oposición lo dice con ironía. El alcalde sampedrano ha mandado a cambiar decenas de semáforos, que también son puntos de internet wifi gratis, al igual que el parque central.

Las acciones sugieren que la administración actual se ha enfocado en el primer componente, pues en el medio ambiente se ha hecho caso omiso a los reclamos sobre la puesta en marcha del proyecto habitacional Ciudad Jaraguá, que se construye en las faldas de la montaña del Merendón, el gran pulmón de San Pedro Sula. 

Diario La Prensa recoge en una nota que Calidonio destacó que se desarrollen en la ciudad de San Pedro Sula proyectos de esta índole. A Jaraguá sus dueños la definen como un proyecto eco amigable, pero las fotos que circulan en la web contradicen esta posición. En el informe de su primera gestión en 2017, Calidonio presume que en El Merendón se reforestaron 949 manzanas con la siembra de 380,000 plantas. Esto es otra contraposición al ataque sufrido por la montaña de El Merendón. 

El sociólogo sampedrano Carlos Pineda analiza que San Pedro Sula tuvo un cambio estético casi inmediato en los primeros dos años de gobierno, pero piensa que ese impulso emotivo después de ese tiempo se comenzó a desvanecer. 

Apunta que estas obras han tenido un alto costo para los contribuyentes, que se ha reflejado en el aumento de la tasa municipal que se cobra en matrícula vehicular. «Esto significa que las arcas municipales han estado llenas para realizar obras físicas que sirven a los políticos tradicionales para asegurarse buena imagen con fines reeleccionistas». 

Pineda piensa que la gran inversión realizada se ha centrado la zona más visible de la ciudad, «fuera de los bulevares, en los barrios y colonias,  muestran una condición decadente y de abandono: parques descuidados y sin iluminación, comunidades cada vez más expuestas al desorden o irrespeto de las normas de tránsito vehicular», manifestó.

También menciona que la corporación que dirige Calidonio ha cerrado los espacios de participación ciudadana en la búsqueda de solución de problemas. «Parece que la otra parte de la ciudad que no aparece en los diarios y la televisión tiene un retroceso de 10 años», concluyó el sociólogo. 

Infraestructura vs. persona

 

Mediante un mensaje en sus redes sociales, Armando Calidonio comunicó al pueblo sampedrano que en el período 2014-2020, se invirtieron 7951 millones de lempiras en obras públicas de infraestructura. De esos fondos, 6089 millones eran fondos municipales y 1175 de Alianza Pública Privada Siglo 21, de la que son socios William Hall Micheletti, Yankel Rosenthal y Juan Sabillón. El Gobierno central ha invertido en la Ciudad de los Laureles 686.4 millones. 

Siglo 21 es una alianza pública privada que fue aprobada en el último año que Juan Orlando Hernández estuvo como presidente del Congreso Nacional. «Modernizaremos San Pedro Sula», dijo el mandatario en la presentación del proyecto donde explicó que las 24 obras que contempla el convenio le costarían al contribuyente 1815 millones de lempiras.

Al hablar de una evaluación del Gobierno de Calidonio, la regidora y abogada sampedrana Fátima Mena reconoce extremos positivos, como el establecimiento de un plan maestro de desarrollo, pues afirma que San Pedro Sula tenía mucho tiempo sin planificar y estaba creciendo de forma desordenada. También reconoce que en materia de salud se ha llevado atención primaria a barrio Las Palmas y el sector Rivera Hernández. Recuerda que se habilitó para atención de pacientes con COVID-19, una unidad estabilizadora en el Gimnasio Municipal.   

San Pedro Sula ha sido el epicentro de la pandemia desde su comienzo. Cortés tiene el 31 % de las muertes confirmadas por  COVID-19, que al momento de escribir esta nota sumaban 4 301. El Gobierno ha confirmado 175,442 contagios.

No obstante, Mena reclama que en San Pedro Sula, antes de seguir invirtiendo en infraestructura,o que San Pedro Sula se debe apostar a cerrar esas brechas de inequidad y mejorar el desarrollo humano, especialmente el de aquellas personas que viven en contextos de vulnerabilidad. «Hemos visto que muchas intenciones están orientadas a atender lujos más que necesidades básicas», dice la regidora. 

Es que la Ciudad del Adelantado, pese a que es el motor económico del país, no es ajeno a los problemas endémicos de Honduras: La pobreza, la violencia y la corrupción. 

Entre el 2012 y 2013, San Pedro Sula estuvo catalogada como la ciudad más violenta del mundo, y aunque las cifras han bajado, el hampa mantiene bajo su yugo a populosos sectores como Chamelecón y Rivera Hernández, que siguen inmersos en cruentas batallas entre maras por territorios para extorsión o distribuir droga.  La Policía Nacional publicó en su informe que en el año 2020, donde hubo meses de férreo confinamiento por la pandemia, en San Pedro Sula murieron de forma violenta 330 ciudadanos.

La ciudad urge también de reubicar aproximadamente 110,000 personas que residen en 20 bordos de la ciudad. Ellos y ellas representan el 10 % de la población sampedrana. No tienen servicios básicos y forman parte del 61 % de habitantes hondureños que viven en pobreza. Este tema ha sido invisibilizado en los ocho años de Gobierno de Armando Calidonio. 

En diciembre de 2020, policías municipales intentaron realizar un desalojo violento de negocios de lavandería de carros que se ubican en el bordo del río Blanco, pero los trabajadores se enfrentaron a la autoridad. Resultó muerto de un balazo José Rafael Flores (36 años) y hubo cuatro heridos. 

Calidonio afirmó que la muerte de este ciudadano «no iba a quedar impune». Lamentó el deceso y brindó condolencias a los familiares. También dijo que había un delito denunciado y se actuó «en base a ley, lamento que el Ministerio Público no nos haya acompañado». 

Ramón Barrios, un abogado militante de Libre, nos observa que en los dos períodos del actual alcalde se ha dedicado esencialmente a la infraestructura, pero es inversión ha sido en el área más urbana de la ciudad, pero «el 60 % de la ciudad de San Pedro Sula está localizado en el área no urbana(Cofradía, Chamelecón, Rivera Hernández), que es un sector que la gente de afuera no ve. Ese San Pedro Sula (periferia) es completamente diferente a la urbana donde se ha hecho obra en los últimos ocho años». 

El ciudadano Antonio Ramos opina algo parecido sobre la administración de Calidonio. Piensa que  tiene el favor de muchos porque los alcaldes anteriores hicieron muy poco y que con unos cuantos puentes a desnivel pareciera que ha hecho mucho más: «quizá ha sido más proactivo que sus antecesores», manifestó.

«Durante los huracanes dejó en evidencia la poca reacción porque hasta el día de hoy, cuatro meses después, mucha gente sigue sufriendo, colonias que siguen sin habitar y eso habla mucho de un líder que pretende continuar», manifestó Ramos. 

Durante las emergencias provocadas por las tormentas tropicales Eta y Iota, en los sectores afectados como Chamelecón y la Rivera Hernández se reclamó la oportuna ayuda de la autoridad municipal, que tuvo una reacción tardía. Como se puede comprobar en las redes del edil, siguen publicando fotos sobre limpieza de calle y casas cuatro meses después de la catástrofe.  

Por eso recostada en una de las bases del puente área de Chamelecón, Xiomara, una jovencita de 19, le dijo a Contracorriente que se sentían olvidados por el Gobierno central y también por el municipal. 

Una anciana damnificada descansa en un colchón dentro de un refugio construido con plásticos y trozos de madera en los bajos del puente frente al sector Chamelecón. San Pedro Sula, 21 de noviembre de 2020.
Una anciana damnificada descansa en un colchón dentro de un refugio construido con plásticos y trozos de madera en los bajos del puente frente al sector Chamelecón. San Pedro Sula, 21 de noviembre de 2020. Foto: Martín Cálix.

Calidonio, como los alcaldes anteriores, no ha podido controlar la proliferación de vendedores en las céntricas calles sampedranas. Unas ya se volvieron intransitables incluso para los peatones.  En 2007, la administración de Rodolfo Padilla Sunseri reubicó a los vendedores, pero ahora nuevamente está totalmente copada. No hay un censo preciso, pero la cifra rondaría de 10,000 a 15,000 vendedores informales. 

«Hay que atender una agenda que esté más enfocada en el ser humano, en cerrar las brechas de desigualdad que imperan en la ciudad», nos dice la abogada Fátima Mena, que también pide un ejercicio del Gobierno municipal más demócrático.

San Pedro Sula produce hasta el 45 % del Producto Interno Bruto del país, es la ciudad más rica de Honduras, pero tiene un gran síndrome de desigualdad. Siempre se ha dicho que la división que hace la línea férrea del extinto tren, no solo es una limitación física, también lo es el plano económico. Divide a los pobres de los ricos. Calidonio, de raíces copanecas, que busca un tercer período como alcalde sampedrano ha hecho muy poco por tumbar la barreras de la inequidad. 

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