2020 entre la pandemia, huracanes y migración: año de supervivencia para las personas LGTBIQ+

Por Javier Carrington

El año pasado inicié mi organización Iguales, con todo en contra. La pandemia, dos huracanes y la crisis humanitaria que hace años azota mi país, hicieron que en Iguales nos enfocáramos en asistir a quienes más lo necesitaban. Pero allí, cuando visitamos albergues después del paso de Eta y Iota, en medio de todas las víctimas de esta crisis escuchamos y vimos discriminación en contra de las personas LGBTIQ+.

Fue triste encontrarnos con un escenario en el que las personas de la diversidad sexual siempre fueron las últimas en ser alimentadas, las últimas en recibir un colchón para poder recostarse, y los objetivos de burlas y agresiones verbales dentro de los refugios.

Recolectamos alimentos y ropa, que son las necesidades básicas en estas situaciones. Ha sido un inicio duro como organización, pero nuestro objetivo es seguirnos empoderando, cuidarnos y solidarizarnos con quienes están más vulnerables y demostrar que cuando nos juntamos y organizamos podemos acompañarnos como comunidad.

Estamos más que claros que la crisis sanitaria y el tema ambiental nos afectó como país, pero dentro de estas situaciones tan complejas existieron unos más afectados que otros. Yo imagino: estar en medio de una pandemia, dos huracanes afectan la zona donde vivo, me quedo a la intemperie y luego accedo a un refugio y resulta que en ese lugar me toca ser discriminado por mi sexualidad ¿No les parece terrible? 

Como representante de Iguales, y junto con el grupo de voluntarios —incluyendo la colaboración del Colectivo Unidad Color Rosa— , realizamos la gestión hasta donde pudimos, ya que somos una asociación que recién inicia y el factor económico es un problema porque contamos con muy pocos recursos: tenemos una oficina prestada de manera provisional y no tenemos un cooperante que nos respalde de manera monetaria. Pero cuidar de los nuestros es un deber porque si no lo hacemos nosotros quién lo hará. Sí, suena cliché, sin embargo es una realidad que toca enfrentar.

Para nadie es un secreto que el año 2020 fue un año duro para toda la población hondureña. Una pandemia que arrebató sueños a emprendedores, que dejó sin trabajo a muchas personas, que limitó iniciativas y censuró todo tipo de deseos personales a una gran parte de la gente, cosas que como dicen «se escapan de nuestras manos».

Era de esperarse que con toda la problemática sanitaria, ambiental y económica que atraviesa la población hondureña, la primera caravana migrante del 2021 fuera enorme. A esta caravana  también se sumaron, aproximadamente, 300 personas de la diversidad sexual y también lamento decir que durante el camino también fueron objeto de burlas, rechazos y maltratos. 

La necesidad es evidente y la gente quiere huir para sobrevivir, migrar es un derecho humano. En el caso de los miembros de la comunidad LGBTIQ+ huyen también porque han sido víctimas permanentes de violencia y discriminación en sus comunidades y en su entorno laboral. Los índices de desempleo cada día van en aumento y pareciera que no hay esperanzas de que la situación mejore. 

En medio de todo el sufrimiento que atraviesa el país, siempre hay espacio para la discriminación, y es que las personas sexualmente diversas no somos tratadas con igualdad, somos violentadas y segregadas. Estamos más que claros que necesitamos de manera urgente jornadas de sensibilización, educación laica e integral, proyectos que tengan que ver con la inclusión en los espacios políticos, educativos y sociales de la personas que somos de la diversidad sexual, además programas de prevención en medios de comunicación que incluyan el tema de discriminación.

Este es un tema al que también debemos darle prioridad porque necesitamos el beneficio de asegurar nuestros derechos humanos. Yo solo invito a que paremos un poco y que nos detengamos a pensar que en estas crisis siempre hay unos más sumergidos que otros, por eso cada día la comunidad LGBTIQ+ sigue luchando y generando proyectos en pro de los derechos humanos y de la diversidad sexual. 

Sobre
Javier Carrington, San Pedro Sula, 15 de diciembre de 1992. Psicólogo, locutor y gay. Fundador de la Asociación Iguales.
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