De artistas a estrellas

Dicen que la juventud es la etapa más bonita, es el tiempo del primer beso, del primer viaje, de salir con amigos, hacer las travesuras del colegio, hacer chistes, hacer el ridículo, experimentar la vida. También es un momento muy decisivo porque es cuando nos encontramos a nosotros mismos, algunos se encuentran a sí mismos en el estudio, otros con su familia y otros nos encontramos gracias al arte. Kelvin Enamorado, Susan Dubon, y Alberto Pineda quisimos encontrarnos en este texto para hablar de Allan Sosa, amigo, soñador, artista que nos arrebató la violencia. 

¿Qué pasa en un país donde los jóvenes son asesinados?, tal vez se van antes de encontrarse a sí mismos. Allan estaba en ese proceso justo cuando lo asesinaron. Todos sus conocidos lo definimos como un joven talentoso que ayudaba a otros jóvenes con sus dones, a pesar de tener muchas necesidades. Así lo recordaremos y así queremos que la sociedad entera lo recuerde y no solo como un número más. 

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Soy Alberto Pineda y les voy a contar cómo conocí a Allan:

Allan Sosa fue un joven artista multidisciplinario, líder comunitario, un soñador y un amigo. Tuve el gusto de conocer a Allan, en un viaje que realizamos a Medellín, Colombia, con otras y otros jóvenes de distintos municipios de Honduras. En este viaje conocí a muchas personas y muchas historias que aún llevo conmigo. La de nuestro amigo Allan me llamó mucho la atención, pues era alguien a quien no conocía en ese momento y a simple vista mi percepción era que se trataba de una persona muy distinta al resto y que quizá no lograríamos construir una relación como la que tenía ya con otros amigos. 

La primera tarde noche y parte del día siguiente la pasamos en Tegucigalpa, ya que desde allí partiríamos hacia Colombia, hablamos un poco y me dijo que era zanquero, hacía malabares, que podía andar en monociclo y que también bailaba breaking, esto último obviamente me llamó más la atención, ya que yo también bailo breaking, y todo se volvió más interesante y quise saber qué más hacía y cómo lo hacía. 

Recuerdo que cuando llegamos a Colombia visitamos la casa de la cultura de Bello, Medellín. Conocimos a muchos artistas: bailarines, pintoras, bandas sinfónicas, un grupo de violinistas conformado por mujeres, grupos de teatro, zanqueros y un hombre que hacía retratos con sus pies. Uno de los zanqueros andaba un par de zancos canguros o saltarines, y Allan estaba emocionado mirándolo y comentando sobre aquellos zancos, ya que nunca había visto unos de ese tipo. El chico que andaba los zancos le preguntó si los quería probar y Allan no dudó en subirse a ellos. Los disfrutó al máximo, tanto que era hora de irnos de ese lugar y Allan seguía subido brincando por todo el lugar. Esto causó mucha emoción en nuestros amigos colombianos al ver su alegría mientras los usaba.

Un día visitamos una de las bibliotecas de Bello, y allí le llevaron un par de zancos a Allan como obsequio. Aún tengo presente su rostro lleno de alegría, se le rodaron las lágrimas de pura felicidad. Esto me conmovió y me hizo pensar rápidamente en el primer día que llegamos a Colombia y nos tocó presentarnos. Allan dijo su nombre, las disciplinas artísticas que realizaba y que esperaba aprender mucho de ellos, pero que también esperaba que ellos aprendieran de él. Era un buen líder y a pesar de su edad era alguien con mucho potencial.

En poco tiempo ya había muchas anécdotas con Allan, era gracioso, hiperactivo y tenía muchas ansias de aprender. Bailamos juntos un par de veces en Colombia y en Comayagua, compartimos momentos que han marcado mi vida de manera positiva.

El 10 de septiembre, me llamaron para informarme sobre la muerte de Allan, que lo asesinaron la noche del miércoles 9 de septiembre. No supe cómo reaccionar pues todos estos recuerdos con él se me vinieron a la mente. Ni siquiera pudimos ir a su velorio porque podía ser riesgoso. 

Sentí tanta impotencia por no poder manifestar mis condolencias a su familia y amigos y no poder darle la última despedida. Me da rabia el simple hecho de ser joven en este país, en nuestra sociedad, en nuestra comunidad, en nuestro barrio. Me enfurece tanto que una vez más la violencia nos quita un joven, nos quita un líder, nos quita un amigo, nos quita otro ser humano.

Me hace pensar en que quizá no estamos haciendo bien las cosas. No estamos trabajando como se debe para parar todo esto. Para las autoridades él pasó a ser una cifra más, un indicador más, una noticia más. Para nosotros sus amigos y amigas, hermanas y hermanos, familiares, conocidos y compañeros, Allan será siempre un joven artista multidisciplinario, líder comunitario, un soñador y un amigo.

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Soy Susan Dubón, así recuerdo a Allan:

El dolor que ha dejado en quienes lo conocimos es profundo, pensamos todo lo que pudo ser de su vida si tan solo existieran más oportunidades y si esta sociedad y las instituciones del Estado no rechazaran nuestras formas de pronunciarnos ante la exigencia de derechos para seguir haciendo arte.

Con Allan nos acompañamos en procesos institucionales de arte, lo cual fue claudicando poco a poco debido al prejuicio que impera en Choloma, una ciudad estigmatizada por la violencia, ubicada al norte de Honduras. Después de tantos años de poner el pecho para la juventud creyendo en la institucionalidad, tuvimos que salir de allí (o más bien nos sacaron) e intentar hacer nuestras vidas con las herramientas que nos encontrábamos en el camino, nuestra consigna era «El arte salva vidas», y en realidad, cuando estábamos activos y activas las cosas eran diferentes. 

Me llena de rabia e impotencia saber que este gobierno no brinda las oportunidades a las y los jóvenes para que podamos avanzar en nuestras vidas y tener acceso a educación de calidad, a un trabajo para mantener nuestra economía estable y sobre todo la oportunidad de poder decir y proponer nuestros proyectos, nacidos de ideas que parten de realidades crudas que se viven en las comunidades invadidas de violencia. 

Recuerdo que Allan siempre tenía una voz para motivar y con su presencia en el grupo artístico las cosas se animaban cuando estábamos en circunstancias de caída del grupo. Llevaba la voz cantante y era multidisciplinario, él usaba sus zancos al mismo tiempo que percutía el tamborín para acompañar la comparsa que llegaba a alegrar la comunidad donde íbamos a presentarnos. Allan reflejaba alegría, la transmitía cuando llegaban niños y niñas a ver los zancos hacer su show, eso nadie se lo quitara, toda la felicidad que brindó a las y los demás con su característica simpatía. 

Su hermano Jefry fue asesinado dos meses antes que él, es inimaginable el dolor de su madre y sus hermanas. Para nosotros sus amigos resulta insoportable la idea de que se hayan ido siendo jóvenes que no solo trataron de seguir adelante, sino que también se esforzaron para reducir la violencia en la zona, irónicamente su partida fue de la manera más violenta.

Ahora Allan es una estrella que sigue brillando en nuestros corazones, y por siempre su influencia vivirá y su entusiasmo encenderá nuestra fuerza para seguir en los caminos de reivindicar el arte para la comunidad.

Son demasiados recuerdos compartidos y estas palabras son para recordar la vida de Allan, como amigos y como artistas también daremos homenaje haciendo arte, que fue lo que unió nuestras vidas.

Sobre
Nacido el 18 de agosto de 1990 en departamento de Colón, vive en el sector Chamelecón de San Pedro Sula desde el 2008. Actualmente estudia Pedagogía en la UNAH VS, es gestor cultural y artista multidisciplinario (músico, rapero, graffitero y bailarín de danza Hiphop)
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2 comentarios en “De artistas a estrellas”

  1. Ana Iris Mercado

    Es gratificante leer los pensamientos de amigos por sus amigos es bueno saber que hay personas que realmente creen en otras personas y que te recuerden asi de bonito después de haber partido de este mundo. Peto también es triste y da rabia saber que le arrebaten la vida a jóvenes . Y sobre todo aquellos que luchan por un mundo mejor que tienen convicciones y creen en si mismos y en los demás. No lo conoci pero si es amigo de kelvin y Susan me imagino fue una gran persona. Admiro a ustedes jóvenes que tienen sus ideales muy claros y que luchan Por ellos no se dejen caer.Son la voz de muchos que vienen tras de ustedes. Soy una persona mayor pero me encanta lo que hacen los felicito por ello .

  2. Josseline Hernandez

    Se me hizo chiquito el corazón al leer este escrito, nada define mejor lo que fue Allan que esto, es increíblemente dolorosa la forma en que le arrebataron la vida y sus sueños. Era alguien especial, alguien que donde fuera y con quien fuera le sacaba una sonrisa. Sin duda fue, es y será una gran estrella ✨
    Gracias amigos por dedicar estas palabras a nuestro amigo y compañero??❤️

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