Me gusta mucho el nuevo video de Residente, «Antes que el mundo se acabe», porque allí quedó plasmado el beso de mi hermano Roy Barahona y su esposa Emma Pastrana, dos atletas hondureños por quienes siento mucho orgullo. En el video podemos apreciar una cadena de besos de muchas parejas, como la de Leo Messi y su esposa Antonella, entre otras. Y justo en el tiempo 7 min 6 s aparecen Emma y Roy. Debo agregar que también los respeto y admiro por el amor que han creado y por todos los logros que han cosechado.
Recuerdo que se conocieron gracias a la natación, pues desde niños incursionaron en el deporte. Tienen una historia de compañeros y rivales. El entrenamiento para un atleta requiere de mucha disciplina y empeño, varias horas de práctica y de ejercicio para alcanzar óptimos niveles y poder participar en competencias nacionales e internacionales. Se requiere de mucha perseverancia, apoyo familiar, y el deseo profundo de ser campeón. Emma y Roy se encontraron en varias competencias internacionales. Mientras compartían viajes y espacios juntos, se apoyaban el uno al otro. Aprendieron a cultivar una bonita amistad.
Con el paso del tiempo, Roy Felipe, logró participar en los juegos Olímpicos de Atenas en el año 2004, y ser finalista en los Juegos Panamericanos en 2003 y 2007. Todos estos logros en la natación hicieron que él pudiera estudiar, a través de una beca, en San Juan, Puerto Rico. Allí vivió casi más de diez años y logró destacarse como el mejor de la universidad por cuatro años consecutivos. Esto, entre otros logros, lo enlazaron con Residente.
Mientras tanto, Emma se convertía en la primera medallista hondureña en los Juegos Centroamericanos, que participaba en la modalidad de aguas abiertas. Además, la primera hondureña que clasificaba —siempre en la modalidad de aguas abiertas—, en los Juegos Panamericanos. Esos solo son algunos de sus logros, ya que juntos suman más de quinientas medallas obtenidas en diferentes competencias. Siempre continúan activos en la disciplina a nivel regional y masters.
Año con año, compartieron la misma piscina. Con el paso del tiempo esto se cristalizó en amor y de esta relación nació mi sobrina Claudia Fiorella, a quien, de manera cariñosa, le decimos Fio, en nuestra familia. Ella tiene una chispa similar a la de sus padres. En la familia soñamos con que será una futura promesa de la natación hondureña, sin duda alguna, pues ya se destaca en su aprendizaje.
Emma y Roy, en la actualidad son visionarios emprendedores. Hasta hace unos meses, se dedicaban exclusivamente a la natación —negocio familiar “Summergete” y “Fundación Fundaswim”, donde buscan crear programas, eventos y oportunidades a través del deporte—, pero se necesita la piscina para poder seguir enseñando y continuar con todos los proyectos. Ahora deben esperar a que se abran de nuevo las instalaciones de Summergete y Villa Olímpica, contactar otra vez a sus estudiantes, y ver si existen condiciones físicas y económicas para poder continuar impartiendo las clases. Todo es incertidumbre en este momento.
Desde hace tiempo, ambos elaboraban jugos para su propio consumo, sin embargo, a raíz de la pandemia y para poder generar ingresos para su subsistencia, ahora los elaboran para venderlos a domicilio. Esta producción es lo que los mantiene a flote. Además, están incursionando en una pastelería. Por el momento se encuentran a la espera de una relativa normalidad hasta que abran los establecimientos para poder desarrollar las actividades propias de la natación. Día a día los veo cómo trabajan mano a mano, sin caer, sin detenerse, intentando crear luz dentro de una atmósfera que podría estar oscura.
Esta hermosa pareja me ha permitido entender que con amor, sueños, entrega, disciplina, constancia y determinación se puede forjar un mundo mejor. Si bien, el deporte de la natación les abrió paso a viajar y destacarse, se han inventado otras oportunidades. A través de ellos he logrado entender que se puede llegar tan lejos y tan alto como lo querramos.
Ver a mi hermano y a mi cuñada en la pantalla, unidos a ese mensaje de amor para el mundo, a través del video de Residente, me llena de esperanza y me hace tener la certeza de que siempre el amor prevalece ante toda adversidad. Aunque nos abatan todos los problemas, aún en medio de la pandemia, aunque el futuro sea incierto, debemos seguir luchando por nuestros sueños, sembrando, trabajando con esfuerzo y dedicación y sobre todo con amor, porque llegará el momento de recoger la siembra.
4 comentarios en “Nadamos, nos besamos y luchamos”
Positiva historia de la pareja ! Linda historia .
Excelente, reinventándose.
Que bonita historia de amor y perseverancia, al final estoy seguro que traera susu frutos, y al igual que yo amo la natacion y desde pequeño la practico parece mentira fue esta disiplina la que me enseño lo que es la responsabilidad y el trabajo duro
Saludos
Roy es de grán valor para Honduras y para la natación hondureña !!!
Felicidades a la familia Barahona.
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