Coronavirus en Honduras

Portada tomada de Pixabay

El coronavirus 2019-nCoV aún no ha llegado a Honduras, al menos oficialmente, pero ¿es esta pandemia la mayor amenaza que tiene Honduras en materia de salud? La respuesta es relativa: Sí una amenaza, pero no la peor. Veamos.

La experiencia indica que los virus de este tipo no generan en Honduras un impacto tan catastrófico debido a que no se originan aquí. Los primeros países en ser afectados son los países desarrollados de occidente y oriente, tales como Estados Unidos, Europa y China, donde los procesos de control epidemiológicos son muy avanzados y el problema es controlado incluso antes de que se encuentre una vacuna.

«Si la historia se repitiera, tomaría meses o incluso años antes de que una vacuna estuviera disponible para tratar a los enfermos. En el caso del Síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), la vacuna fue elaborada tras 20 meses y nunca se ha utilizado porque la epidemia ya se había erradicado. El MERS, el coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente, que apareció en 2012 y que ha desaparecido casi por completo, todavía no tiene vacuna». Cuando estas enfermedades desaparecen o cuando la vacuna aparece, los países de la periferia como Honduras se benefician de no sufrir la peor parte de las pandemias.

Valga como comparación lo que ocurrió con el virus de la Influenza que sigue un patrón similar al del coronavirus, por tratarse de un tipo de gripe muy grave. En 2018, cuando no se había encontrado una vacuna, la epidemia de la Influenza infectó a 456 personas en Honduras, de las cuales murieron 22, con una mortalidad de 4.82% de los pacientes. Pero en 2019, cuando fue descubierta la vacuna, el número de casos se redujo a 165 (hasta septiembre) y solo había fallecido un paciente . Algo similar pasó con el SRAS y MERS que ni siquiera llegaron a Honduras.

En el caso del coronavirus 2019-nCOV las posibilidades de encontrar una vacuna aumentan tanto por la similitud molecular entre este y su antecesor, el MERS, porque la tecnología y la cooperación científica es mucho mayor ahora que a principios de siglo. De manera que, a menos que surja un problema inesperado, es poco probable que esta pandemia sea el principal azote de salud en Honduras.

Supongamos que la vacuna tarda demasiado y la enfermedad llega y se expande en Honduras. Por supuesto, sería terrible. Sus principales víctimas serían las hondureñas y hondureños más vulnerables, o sea aquellas personas que por su edad o su condición de salud previa, son frágiles a las infecciones como la neumonía, como por ejemplo, los desnutridos. Por tanto, sería catastrófico, en especial para la niñez, en un país donde el 77% de nuestros niños y niñas sufren de desnutrición (UNICEF), y donde las infecciones respiratorias agudas (IRA) son la principal causa de muerte infantil.

Asumiendo que en un pico de la enfermedad se contagian, digamos, unas 200,000 personas, si asumimos que la mortalidad del coronavirus 2019-nCoV es del 3%, habría alrededor de 6,000 fallecidos. Terrible ¿no? Pues sí, pero no tanto si se le compara con los males que ya están causando estragos en nuestro país, a los cuales nos hemos acostumbrado y la prensa no dedica similar difusión que en el caso del coronavirus.

Las cifras hablan: En 2016 murieron 26,200 hondureños y hondureñas por enfermedades no transmisibles, según la siguiente distribución: El 25% por enfermedades cardiovasculares, el 14% por diferentes tipos de cáncer, 14%por afecciones transmisibles, maternas, perinatales y nutricionales, el 4% por enfermedades respiratorias crónicas, y el 2% por diabetes. En el caso de las Enfermedades Transmisibles la situación no es mejor. Por ejemplo, hoy en día más de 23,000 hondureños padecen VIH y el 40% no lo sabe, de los cuales la gran mayoría van a fallecer. Todas estas son enfermedades que con la inversión de recursos y educación son prevenibles.

El siguiente gráfico indica las principales causas de decesos en Honduras, según estadísticas de la OPS.

Fuente OPS Salud en las Américas 2017

Como puede verse, el 47% de las causas de muertes tienen como causas afecciones perinatales (es decir, que afectan a bebés), enfermedades del sistema circulatorio y respiratorio. Básico ¿no?

¿Y qué decir de la violencia social? El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), aseguró que «desde enero del año 2010 al 2018, se registran 26,403 muertes violentas de la niñez y juventud».

¿Para qué seguir?, ¿de qué emergencia estamos hablando si Honduras está en emergencia desde hace décadas? Sobre todo desde que la azota el peor de las plagas que ha sufrido nuestro país: el capitalismo neoliberal y la narco dictadura.

EL SISTEMA DE SALUD: VÍCTIMA DEL VIRUS DEL NEOLIBERALISMO

Un reciente estudio de CESPAD, sobre las condiciones del sistema de salud muestra que Honduras está en harapos en cuanto a infraestructura y logística sanitaria para atender a la población. «El país cuenta con un total de 6, 590 camas disponibles en el sistema hospitalario: 5, 059 pertenecen a la SESAL, 916 al IHSS, 40 al Hospital Militar y 575 al sector privado. Estos datos representan un número de 9.5 camas hospitalarias por cada 10,000 habitantes. A nivel hospitalario existe una cobertura de 0.4 Hospitales por 100,000 habitantes, lo que ubica a Honduras en el penúltimo lugar en Centro América, solo superado por Guatemala». Y más adelante dice: «Ninguno de los 18 departamentos cumple con el indicador mínimo establecido por la meta regional de recursos humanos, que es de 25 médicos por cada 10,000 habitantes. En contrataste con el promedio de la región, persiste una brecha desigual ya que se establecen 20.8 médicos por 10,000 habitantes. Mientras, con las enfermeras, la cobertura es 2 por cada 10,000 habitantes, y ocho auxiliares de enfermería por cada 10,000 habitantes. Este es un indicador de los más bajos en comparación con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 50 enfermeras por cada 10.000 habitantes».

Como lo han demostrado las revelaciones de la Plataforma de Defensa de Salud y Educación, y del Consejo Nacional Anticorrupción, la causa de esta situación se debe a la terrible corrupción que azota al país, y de la cual el sistema de salud y seguridad social han sido sus víctimas preferidas. Solo en las últimas dos décadas de este siglo, el latrocinio en salud alcanza la estratosférica cifra de Lps. 700 mil millones (aproximadamente US$ 26,400 millones de dólares). De no ser por esos robos, Honduras tendría un sistema de salud del primer mundo. ¿Exageración? Una muestra de cómo la narco dictadura gestiona los problemas de salud del pueblo la vimos claramente en el caso de la reciente epidemia del dengue.

EL CASO DEL DENGUE

En 2019 la epidemia del Dengue afectó a un poco más de 3 millones de personas en Latinoamérica. De Centroamérica, el país con el mayor número de infectados fue Nicaragua, con 186,173 casos (2.87% respecto a la población), seguido de Honduras con 112,708 casos.

POBLACIÓN INFECTADA Y FALLECIDA POR DENGUE EN CENTROAMÉRICA (año 2019)

De la estadística disponible se ve claramente que el país con el mayor número absoluto y relativo de fallecidos de Centroamérica fue Honduras con 180 casos (0.16% respecto a su población infectada), ocupando el tercer lugar en Latinoamérica en porcentaje de decesos por causa de la epidemia, después de República Dominicana (0.26%) y Perú (0.22%).

En comparación, Guatemala con una población casi el doble de Honduras e igualmente empobrecido, tuvo 66 fallecimientos por esa causa (0.13%), tres veces menos que en nuestro país; y Nicaragua, donde hubo mayor número de infectados, tuvo una mortalidad de apenas 30 personas (0.02%), o sea, seis veces menos que en Honduras; sin hablar de Costa Rica y Belice, países igualmente tropicales donde el número de infectados fue de 9,400 y 8,302 respectivamente, con cero mortalidades. Pero esto no para ahí. En una reciente entrevista dada a la agencia EFE por el viceministro de salud de Honduras, Roberto Cosenza, reconoció que el país puede afrontar «una epidemia más grande que la de 2019». Esto significa que en 2020 la plaga del dengue azotará con más fuerza el país y que el número de fallecidos podría ser mucho mayor. De hecho, en el primer mes de este año ya han sido reportados 3,232 casos de dengue en Honduras.

Los números demuestran que Honduras es el país en mayor riesgo de mortalidad en el caso del dengue en Centroamérica y el tercero en Latinoamérica. Lo más grave es que las principales víctimas fueron niños y niñas en un 57% de los casos. Adicional a la pobre infraestructura y la corrupción, existe además un gobierno de ineptos que fueron incapaces de prevenir la epidemia cuando esta se veía venir el año pasado.

No podemos caer en la trampa mediática que nos quiere ocultar los verdaderos problemas de Honduras. La peor epidemia que padecemos es el gobierno de corruptos e ineptos que se ha entronizado en el poder y que nos está robando nuestro derecho a atención de salud pública. De manera que, si queremos sobrevivir, el verdadero virus que debemos erradicar de nuestro territorio no es el coronavirus sino la narco dictadura y su modelo neoliberal de subdesarrollo.

Las opiniones expresadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Contracorriente.

Sobre
Hondureño. Licenciado en Trabajo Social. Consultor independiente. Especialista en investigación social, derechos de la niñez y juventud, violencia juvenil y políticas públicas. Exdiputado al Congreso Nacional. Analista social y político. Activista social y defensor de derechos humanos. Autor de diversas publicaciones.
Correctora de estilo
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Pianista y filóloga hondureña. Máster en estudios avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Barcelona. Licenciada en Arte por la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, misma institución en la que se desempeña como docente. Es autora de numerosos ensayos sobre poesía y literatura. Correctora de estilo y editora de la sección Cronistas de la cotidianidad en Contracorriente.
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