Este lunes arrancó la tercera semana de trabajo grupal entre las diversas fuerzas políticas, en el diálogo que desde hace más de cuatro meses ha sido impulsado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que bajo el funcionamiento de cuatro mesas, discuten sobre posibles acuerdos. Entre las mesas instaladas están: hechos electorales, derechos humanos, reformas electorales e influencia de maras y pandillas en el proceso electoral.
Durante las primeras dos semanas de discusión, se han presentado dos propuestas: una orientada a la implementación de una nueva tarjeta de identidad para futuros procesos electorales y la iniciativa de aprobar una amnistía política para las personas judicializadas por hechos relacionados a la crisis post electoral. Hasta el momento no hay acuerdos definitivos.
Todavía falta la presentación de temas torales relacionados a la crisis política, entre ellos el fraude electoral. Los partidos políticos participantes tienen puestas sus esperanzas en que este diálogo será la plataforma que traiga solución y reconciliación nacional. El presidente del Central Ejecutivo del Partido Liberal, Luis Zelaya, dijo que éste es el momento en que Honduras debe dialogar y alcanzar grandes acuerdos.
Para Zelaya este diálogo es importante en la medida que cada acuerdo pueda servir para devolverle la estabilidad al país, y también fortalecer a la institucionalidad.
Mientras que los representantes de Salvador Nasralla, también consideran este conversatorio como una plataforma que demostrará a quienes verdaderamente quieren buscar una solución a la crisis de país.
“Confiamos en que este esfuerzo sirva para alcanzar grandes acuerdos, entre ellos fuertes reformas electorales para evitar el fraude electoral y justicia para las víctimas de violaciones a derechos humanos”, dijo Tony García, quien lidera la delegación de Nasralla en la mesa de derechos humanos.
Acuerdos se convertirán en sugerencias
Antes de su instalación, la polémica reinó por las características de un diálogo que no sería vinculante, Nasralla retiró en varias ocasiones a su delegación por ese motivo.
Al final, luego de un periodo de más de tres meses de reuniones preparatorias, Nasralla claudicó y aceptó un diálogo que no será vinculante, un diálogo en el que sus principales acuerdos se convertirán en sugerencias.
La metodología indica que en las mesas se discutirán propuestas. Luego, se logren consensos o no, la propuesta pasará a ser discutida por los jefes de delegación; en esta instancia la propuesta puede ser aceptada o rechazada y al final, serán los máximos exponentes de las fuerzas políticas los que darán el toque final.
Es decir, luego de todo el periodo de trabajo, los acuerdos o propuestas serán presentados ante Salvador Nasralla, Luis Zelaya y Juan Orlando Hernández, para que estos den el visto bueno, el que deberá ser por consenso para pasar al siguiente peldaño.
El peldaño final de los acuerdos será el Congreso Nacional, es decir, los acuerdos de las mesas se convertirán en sugerencias para que al final el Congreso Nacional decida si se aprueban o no.
Tony García ha manifestado a los medios de comunicación, que es importante presionar a cada una de las partes involucradas, y que serán las posturas finales de cada actor, lo que demuestre si en realidad están comprometidos con el país.
Los cuestionamientos al diálogo por parte de otro sector de la oposición no se ha hecho esperar, específicamente del Partido Libertad y Refundación, quienes han calificado este ejercicio como un show mediático que busca legitimar a Juan Orlando Hernández, razón principal por la que ellos no participan en el mismo.
Dirigentes de Libre han denunciado y acusado a los representantes de Nasralla y al mismo Nasralla de ser ilusos al creer que con un diálogo que no es vinculante podrán alcanzar grandes acuerdos para el país.
En ese sentido, Rassel Tomé, abogado y exdiputado del Partido Libre, cree que el diálogo tiene varias debilidades, y una de ellas es que no es vinculante, por lo que cada acuerdo además de ser sugerencia será presentado a un Congreso que ampliamente es dominado por el Partido Nacional.
Para Tomé, este fenómeno impedirá que cualquier acuerdo profundo, si es que se da, pueda ser aprobado por quienes verdaderamente tienen poder de decisión en el Congreso.
Luis Colindres, secretario del Partido Nacional, ha dicho que ellos confían en la institucionalidad, que su partido está dispuesto a dialogar, a lograr consensos y a apoyar –de ser necesario– en el Congreso Nacional.
De la misma forma el diputado nacionalista Gabriel Rubí, cree que en el Congreso los acuerdos se van a dar, siempre y cuando la propuesta o sugerencia sea beneficiosa para el país.
Por su parte Tomé afirma que es muy probable que en el Congreso Nacional se acepten algunas sugerencias, pero serán sugerencias cosméticas y no profundas.
La amnistía y sus anticuerpos
La propuesta más fuerte en lo que va del diálogo es sobre la amnistía, que consiste en que se absuelva de toda acusación y proceso legal a las personas judicializadas por razones políticas, luego de las elecciones de 2017.
Según el Comité por la liberación de presos políticos de Honduras, aún hay 14 personas privadas de libertad en varios centros penales del país por actos relacionados a las protestas de diciembre y enero, tras la crisis postelectoral.
La propuesta fue elaborada tanto por los representantes de Nasralla, como del Partido Liberal, ambas coinciden en que la amnistía debe ser diferenciada, es decir que no abarque a los violadores de derechos humanos.
En la mesa donde se discute esta propuesta ya hay anticuerpos. En este momento se discute con cada uno de los representantes los principios legales de la iniciativa y la aplicabilidad de la misma.
La mesa de derechos humanos está compuesta por representantes del Partido Nacional, Liberal, de Nasralla y del gobierno, con la participación directa de la ministra de Derechos Humanos, Karla Cueva.
Cueva fue consultada sobre la amnistía, ella contestó que no puede referirse al tema, porque en las mesas hay un código de ética que le impide hablar de lo que se discute allí.
La funcionaria no quiso expresar la postura que como secretaría tienen al respecto, por otra parte fuentes ligadas a los partidos políticos que participan en estas mesas, confiaron a Contracorriente, que la postura que ha tomado Cueva en esta mesa en relación a la propuesta no ha sido en rechazo ni a favor de la misma, es decir, se ha mantenido al margen, pero en más de una ocasión ha manifestado que éste es un tema político, por lo tanto debería discutirse en una instancia superior a tal mesa.
Por otra parte, Luis Colindres, al ser consultado sobre el tema, dijo que hay que tener claro que esta propuesta es una bandera de la oposición para hacerle creer al mundo que en Honduras existen presos políticos, cuando en realidad no los hay. Colindres dice que hay que buscar las avenidas legales para analizar si se puede aplicar esta medida o no.
Por ahora se cumplen tres semanas de diálogo, el periodo de debate está programado hasta finales de octubre, luego de esto vendrá el verdadero periodo de negociaciones, en el que un Congreso muy cuestionado por sus irregularidades tomará decisiones finales sobre temas relacionados a la actual crisis política.