Cooperativa de Cuidados: un proyecto de mujeres trabajadoras domésticas

Hubo lágrimas, abrazos y discursos en los que se hizo memoria del tiempo cuando la Cooperativa de Cuidados (CoopCuidados) era apenas una idea. Un sueño que finalmente se materializó el 29 de octubre de 2024, con un evento oficial de lanzamiento de la primera cooperativa en Honduras dedicada al trabajo doméstico y cuidados remunerados.

En Honduras, el trabajo doméstico remunerado es una actividad esencial en la economía, pero sumamente desvalorizada y desprotegida. A nivel global, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reporta que una de cada 25 mujeres empleadas realiza trabajo doméstico. Sin embargo, en Honduras estas trabajadoras enfrentan salarios por debajo del mínimo, jornadas largas y condiciones de trabajo informales, en la mayoría de los  casos sin acceso a derechos básicos como vacaciones, seguridad laboral y protección ante el despido. La situación se agrava debido a que el Convenio 189 de la OIT, diseñado para proteger a las trabajadoras domésticas, aún no ha sido ratificado, manteniendo a este rubro al margen de una regulación laboral inclusiva y justa.

Ante esta realidad, Coopcuidados no solo busca formalizar el sector y garantizar condiciones laborales adecuadas, sino también dignificar el rol de las mujeres en un área que históricamente ha sido invisibilizada. Además de proporcionar formación en derechos, la cooperativa pretende incidir en la agenda pública, sensibilizando a la sociedad sobre la importancia del trabajo doméstico, exigiendo políticas de protección, reconocimiento de derechos laborales y la formalización del trabajo en el sector a través del cooperativismo.

Eda Luna, socia fundadora de la cooperativa, dijo a los medios de comunicación que la consecución de este proyecto «significa mucho para nosotras, lo vemos como un proyecto de transformación en la vida de las mujeres que hacemos trabajo doméstico remunerado».

Eda Luna recalcó también que este es un logro importante ante la violencia machista que afecta a las mujeres que trabajan en este rubro. Explicó que un factor de riesgo importante es que «casi siempre el empleador sabe quién es la trabajadora doméstica, pero la trabajadora no sabe para quién está trabajando».

En ese contexto, los casos de violencia contra las trabajadoras domésticas siguen multiplicándose. Por ejemplo, el lunes 28 de octubre, los medios de comunicación reportaron que una empleada doméstica fue asesinada en su lugar de trabajo en una casa en la colonia Montefresco de San Pedro Sula. Aunque el responsable fue capturado y remitido a un centro penal, la impunidad suele imperar en estos casos. 

Para Eda Luna, ante estos hechos se debe exigir justicia y no esperar a que ocurran los crímenes, sino que «desde las diferentes instancias del gobierno deben poder regular y asumir la corresponsabilidad del reconocimiento jurídico del trabajo doméstico como un trabajo»; por ejemplo, tener un horario regulado que no las exponga a salir muy temprano hacia su empleo, porque de acuerdo con Luna, «estamos propensas a todo este tipo de violencia que existe tanto dentro como fuera de nuestros lugares de trabajo».

Coopcuidados permitirá que las trabajadoras tengan contratos por escrito, y que exista una regulación de sus derechos y condiciones laborales. Además, brindará capacitaciones sobre derechos y cooperativismo a las mujeres afiliadas. 

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