Texto: Persy Cabrera
Portada: Atomic Rose
Fotografías: Fernando Destephen
Atomic Rose es una hijastra de internet, nació junto a Daniela Aguilar, Iván Zaldivar, Eduardo Moreno, Gabriel Fléfil y Daniel Frañón, pero su primer boom vino como consecuencia de un tuit. Después de este, internet adoptó a Atomic Rose y les dotó de reconocimiento y popularidad por su trabajo, pero también llegaron los interminables debates en redes sociales en el que el tema de discusión era que una banda hondureña cantaba en inglés. Desde entonces esta banda de dream pop continuó respondiendo en internet, en conciertos y en entrevistas, con música y un átomo de rebeldía, hasta tocar el cielo de Madrid, España.
Pues Atomic Rose está a dos días de tocar en el Mad Cool Festival 2024, escenario en el que también se presentarán bandas como The Killers, Pearl Jam y Dua Lipa.
«Melodías dulces y letras explosivas, caóticas», esto simboliza y es la idiosincrasia de la banda hondureña Atomic Rose, que trajo el dream pop, un subgénero musical liderado por bandas como Beach House o Cocteau Twins, que está influenciado por la música electrónica, rock psicodélico y caracterizado por tener sonidos evocativos con atmósferas etéreas y de ensueño. La letra en el dream pop y claro, en las canciones de Atomic Rose, abarca temas como el amor, la soledad o la introspección y se mece en medio de sintetizadores y guitarras influenciados por los efectos del delay o chorus.
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Atomic Rose tiene que ensayar para presentarse en un escenario que ninguna banda hondureña había alcanzado: el del festival Mad Cool 2024 que se realiza en Madrid, España.
Es domingo por la tarde en Tegucigalpa, y los preparativos del ensayo arrancan, las manos entran a las marañas de cables para intentar desenredarlas, Eduardo Moreno, baterista de la banda, pone a vibrar del bombo de la batería, ajusta el redoblante y lo prueba golpeándolo con una baqueta, Iván Zaldívar y Gabriel Fléfil rasguean su guitarra y bajo respectivamente, mientras Daniela Aguilar, vocalista, busca una extensión eléctrica para conectar una bocina. Por ahora Daniel Frañón no les acompaña en este ensayo pero les mandó unas pistas para que el ensayo continúe.
Se aproximan al menos cuatro horas de repetir y perfeccionar su setlist para su participación en este festival, que será el 12 de julio en la ciudad madrileña.
Con el ánimo de entender qué los motivó a cantar en inglés y no molestarlos con la pregunta, intenté hacer una pequeña introducción antes, pero Iván pescó en el aire cuál iba a ser mi interrogante y antes que pudiera hacerla me preguntó: «¿es sobre el inglés verdad?».
Le dije que sí y entre muchas respuestas de sus compañeros de banda y con una analogía sobre la diferencia entre pintar con carboncillo o con acuarelas de por medio, Iván logró decir que no hay una razón profunda para escribir sus canciones en inglés, y fuera del círculo de conversación una amiga de la banda presente en el ensayo agregó en voz alta: «ni [una razón] clasista», a lo que todo Atomic Rose asintió pronunciando un alargado «sí».
De hecho, casi todas sus referencias musicales son en inglés, su abanico de inspiraciones inician en Lana del Rey o Billie Eilish y continúan con Crumb, Miles Kane, Temples, Foster the People… Podrían estar toda la noche citando sus inspiraciones, casi todas de artistas que cantan en inglés.
Daniela Aguilar, vocalista de la banda, agregó que para el dream pop y los temas que tocan en sus canciones, el inglés «sirve como una herramienta más» porque «el español intensifica todos los sentimientos» y para ellos, ese idioma les da la apertura para tratar temas reales y que pueden hacer sentir vulnerable a alguien. «Si traducen VCR se van a dar cuenta que esa canción no funciona en español y si estuviera en español sería un reguetón» concluyó Daniela.
Por otra parte, Gabriel Fléfil, bajista de la banda, dijo que esta decisión artística es el reflejo de ser «el segundo país en Latinoamérica con más población bilingüe», «después de Argentina» agregó Daniela. Ella y Gabriel se refieren al estudio publicado en 2023 por Education First, que concluyó que detrás de Argentina, Honduras es uno de los países con mejor dominio del inglés en la región.
Iván también dice que cantar en inglés para ellos es una manera de hacer lo inesperado en la escena musical hondureña, Daniela lo apoyó diciendo que «sí hay mucha gente que quería música así», una música que «se sale del molde» y añadió que les alegra saber que al lado de Atomic Rose surgieron nuevas bandas y artistas con los que «colectivamente estamos empezando este renacimiento musical en el país».
Hoy por hoy, en sus redes sociales en Atomic Rose continúan recordando que cantar en inglés fue una apuesta sin una aparente razón profunda que los puso en la palestra de internet. El átomo de rebeldía se puede ver en sus TikToks cuando se burlan de un mundo en el que casi todos hablan spanglish o alardean no haber escuchado a las personas que dijeron que «no íbamos a llegar a ningún lado haciendo música en inglés».
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En el principio Atomic Rose era Red Rockets, banda en la que, por supuesto, también cantaban en inglés y sonaban más parecido a la banda británica de indie rock, Artic Monkeys, que a Beach House o Cocteau Twins.
Daniela contó que en la etapa Red Rockets ella no era parte de la banda, mientras contaba esto intervino Iván Zaldívar y relató que Red Rockets fue una agrupación que crearon tras la grabación de un cortometraje titulado como «Los Rockets», en el que Iván, Gabriel y Daniel actuaban. Inicialmente sólo estaban Daniel y Gabriel, quienes «se dieron cuenta que ninguno de ellos cantaba tan bien» y que tras escuchar a Zaldívar cantar durante la grabación del cortometraje, sabían que él tenía que cubrir esa carencia. Eduardo Moreno entró igual que Iván cuando se dieron cuenta que tampoco «eran tan buenos con la batería», así que Moreno audicionó y entró.
Tras el vídeo musical de Troublemaker y tres sencillos más, el único registro histórico que queda de esa banda en internet, Red Rockets entró en pausa para el público, pero Iván cuenta que él junto a Daniel, Gabriel y Eduardo continuaron en ensayos, escribiendo y mejorando.
Un día —todavía agrupados como Red Rockets— hicieron un cover de una canción de Billie Eilish junto a Daniela, ella relata que después de eso la invitaron a grabar una canción, seguido le preguntaron «¿no querés probar esta canción también?», y después le dijeron «mira escucha esto ¿no se te ocurre letra?», «después yo le enseñé una [canción] mía y así poco a poco empezamos a hacer más» cuenta Daniela.
Entonces nació Atomic Rose, pero jamás habríamos escuchado de esta banda, del debate a su alrededor, o de su música, sin Daniela. Ella conoció a Eduardo Moreno en la universidad y a través de él conocía todo el lore de la banda, es más, aunque en esta entrevista los demás contaron parte de la historia de Red Rockets, ella también sabe narrar quiénes estaban en esa banda, quiénes salieron o cómo iban en su carrera musical con perfecto detalle. Era fan de Red Rockets y se convirtió en la voz de las letras explosivas que acompañan las melodías dulces de Atomic Rose.
Además, Daniela no es solo una de las voces de Atomic Rose, es una especie de manager/community manager de la banda. Se puede notar que ella es la chispa y génesis de las ideas en sus redes sociales, la de las ideas para los TikToks y campañas patrocinadas, uno de los motores de la banda para trascender en un mundo que desparrama canciones por todos lados.
Incluso, su trabajo en las redes sociales de Atomic Rose la llevó a su trabajo como mercadóloga en una agencia de publicidad y que compagina con las actividades de la banda, tiene el ojo y mente de una hija de internet, una que conoce cómo podía sacar provecho de todo lo que se hablaba de Atomic Rose.
Con ella inició el primer boom de oyentes y nuevos fans de la banda, hoy todavía recuerda el tuit que publicó durante la pandemia por COVID-19 en junio de 2020, en el que hablaba de su sueño y el de Daniel, Iván, Gabriel y Eduardo; el de Atomic Rose. Ella menciona que las redes sociales jugaron y «juegan un papel grande» en la difusión de su música, claro, «grandísimo para bien y para mal».
Atomic Rose, como muchas bandas y artistas en Honduras, no vive de su música, este es uno de los retos que enfrentan pues de 8:00 a 5:00 p.m. salen a trabajar como arquitectos, diseñadores gráficos y mercadólogos y entre semana de 7:00 a 11:00 p.m. se encuentran para ensayar.
Gabriel dice que «hacer música es fácil, cualquiera puede agarrar una guitarra y hacerte una canción», entonces Iván entra a la conversación y como si fuera algo pactado continúa con la respuesta de Gabriel diciendo: «sí, el problema es encontrar la sostenibilidad en esto» y agregó «el reto es tomártelo lo suficientemente en serio, como lo estamos haciendo, sin que te desbalancee de la vida, porque esto es tiempo, de dedicación».
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Para llegar a Madrid, tuvieron que «ponerse serios» dice Daniela, empezaron a sacar más música, a hacer conciertos en Honduras, siempre apuntando a «querer tocar en otros países», siempre pendientes de los festivales internacionales. Empezaron a trabajar en todas las especificaciones que la organización de estos eventos internacionales piden a las bandas que quieren presentarse en sus escenarios.
Conciertos en vivo, listo. Presentaciones en televisión, listo. Sesiones en vivo, página web y más, estuvieron trabajando en todo. Pero «nadie nos paraba bola» dice Daniela, hasta que Gabriel encontró el concurso Mad Cool Talent, una propuesta del Mad Cool para mostrar a sus asistentes algunos talentos emergentes en la escena musical.
Gabriel les dijo «miren, este no pide mucho», y como cuando se entrega un examen puesto en manos del destino o se entrega un currículum con toda la ansia de querer ser contratado, entregaron su aplicación al Mad Cool Talent. Entonces salió la lista de 100 bandas seleccionadas de 1,600 que habían aplicado, Atomic Rose estaba ahí y ahora seguía la etapa de votaciones en la que hasta el 31 de enero el público podía votar por sus tres artistas favoritos. Entonces para Atomic Rose llegó la siguiente fase: pedir votos en todas partes, y agotaron todas las instancias y redes sociales: TikToks, reels, Instagram, X, canales de televisión.
Iván dice que al final «asesinaron un poco a la competencia» en las votaciones, pues estima que recibieron alrededor de 12,000 mil votos y como referencia el segundo lugar obtuvo como 2,000 votos. Para él salir victoriosos tan tranquilamente fue obra de «la garra catracha».
Esa «garra catracha» los acompañó de nuevo porque en la siguiente fase de la competición tenían que tocar en vivo en Madrid junto a otras 14 bandas más para pasar el último filtro de la competencia. Gabriel dice que esta presentación era plug and play, sin un soundcheck, que simplemente tuvieron «15 minutos para probar de que eran mejor que los demás». El día que se presentaron el local se llenó, habían banderas de Honduras por varias partes y los y las hondureñas que asistieron «compraron toda la merch» de Atomic, cuenta Iván con un visible orgullo.
Quizá esto tuvo que ver con que la migración de la población hondureña a España ha crecido exponencialmente, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE) desde 1998 la cantidad de hondureños empadronados en este país aumentó un 15,000 % y en 2023 habían al menos 134,125 compatriotas en proceso de registro en una alcaldía de este país. Una estimación dicta que hay al menos 36,000 hondureños y hondureñas en Madrid.
Un grupo de esas más de 100,000 mil hondureños y hondureñas decidió reencontrar un pedazo de su tierra en una banda que canta dream pop en inglés.
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Ya está todo listo, las guitarras conectadas, micrófonos listos, un pequeño parlante para que puedan escuchar el ensayo. Mientras responden una de las últimas preguntas, ¿de dónde viene el nombre? Les pregunto, y me cuentan que durante la pandemia respondían con una historia distinta, una más absurda que la otra mientras pasaban de entrevista en entrevista. De tanto en tanto, Gabriel y Eduardo saltaban diciendo «¿y te acordás cuando dijiste que era por un cómic de tu abuelo?» o «¿te acordás cuando dijiste que era por una foto de una guerra?».
Les agradecí por no burlarse de mí contándome una historia absurda y ya más serio Iván me respondió que solo querían dos palabras que representaran dos ideas opuestas, como su propia música: «melodías dulces y letras explosivas, caóticas».
Respondieron esto y se acercó más la hora de la música. Gabriel me cuenta —en primicia— que su álbum sale tentativamente a finales de este año (2024) pero que ya tienen tres sencillos publicados, y que en este ensayo practicarán una canción que quieren estrenar en el Mad Cool 2024.
Semanas después del ensayo en el que los entrevistamos, Atomic Rose lanzó una línea de camisetas, o mejor dicho merchandising, para apoyarles en sus gastos del viaje, pues Mad Cool Talent pone el espacio y sonido pero no los tickets de avión. En una de sus camisas quedó estampado ese átomo de rebeldía que dicta: «who the f*ck is Atomic Rose?». Lo que sé de ellos es que vieron a internet a los ojos y no bajaron la vista, que el 12 de julio estarán en el Mad Cool 2024 y que aprovecharon lo mejor —entre tanto peor— de las redes sociales.
1 comentario en “Who the f*ck is Atomic Rose?”
“Un grupo de esas más de 100,000 mil hondureños y hondureñas decidió reencontrar un pedazo de su tierra en una banda que canta dream pop en inglés.” que buenísimooooooo