En Santa Rosa de Copán, una ciudad al occidente de Honduras que se enfrenta a la escasez de agua, un grupo de comunicadores denuncia persecución y amenazas por cubrir temas de medioambiente. Mientras tanto, las autoridades siguen permitiendo la tala del bosque en las zonas aledañas, actividad que afecta al manto de aguas subterráneas que abastece la ciudad.
Texto: Allan Bu
Fotografías: Amílcar Izaguirre
Portada: Persy Cabrera
A la periodista Yalile Dubón le comunicaron súbitamente que el espacio que rentaba en un canal de televisión en Santa Rosa de Copán ya no estaba disponible. En ese medio ella dirigía un noticiero donde era reportera, productora y presentadora. Había logrado pactar algunos anuncios con el comercio local y su programa era reproducido por otro canal de La Entrada, Copán. «Había iniciado bien, estaba transmitiendo para dos medios», explicó. Pero todo cambió para Yalile cuando comenzó a denunciar en su noticiero la tala de árboles de pino que rodean a Santa Rosa de Copán.
De acuerdo con fuentes consultadas por Contracorriente, estos bosques o zonas forestales son la única forma que tiene la ciudad de captar agua y regenerar el manto freático, una capa de agua subterránea que es el principal abastecimiento para el municipio y que con el pasar de los años ha ido disminuyendo.
En Santa Rosa, la escasez de agua potable no es nueva. Hace 20 años, en algunos barrios, el agua llegaba dos veces por semana, pero la situación ha empeorado al punto de que ahora, en la mayoría de barrios de la ciudad, el líquido llega por dos horas cada 15 o 20 días.
Para Yalile es claro que sus denuncias en contra de empresarios de bienes raíces que depredan los recursos de su región la han hecho blanco de persecución, y esto ha impactado directamente en sus posibilidades para seguir transmitiendo en la televisión. Pero ella no ha sido la única. Jorge Posadas, otro comunicador copaneco, también se ha dedicado a documentar agresiones ambientales en las zonas que él denomina «de interés forestal» porque nutren las pocas fuentes de agua que tiene Santa Rosa; debido a su trabajo, también ha sido objeto de persecución y amenazas.
Jorge fue querellado ante los juzgados por exponer la foto de un empleado municipal en redes sociales. El comunicador publicó la imagen porque el joven lo estaba grabando mientras él hacía su trabajo periodístico en una zona donde habían talado árboles. Jorge tuvo que presentarse ante las autoridades, pero fue asesorado y apoyado por la Asociación por la Democracia y Derechos Humanos (Asepodehu). Aunque salió bien librado de ese proceso, cree que fue impulsado por las mismas personas que lo han amenazado por su cobertura del tema ambiental.
Tanto él como otros colegas sufrieron amenazas después de realizar publicaciones en temas de medioambiente. A veces notaron que personas o carros desconocidos les daban seguimiento. «A un compañero lo anduvieron siguiendo un mes», dijo, y agregó que una periodista que recibió amenazas «tuvo un colapso de nervios y fue a parar al hospital».
Él fue uno de los primeros que denunció la tala de bosques para el desarrollo de proyectos habitacionales, cerca de la aldea El Carrizal. De acuerdo con el defensor del ambiente Ramiro Lara, este bosque colinda con La Hondura, una fuente de la que se obtiene agua para el 30 % de la población de Santa Rosa. En esa área ya se han cortado árboles en 6.7 hectáreas. De ese bosque también se nutre un nacimiento llamado El Chorrerón, en donde las personas recogen agua que usan incluso para tomar.
Jorge reconoció que tanto él como sus colegas tienen miedo de denunciar, por la falta de confianza en instituciones como el Ministerio Público; sin embargo, explicó que en su caso sí ha denunciado la campaña de amenazas ante el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), y también tiene un expediente en el Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas. Mediante el mecanismo se realizan patrullajes en las zonas donde viven los periodistas en riesgo, y también les han dado un carné que pueden mostrar a la Policía Nacional en caso que se encuentren en peligro, explicó Posadas.
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Contracorriente visitó las oficinas del Ministerio Público en Santa Rosa de Copán para conocer las denuncias que están recibiendo por delitos ambientales, pero un funcionario contestó con una desbordante sinceridad que esa información no podía ser brindada sin autorización, y que el jefe en ese momento no se encontraba.
Yalile Dubón también experimenta el sentimiento de desprotección que tiene Jorge. Las amenazas la llevaron a tener una crisis nerviosa que la obligó a buscar ayuda médica. Aunque ha presentado denuncias ante el Mecanismo Nacional de Protección y ha estado en comunicación con representantes de este organismo, ella tiene claro que sigue siendo extremadamente vulnerable; «No he tenido ninguna protección», dijo.
Personas relacionadas con los medios le han aconsejado que deje de publicar sobre esos temas, le han dicho que es peligroso. Cuenta que ante esa desprotección que sienten tanto ella como sus colegas, lo que hacen es estar en constante comunicación por redes sociales hasta altas horas de la noche. Es una forma de no sentirse sola, dice Yalile, pues habla con otros cinco periodistas amenazados por su cobertura de temas ambientales. «Yo confío en Dios, porque soy una mujer de fe, pero no puedo tapar con un dedo estas consecuencias que están sufriendo», declaró Yalile.
Los ataques arreciaron cuando Jorge, Yalile y otros comunicadores expusieron al público que en una sesión de la corporación municipal se autorizó el cambio del uso del suelo de un bosque de pinos denominado Cerro Partido, que está en la carretera que conecta con Gracias, Lempira. «Están muy molestos, no nos pueden ni ver. No sé qué intereses había», manifestó Yalile en una conversación telefónica.
«Hemos estado defendiendo el ambiente. Hay amenazas, que dicen “o quitás eso o ya sabés lo que te va a pasar”. Lo hacen desde perfiles falsos, yo creo que viene desde la municipalidad. Ando muy preocupada», declaró Yalile a inicios de 2024 a un medio local en Santa Rosa de Copán. El 25 de enero, Día de la Mujer Hondureña, dejaron en la entrada de su casa un mensaje escrito en un papel amarillo. «Sabemos dónde vivís», dice el letrero, que fue encontrado por la madre de la periodista.
La periodista recibió mensajes desde perfiles desconocidos o falsos después de haber publicado un video donde revelaba que uno de los hijos del alcalde Aníbal Erazo Alvarado había sido detenido por portación ilegal de armas. En esa ocasión, el hijo del jefe edilicio fue liberado horas después por la Policía Nacional, que comunicó que el arma pertenecía a un amigo del detenido.
Erazo Alvarado es un hombre campechano. Es hijo de una dama que se hizo famosa por cocinar cerdo en hornos artesanales. El alcalde ha ganado las elecciones en cuatro ocasiones, la primera en 2009, cuando Porfirio Lobo Sosa fue ungido como presidente. En el último proceso electoral interno del Partido Liberal, Alvarado apoyó el movimiento de Yani Rosenthal y, aunque su candidato presidencial fue derrotado, él ganó la candidatura.
El regidor Eduardo Elvir sostiene que Alvarado ha acabado con procesos de participación en la comunidad para tener el control de lo que se hace. «Cree que Santa Rosa de Copán es su hacienda o su finca», sostuvo.
Yalile ha denunciado por diferentes medios de comunicación la persecución de que es objeto, y piensa que viene desde la Municipalidad de Santa Rosa. Esa persecución la privó de su derecho a trabajar, considera, porque no solo le quitaron su espacio en el canal local, sino que también la despojaron de un espacio en el mercado municipal donde ofrecía productos y servicios de belleza.
Una ciudad que se enfrenta a la escasez
Santa Rosa de Copán se ubica en una meseta, por lo que no tiene fuentes superficiales de las que se pueda abastecer la población. La municipalidad ha intentado, a través de la Empresa Municipal de Aguas, utilizar el caudal del Río Higuito, que pasa kilómetros abajo de la ciudad, pero los esfuerzos no han sido del todo exitoso, pues aunque el río tiene mucha agua, hacerla potable es muy oneroso.
Maynor Pineda, técnico del Instituto Hondureño de Conservación Forestal (ICF), declaró que «las fuentes superficiales son escasas por estar en lo más alto. Hay un proyecto del río, pero es caro porque en el invierno el agua es turbia [sucia]». Agregó que, aun cuando es muy difícil de estudiar el caso, los niveles de agua subterránea están disminuyendo, según estimaciones: «En Santa Rosa cada año se pierden 43 centímetros del nivel freático. La única forma que el acuífero se recarga es a través de la lluvia y después la infiltración, no hay otra forma de cargarlo, y si estamos quitando los espacios de bosque porque la población está creciendo, no hay forma de que se recargue», explicó.
Pineda aseveró que en 2015 la municipalidad tenía unos 16 pozos perforados para abastecer de agua a la ciudad, pero en esa misma época había igual cantidad de pozos industriales destinados a hospitales privados, centros comerciales, hoteles, gasolineras y a la venta de agua. «Aquí es un negocio redondo tener una venta de pipas, que se les vende a personas que tienen bastante consumo de agua», dijo.
La perforación de pozos es una opción para mitigar la falta de agua en Santa Rosa, pero Pineda sostuvo que ahora hay indicios de que la reserva subterránea está disminuyendo de forma acelerada por la sobreexplotación, y que la municipalidad, dirigida por el alcalde liberal Aníbal Erazo Alvarado, debe tomar medidas: «En otras palabras, la municipalidad ya no debería autorizar la excavación de pozos para fines privados».
Eduardo Elvir, regidor en la municipalidad de Santa Rosa por el Partido Libertad y Refundación, recordó que en el 2009 se mandó a hacer un estudio para determinar un mapa de zonificación (espacio para crecer) y ordenar el cambio de uso de suelo. Aseguró que este plan fue aprobado en el primer período del alcalde Anibal Alvarado –que está cumpliendo un cuarto período– y que nunca se ha hecho ningún intento para darle seguimiento. «Siempre en este tema de las urbanizaciones el mayor afectado es el bosque, pues hacen cambio del uso del suelo. Digamos que si [en Santa Rosa] teníamos 800 manzanas de interés forestal, ahora hay 400», dijo.
Explicó que el gran problema con las zonas de interés forestal que rodean Santa Rosa es que son privadas, y entonces ahí hay un conflicto de tierras. Acusó al alcalde Alvarado de no ser capaz de balancear esa tenencia privada con el beneficio para la ciudad, y de que «mucho ha sido por negocio». Añadió que en la municipalidad se atrasan las intenciones de urbanización para hacer que el interesado busque al alcalde. «Ahí vienen las negociaciones», dijo.
Elvir señaló que los actos de mayor ilegalidad en contra de la democracia se cometen en las sesiones de corporación y él piensa que pasa en todas las alcaldías. «Por eso es que los mayores depredadores del medioambiente son las municipalidades, no hay ningún control y existen ese montón de crímenes ambientales en los municipios. Y no debo quedarme callado, surgen desde las alcaldías», afirmó.
Por su parte, el gerente de Desarrollo Social y Ambiente de la Municipalidad de Santa Rosa, Carlos Henríquez, negó que el problema del agua en la ciudad sea por el crecimiento desordenado; dice que es algo «de toda una vida». Coincidió con Pineda en que el agua es subterránea y que en el casco urbano el sistema de agua es prácticamente alimentado por pozos de hasta 500 pies de profundidad. «Se está trabajando en tener más agua para la ciudad», sostuvo.
Sara Dubón, quien es la directora regional del ICF con sede en Santa Rosa, reiteró que la reserva de agua está disminuyendo en la ciudad y se necesita mucho bosque para alimentar el acuífero. «Aquí ya no vamos a poder vivir», dijo.
Dubón agregó que desde la Municipalidad se ha estado autorizando la lotificación de grandes terrenos de vocación forestal. «Son privados y somos respetuosos de la propiedad, pero se tiene que ser sigiloso y ver que los proyectos sean amigables con el medio ambiente», manifestó la funcionaria.
El 2 de enero de 2024 hubo una marcha en Santa Rosa de Copán para protestar por el daño ambiental que implicaría cambiar el uso del suelo en un bosque muy cercano a la ciudad. La manifestación, que fue encabezada por algunos líderes locales, se dirigió a la municipalidad; llevaron plantas y las colocaron frente al edificio, y ahí gritaron varias veces «¡Queremos una Santa Rosa verde!».
Días después, hubo otra manifestación en la que se respaldó la gestión del alcalde Erazo Alvarado, quien en varias ocasiones ha dicho que es objeto de persecución política por parte de sus adversarios. Él está cumpliendo su cuarto período al frente de la alcaldía de Santa Rosa.
El gerente de Desarrollo, Carlos Henríquez, señaló que es difícil encontrar un equilibrio socioambiental con la ciudadanía. «El objetivo es que todas las instituciones nos involucremos, no solo la alcaldía, también está el ICF, el Instituto Nacional Agrario, el batallón (ejército) y la Policía Nacional. Todos somos responsables de lo que pasa en el municipio, ¿por qué solo culpar al alcalde y la corporación?», cuestionó el funcionario.
En diciembre del 2023, en la ciudad se lanzó una iniciativa denominada «Municipio Verde», en la que diferentes instancias de sociedad civil y del Gobierno han abordado el tema ambiental, desde diferentes enfoques.
Dubón propone que se trabaje de forma articulada, como se ha planteado en este proyecto. Espera que a través de «Municipio Verde» surja un movimiento social en la ciudad occidental para la protección del medioambiente, porque dice que no es justo «que nos quedemos a expensas de que una sola persona disponga de los recursos del futuro de una comunidad. Aquí hemos sido muy apáticos, no nos gusta que se nos diga que somos revoltosos, pero tenemos que reaccionar porque Santa Rosa se nos está yendo de la mano».
Eduardo Elvir sostuvo que en los últimos meses en la corporación se ha intentado aprobar el permiso para tres urbanizaciones, y que en una de ellas se necesita hacer un cambio de uso de suelo, que está catalogado como de vocación forestal. Aseguró que una de las propiedades en cuestión pertenece al alcalde Aníbal Alvarado. Esta propiedad, al hacer el cambio de uso de suelo, pasaría a tener un valor de unos 40 millones de lempiras, aseguró Elvir.
Contracorriente contactó al alcalde Erazo Alvarado para conocer su versión de esto, pero al cierre de esta publicación no había respondido a las solicitudes de entrevista.
De acuerdo con el portal de transparencia de la Municipalidad, entre 2022 y 2023 se extendieron 702 permisos de construcción para viviendas y edificios comerciales. Hay que aclarar que la mayoría de estos permisos fueron extendidos para construir en barrios antiguos de Santa Rosa, pero también los hay en zonas aledañas a los bosques. Durante estos dos años, en el portal municipal no aparece que se haya tramitado ningún permiso para lotificar.
En Santa Rosa de Copán parece que defender los recursos naturales se ha convertido en un riesgo latente, no solo para los y las periodistas. La noche del 17 de septiembre de 2023, la casa del ambientalista y defensor de derechos humanos Ramiro Lara fue tiroteada por desconocidos. Lara dijo a Contracorriente que el atentado pudo deberse a que él y otras personas defendían unas hectáreas de bosque cercanas a una fuente de agua denominada La Hondura, la misma zona donde el periodista Jorge Posadas había denunciado la tala ilegal.
Ramiro Lara tuvo que dejar la ciudad después del atentado. Poco antes de dejar la ciudad, Lara le dijo en una entrevista a Jorge Posadas que había recibido una llamada de un funcionario municipal, pidiéndole que dejara de hablar del tema ambiental porque no lo conocía. Jorge confesó que se sentía amenazado desde que comenzó a hablar del tema, pero sintió más miedo después de que la casa de Lara recibió 26 disparos. «Es un tema bien complicado. Uno se cansa y piensa que está solo en esto», dijo.
Y aunque las y los periodistas esperan poder seguir haciendo su trabajo con mayor protección, no retroceden. Yalile dice que, aunque las consecuencias han sido duras, cree que ha «defendido lo correcto, he defendido los pulmones de las próximas generaciones».