Texto: María Eugenia Ramos
Fotografías: Fernando Destephen
El amor y la ira, la esperanza y el desasosiego, la risa y el dolor, la academia y la lucha, el raciocinio y la sana locura, todas estas eran facetas de la vida esplendorosa de Francesca Gargallo (1956-2022). Y todas estas facetas también brillan en esa especie de ópalo recién extraído de la mina que es su libro póstumo de relatos En qué momento me volví esa señora iracunda (Random House, 2023), presentado en Tegucigalpa por la escritora hondureña Melissa Cardoza y Helena Scully, hija de la autora.
Nacida en una familia italiana de alcurnia, Francesca vivió y murió, por elección propia, no como latinoamericana, sino «nuestramericana», como ella decía, haciendo propio el gentilicio reivindicador acuñado por José Martí. Su vocación andariega se reflejaba en su lenguaje cotidiano, en el que mezclaba el «palabrerío chilango (…) con infiltraciones de palabras chapinas, hondureñas, beliceñas», dice Melissa Cardoza. Francesca visitó Honduras varias veces, una de ellas después del golpe de Estado, cuando llegó a acuerpar, en todo el sentido de la palabra, a sus hermanas feministas, con las que se ha reunido una vez más, a través de su hija y de las páginas de En qué momento me volví esa señora iracunda.
El título de la colección de relatos publicada por Random House no es casual, como expresa Melissa Cardoza en el prólogo, en el que se percibe la estrecha relación personal que mantuvo con Gargallo. «Cuando la encontré», dice Cardoza, «estaba lejos de ser una señora, aunque ya era bastante iracunda. De una juventud y belleza decidida, denunciaba (…) la complicidad de otras feministas con los dueños del dinero y de la razón hegemónica, más o menos colaboradoras de un patriarcado que se fortaleció en nombre de salvar a las pobres mujeres pobres».
En el prólogo, Cardoza refiere que Gargallo «una vez, al referirse a Berta Cáceres en una entrevista radial, dijo: “Era una fuerza de la naturaleza”. Tomaría esas mismas palabras para describirla», señala la escritora hondureña. En otras partes del prólogo, Cardoza expresa que Francesca era una «esperanzada infatigable», «hiperbólica, parlanchina, brillante y dialogadora». «Una escritora, eso es lo que era», afirma Cardoza.
Durante la presentación de En qué momento me volví esa señora iracunda, Helena Scully, hija de la autora, refirió cómo el libro es el resultado de un esfuerzo colectivo, escrito por su madre, publicado por Random House por mediación de un amigo que trabaja con esa casa editorial, con prólogo de Melissa Cardoza, la portada ilustrada por la propia Helena, y la fotografía de la solapa tomada por la fotógrafa mexicana Rotmi Enciso, contando además con la colaboración de Gabriela Huerta Tamayo y Ruth García Lago.
Francesca falleció debido al cáncer en Ciudad de México, rodeada de esa colectividad amorosa que construyó, el 3 de marzo de 2022, la misma fecha en la que la lideresa ambientalista lenca Berta Cáceres fue asesinada en Honduras en 2016. Esta coincidencia de fechas es una más de una serie de hechos que unen la trayectoria de la escritora italo-nuestramericana con las luchas feministas en Honduras. Así fue recordada durante la presentación de este libro póstumo en Tegucigalpa, en el local de La Ilimitada, frente a un fervoroso público compuesto en su mayoría por mujeres que compartieron anécdotas de cómo conocieron a Francesca y ella las inspiró a ser más libres por medio de las luchas compartidas.
Sara Tomé, una de las lideresas feministas presentes, apuntó que Francesca Gargallo fue lo que la filósofa argentina María Lugones definió como una «viajera entre mundos», alguien que dialogó y contribuyó a diseminar saberes y experiencias de los diversos feminismos. Una de sus obras más reconocidas, Feminismos del Abya Ayala, fue uno de sus grandes regalos para las feministas contemporáneas, y se sigue estudiando en diferentes espacios, expresó Tomé.
En qué momento me volví esa señora iracunda se agrega a la vasta colección de libros publicados por Gargallo, que comprende novela, cuento, poesía, literatura infantil y ensayo. Se anunció que algunas de sus obras estarán disponibles próximamente en Tegucigalpa, publicadas o reeditadas por el Fondo de Cultura Económica de México (FCE).