La orden: “cerrar el chorro” de los homicidios

Las pandillas dieron “inicio” a la orden de no atentar contra el sistema en noviembre de 2019, según los documentos de inteligencia analizados por la Redacción Regional. Mientras los homicidios se desplomaban, los traslados de pandilleros a hospitales se dispararon: pasaron de dos en octubre a al menos 19 ese noviembre. El pacto quedó claro desde el inicio: condicionar beneficios penitenciarios sería la hoja de ruta de las autoridades, la de las pandillas abrir o cerrar “el chorro” de los homicidios. Cada quien retiraría de la mesa de diálogo sus compromisos cuando la otra parte no cumplía su palabra.

 

Por Carlos García
Con reportes de Jaime Quintanilla, Andrés Dimas, Ricardo Flores, David Bernal y Daniel Valencia
Ilustraciones: Donají Marcial y Monserrat Benítez

 

Los reportes del Sistema de Inteligencia Policial (SIPOL) del 12 al 18 de julio de 2019 titulados “Análisis para la Interpretación del Fenómeno de Pandillas en El Salvador”, señalaban que en Zacatecoluca se vivía un pacto entre pandillas de no agresión. La PNC estaba enterada que estos grupos habían ordenado “cerrar el chorro” de homicidios con “cero palmes” tanto al interior del penal como al exterior.

Un jefe policial que participó por órdenes de sus superiores en la tregua del primer gobierno del FMLN en 2012; que vio el nacimiento del Plan Control Territorial y que ejecutó el Régimen de Excepción, asegura que para el segundo mes del Gobierno de Bukele ya era evidente para él y sus colegas de mando que algo había cambiado.

“Veníamos de las medidas extraordinarias, y por más buenos policías que seamos, usted ahí tenía los resultados. Bajamos, pero no lográbamos desaparecer la racha de violencia homicidas. No somos Superman, vaya, por muy buen trabajo que hagamos. Cuando los homicidios comenzaron a desplomarse de esa manera, quienes tenemos décadas en esto rápido dudamos. Conversábamos entre nosotros y hasta era chiste: ‘¿Vos hiciste algo nuevo? ¿Te inventaste algo?’ Supimos que un nuevo pacto había ocurrido, pero para ese momento era prematuro definir si era una nueva tregua. Pero lo cierto es que no era normal. Sobre todo, porque el Plan Control Territorial… ¿qué era eso que anunciaron? Nada. Las mismas acciones de siempre, con otro nombre, ineficaces algunas o que nunca han dado los resultados esperados”.

El Plan Control Territorial fue lanzado el 20 de junio de 2019 por el Gobierno, en el inicio de la gestión Bukele. Las negociaciones con las pandillas, según los documentos de inteligencia, arrancaron semanas después, a inicios de julio.

En “Zacatraz”, como también se conoce al penal en alusión a la célebre prisión de Alcatraz, las pandillas habían abierto un diálogo al menos desde principios de julio, pero con fecha de caducidad si el gobierno no atendía sus demandas: mejor atención médica, tienda toda la semana, horas completas de sol, programas de reinserción y, sobre todo, visitas al interior del penal.

Están esperando que el presidente Bukele les normalice los beneficios carcelarios en los primeros 100 días de gobierno”, se lee en la hoja 3 de uno de los informes de inteligencia sobre el Barrio 18 Sureños, “de no ser así realizarán atentados en contra del personal del sistema y su familia”.

La MS-13, según los informes de inteligencia, señalaban noviembre, después de la audiencia por el caso Cuscatlán, en el que por primera vez se procesaba a 425 miembros de la pandilla, como fecha límite para que el gobierno cumpliera con sus demandas de admitir visitas al interior del penal. De lo contrario ordenarían de nuevo abrir el “chorro” de los homicidios. 

El 2 de agosto de 2019 el director de Centros Penales, Osiris Luna, subió un video en Twitter donde mostraba imágenes del interior de Zacatecoluca como parte de una campaña de medicamentos en el Sistema Penitenciario. Un mes después, el presidente, Nayib Bukele, ordenó en Twitter “levantar totalmente la emergencia” penitenciaria impuesta desde el 21 de junio.

Entre estos dos días, que marcaban un nuevo trato para los presos de las pandillas en el penal de máxima seguridad, no solo continuaron los traslados desde Zacatecoluca —en agosto, según los documentos de inteligencia policiales y militares filtrados por Guacamaya, se registraron seis salidas, todas de miembros de la MS-13—, sino que marcaron nuevos hitos: el del traslado a clínicas privadas de los líderes y la estancia durante días en centros de salud.

El internamiento de pandilleros en hospitales se inauguró el 14 de agosto, cuando Christian Alejandro Hernández, miembro de la MS-13, fue trasladado al Hospital Santa Teresa y quedó ingresado por seis días.

El primer traslado a una clínica privada que recogen los informes de inteligencia de un miembro de la Ranfla Nacional ocurrió tres días después. Eduardo Erazo Nolasco, alias “Colocho”, fue enviado el 17 de agosto a las 7:40 de la mañana a la Policlínica Herrera para hacerse una supuesta ultrasonografía.  Colocho permaneció una hora en las instalaciones, un lugar más parecido a un centro de salud de ginecología que a un hospital con la infraestructura necesaria para recibir a uno de los líderes históricos de la MS-13, para después regresar al penal.

Durante esos meses, como lo confirman dos güilas (mensajes internos de la pandilla) confiscados por la PNC a la MS-13 en el penal de Izalco a inicios de septiembre, la negociación entre gobierno y pandillas continuaba.

“Que hondas hermanos les rallamos esta willa para que tengan el conocimiento que los hermanos de Zacatecoluca, mandaron estos datos hace poco haciendo ver que a Zacate ya llegó la jente que ellos esperaban (gobierno) y llegaron a un dialogo, que si nos van alludar pero solo tengamos calma”, rezaba el recado que después fue transcrito por la PNC en una presentación de Power Point.

Las güilas evidenciaron que los pandilleros en libertad estaban atentos a los acercamientos entre el gobierno y los líderes en Zacatraz.

“Otra onda, los homis de las calles mandaron a decir que ellos que cómo estábamos con el trato que habíllamos cerrado. Y esta jente (gobierno) les contestó y le dijo que ya estaban trabajando y nos ban ayudar que solo esperaramos unos meses que lo primero eran los tavos (cárceles)  y después las calles. Los homis de las calles tienen la comunicación con esa jente y también dicen los homis de las calles que nuestros familiares están llegando a un trato pero lo primero es la visita para los tavos (cárceles) y esta mierda ya va a cambiar que no pasa de este año y podamos tener visita”.

Uno de estos mensajes internos reveló que las salidas a hospitales eran aprovechadas para compartir lineamientos. “Esto (la información) es de hacerlo llegar a los otros modulos pero con jente de confianza o que salga al hospital o clínica para que se lo den a la jente que anda al frente de las cosas”.

Las salidas de cabecillas de pandillas hacia centros de salud contrastaba con las campañas médicas y el incremento de atenciones que el Gobierno había instaurado en los centros penales del país.

Aunque la negociación parecía prosperar, la MS-13 tenía un plan B en caso de que el periodo de calma que pedían las autoridades se prolongara. Eso se lo hizo saber a la policía un miembro de la pandilla luego de manifestar su inconformidad con las “decisiones que estaban tomando los cabecillas” de la MS-13. Confesó que su compañero Antonio Flores Lucano, alias “Axel”, pronto quedaría en libertad para transmitir información que “las mentes del (sector) seis” le habían instruido.

“Mandan a decir a la ranfla de las calles y zonas, que inicialmente se manejaba el dos de noviembre de este año para iniciar ataques contra la policía y ataques contra empleados de este penal”. El informante decía desconocer si esa fecha se mantendría porque el ultimátum sería enviado a través de reos que serían trasladados desde Zacatraz hasta los juzgados por el Caso Cuscatlán.

“Si las cosas (los beneficios) no se pueden hacer del dos de noviembre para allá (en adelante), que no debe pasar este año en pegarle a Zacate, a cualquier empleado, y hacer una ofensiva contra agentes de la PNC, contra miembros del ejército y contra instalaciones policiales y militares”.

La declaración de este emeese también consignaba que “la idea es llamar la atención para que el gobierno a través de sus representantes vengan a Zacate y hablen o negocien con la ranfla máxima de la MS y para ellos también mandan la palabra que nadie de la ranfla de penales o casa de la MS ni sectores del 1 al 4, tienen la autoridad para hablar con gente del gobierno de temas de este tipo, que acá en Zacate solo son unos cuantos homeboys (Saúl Antonio Ángel Turcios, (a) 13, Elmer Canales Rivera, (a) Croock, Borromeo Enrique Henríquez Solórzano, (a) Diablo HLS y Carlos Tiberio Ramírez Valladares, (a) Sniper de Pasadena“.

El 9 de septiembre se cumplieron los primeros 100 días de Bukele en el poder. 11 días después, 19 hombres fueron ejecutados a sangre fría en diferentes puntos del país, de acuerdo con un reporte interno de la PNC. Las autoridades pudieron identificar que cinco de los victimarios pertenecían a la MS-13.

El tweet del presidente no se hizo esperar. “Hoy estamos experimentando un alza en homicidios, como si fuera un día del Gobierno anterior”, escribió.  

El informe policial titulado “Cabecillas de la Pandilla MS13 prófugos y radicados en México” señala que uno de los autores intelectuales de esa jornada sangrienta fue Jorge Alejandro de la Cruz, alias “Cruger”, uno de los líderes de la Ranfla Nacional en libertad y ubicado en México, quien desde alguna de las aplicaciones Soma o Line ordenó el incremento de muertes. Esa acusación también la comparte el Departamento de Justicia estadounidense, que acusa a Cruger de “proveer instrucciones y guía en nombre de la Ranfla Nacional de la MS13 a líderes fuera de prisión que participaron en estas negociaciones”, según un requerimiento o indictment publicado en febrero pasado.

Cuatro días después de los asesinatos del 20 de septiembre, Zacatraz volvió a tener tienda. La Dirección de Centros Penales comunicó públicamente la “apertura de tiendas penitenciarias” y la reactivación del depósito electrónico para presos que quisieran comprar en ellas.

Septiembre cerró con cuatro jornadas de más de 10 homicidios diarios, con seis viajes a hospitales y con la primera salida doble de uno de los máximos líderes del Barrio 18 Revolucionarios, Jeffrey Isaac Pérez López, alias “Xochil”, que acudió a una “consulta particular”.

 

El caso Cuscatlán y la mesa de diálogo

El 8 de octubre de 2019 se llevó a cabo la mayor investigación judicial contra la Mara Salvatrucha, conocida como Caso Cuscatlán, en la que por primera vez se judicializaron 425 miembros de la pandilla. Las largas y tumultuosas audiencias sirvieron también como reencuentro de miembros de la MS-13 provenientes de diferentes penales. Según Maniaco, un miembro esta pandilla quien entonces cumplía sentencia en el penal de Izalco, se difundió entre ellos la información sobre las negociaciones de la pandilla con el Gobierno y el plan de la MS-13 en caso de que las autoridades no cumplieran con lo acordado.

“Ahí aprovecharon ellos. En esa sacada de gente fue que organizaron”, dice, “la DECO intimó o sacó gente de Fase II y III que nos vinculaban con ciertas cosas y ahí a Sniper (Juan Carlos Guzmán Moreno) le dijeron que tal había salido al hospital. Ahí se corrieron varias cosas”, cuenta Maniaco sobre una ocasión en que se llevaron cerca de 200 pandilleros de Izalco a una audiencia al mismo tiempo que lo hicieron con algunos miembros de la Ranfla Nacional de Zacatecoluca.

El 27 de octubre, semanas después de las audiencias por el caso Cuscatlán, Borromeo Enrique Henríquez Solórzano, alias “Diablito”, el máximo líder de la MS-13, salió por primera vez de prisión, de acuerdo con la información en poder de La Redacción Regional. Diablito fue trasladado hacia el Hospital Santa Teresa por una “emergencia” y quedó ingresado hasta el 1 de noviembre. El informe diario del penal lo registró bajo el nombre de Diomedes Herrera Solórzano, pero un documento de inteligencia confirma que se trataba de Diablito.

Al segundo día de su salida no hubo un solo homicidio en el país.

Análisis Integrado de Inteligencia del 1 al 31 de octubre de 2091 donde revela que Diomedes Herrera Solórzano es Diablito.

El “Análisis Diario del Fenómeno de las pandillas” realizado del 25 al 31 de octubre por el Sistema de Inteligencia Policial (SIPOL), en el marco de la salida de Diablito, recogía una güila confiscada en el penal de Ciudad Barrios que decía que “cabecillas tendrían planificada una mesa de dialogo con representantes del gobierno, entre los puntos a tratar estaría la reducción de homicidios y el tema de los enfrentamientos entre policías, militares y pandillas“.

Los informes de inteligencia no registran una fecha exacta del encuentro en el que líderes pandilleriles acordaron sus condiciones de manera directa con representantes del gobierno, pero sí consignan la existencia de ese encuentro y los temas tratados.

La negociación no incluyó una paz total, sino la reducción de homicidios, ya que ambas pandillas mantenían vigente una orden de cometer asesinatos de manera selectiva y menos visible, según los documentos de inteligencia. Dejar los ingresos a través de la extorsión y venta de droga tampoco formaron parte de los ofrecimientos de las pandillas. Decenas de reportes de inteligencia revelan las demandas que los pandilleros solicitaban al sistema penitenciario: la atención médica, el derecho a tienda, horas de sol, ropa, productos de limpieza, reabrir los programas de reinserción, reducir la violencia de los policías y custodios tanto adentro como afuera de prisión y, sobre todo, habilitarles la visita.

Modesto, el miembro de la MS-13 preso en Zacatecoluca durante esa época, recuerda que cada vez que algún funcionario entraba al penal los guardias los ponían boca abajo y contra la pared para no que no pudieran observar quien ingresaba. Los beneficios prometidos por el gobierno de Bukele, dice, llegaban “poco a poco”. Los primeros fueron las salidas al patio a recibir el sol y los medicamentos, luego se reabrió la tienda, les dieron dos boxers, sábanas, colchonetas y “dejaron entrar los paquetes” familiares con productos de limpieza. Hubo corte de cabello y los custodios dejaron de portar gas pimienta. El número de médicos en la clínica de Zacatraz pasó de uno a dos y comenzaron a tomarles el peso y a darles una dieta especial a los que sufrían desnutrición, como el propio Modesto.

“Él (Osiris Luna) dijo que iba a dar tienda, incluso que iba a dar visita. Iba a ver visita en los penales, sólo que por medio de vidrios”, asegura que escuchó en Izalco Maniaco, quien habla desde Chiapas, en el sur de México, donde huyó durante el Régimen de Excepción. “Eso era todo y nada más. No querían nada más. Visita, ver a sus hijos y que hubiera tienda en los sectores”.

Aviso oficial sobre el ingreso de paquetes publicado por la Dirección de Centros Penales a través de Twitter

La promesa de visitas, junto la posibilidad de realizar llamadas telefónicas, tenían un nombre clave entre los pandilleros presos: “puntos de honor”.

Las visitas, sin embargo, continuaban sin producirse al interior del penal. Los únicos que tenían acceso a ellas eran los líderes que salían de Zacatecoluca durante sus estancias en los centros médicos. El ultimátum de la MS-13 estaba cada vez más cerca y mientras la pandilla seguía sus negociaciones con el Gobierno también continuaba con su plan B, según los análisis de inteligencia. Las autoridades incluso llegaron a recibir información sobre la creación de una lista negra de gente “que le han fallado a la MS13” en la que se incluían miembros detractores, informantes, civiles que no pagaban la extorsión y hasta agentes del Estado que podrían ser ejecutados cada vez que el gobierno no cumpliera con lo pactado.

Zacatecoluca oficializa negociaciones y celebra la Navidad

El traslado de Borromeo Enrique Henríquez Solórzano, el máximo líder de la Mara Salvatrucha, el 27 de octubre de 2019 hacia el Hospital Santa Teresa para tratarse una supuesta “emergencia médica”, según el “Informe novedades y actividades relevantes” realizado por el órgano de inteligencia policial, marcó un punto y aparte en los homicidios cometidos en el país.

 “Por primera vez tenemos 5 días sin homicidios desde la firma de los Acuerdos de Paz. Esperamos cerrar con un mes histórico”, presumió Osiris Luna el 31 de octubre en el programa Diálogo con Ernesto López de Canal 21 “La población salvadoreña se merece un precedente donde políticos que han negociado con pandillas enfrenten la justicia, esto tiene que terminar con una condena. No más treguas, ni pactos oscuros”.

Bukele celebraba el 1 de noviembre en Twitter que octubre se había convertido “en el mes con menos homicidios desde los Acuerdos de Paz”. El Gobierno contabilizó 112 homicidios en aquel mes, un promedio de 3.61 diarios.  

Aquel mismo día, según un reportaje publicado por La Prensa Gráfica, Diablito fue trasladado de nuevo, desde el Hospital Santa Teresa hasta el Hospital Saldaña, en San Salvador, para recibir otra supuesta consulta, como consignó el libro de novedades del penal de Zacatecoluca. Maniaco asegura que durante ese traslado Diablito visitó Izalco para comunicarles a sus homeboys el nuevo compromiso con el gobierno de “cerrar las válvulas”.

“Fueron a sacar a Borromeo a Zacate y lo fueron a sacar para ir a hablar a Izalco. Allá en Izalco llegó uno de Fase III y de Fase II, sacaron a uno de acá y uno de allá para hablar. Cuando entraron de inmediato se regó la bulla (la información), ahí vimos al Diablo”, dice.

La División de Análisis y Producción de Inteligencia de la PNC consignaría meses más tarde en su reporte “Análisis Diario de Fenómeno de las pandillas”, fechado del 5 al 6 de marzo de 2020, que en noviembre de 2019 las pandillas habían dado “inicio” a la orden de no atentar contra el sistema.

 Mientras los homicidios se desplomaban, los traslados de pandilleros a hospitales se dispararon: pasaron de dos en octubre a al menos 19 en noviembre. Solo el 5 de ese mes se registraron tres salidas: una al hospital Rosales y dos al de Santa Teresa. El 20 de noviembre Raúl Armando Bonilla Lazo alias “Slow”, miembro de La Federación o Ranfla en las calles en la zona Paracentral del país, quedó ingresado en Santa Teresa por 14 días. Cinco días más tarde, se hizo oficial el ingreso de paquetes de ropa a Zacatecoluca por parte de familiares.

Estas salidas coincidían con una propaganda sobre las campañas de salud en cárceles de la que presumían el presidente y la Dirección de Centros Penales. Se hablaba de la inversión de hasta 1 millón de dólares en “medicamentos para privados de libertad”, la designación de “150 profesionales de salud” en las cárceles y la instalación de al menos una clínica por cada centro penal. Sumado a esto, Bukele anunció el inicio de un programa para curar la tuberculosis y la desnutrición en el sistema penitenciario y añadió:si los homicidios no siguen a la baja, por el contrario, se van al alza… vamos a detener esos programas”.

 

Ese mensaje del presidente fue un ejemplo de lo que muestran los documentos de inteligencia sobre la dinámica de la negociación entre el gobierno y las pandillas. Condicionar beneficios penitenciarios sería la hoja de ruta de las autoridades, la de las pandillas abrir o cerrar “el chorro” de los homicidios. Cada quien retiraría de la mesa de diálogo sus compromisos cuando la otra parte no cumpliera su palabra.

Raúl Armando Bonilla Lazo alias “Slow”

En diciembre, el número de salidas alcanzó las 18. Dos líderes de la Ranfla Nacional, Efraín Cortez, alias “Tigre”, y Ricardo Adalberto Díaz Mejía, alias “Rata”, quedaron ingresados en Santa Teresa. El primero es corredor tanto nacional como internacional de la clica Park View Locos y el segundo corredor principal del Programa Centro de San Salvador. Ambos habían participado en la tregua de 2012, impulsada por el gobierno del expresidente Mauricio Funes, donde fueron enviados desde la cárcel de Zacatraz hasta al penal de menor seguridad de Ciudad Barrios para propagar entre sus huestes la reducción de homicidios.

Así llegó la Navidad a Zacatecoluca. El 24 de diciembre, una comisión dejó en el penal 350 combos de Pollo Campestre, según el informe de novedades de ese día. Cuatro horas más tarde el subdirector de Centros Penales, Carlos Aparicio, apareció con 600 cajas más de Pollo Campero.

 

“Llegaron de presto, nosotros ni nos esperábamos eso”, recuerda Modesto, el pandillero que estaba preso para aquellas fechas en Zacatraz. “Al parecer nos iban a vender unos combos de pollo por medio de la tienda, pero cuando se acordó entraron ellos (políticos) también verdad, el mismo día del combo entraron. Entró Osiris y otras personas ahí. Pero cuando estábamos ahí, preguntaron porque había varios así con pasamontañas que la verdad no supimos ni quienes eran. Y cuando les preguntaron que quiénes eran que nos madaban eso (el combo de pollo), pues dijo, ‘denle gracias a Dios’, no más dijo, ‘porque esto Dios se los manda’, dijo. De ahí comenzamos a darnos cuenta de que se habían terminado las medidas extraordinarias. Ya de ahí, después de eso, fue cuando comenzaron a vendernos en lo que era, porque al principio solo vendían 5 dólares de tienda, [se ríe] solo más que todo, solo dos bolsillas de galletillas y rinso (detergente) y jabón”.

Fuentes que presenciaron los beneficios recibidos por lo pandilleros de Zacatecoluca en diciembre de 2019 confirmaron a la Redacción Regional que esta imagen, que se filtró en redes sociales, se corresponde con las actividades realizadas intramuros al final de ese mes.

Modesto y el resto de los internos del sector 2 celebraron dentro de sus celdas, pero hubo un reo de Zacatecoluca, Julio César Melgar Hernández, alias “Power”, uno de los líderes más letales de la clica Teclas Locos Salvatruchos, que lo hizo fuera del penal. Power fue trasladado al hospital Santa Teresa por un “chequeo médico de emergencia” y estuvo ingresado por 20 días.

El festejo en Zacatraz, sin embargo, duró poco. “Como a los dos días estaban haciendo una buena limpieza, llevándose todo de nuevo”, dice Modesto. “Comenzaron jugando; daban y luego te lo quitaban. Primero dieron las colchonetas, luego llegaron a recogerlo todo de nuevo. No sé qué pasó y mandaron a recoger todo”.

Los primeros seis meses de gestión del nuevo gobierno cerraron con una reducción de homicidios del 52%, según la versión oficial, por la implementación del Plan de Control Territorial. Los niveles que habían alcanzado en diciembre no se habían registrado en un solo mes ni durante los Acuerdos de Paz ni durante la Tregua del 2012.

Bukele se vanagloriaba por las cifras y deseaba un feliz año nuevo a todos.

Que Dios nos siga bendiciendo”, escribió en su Twitter. Mientras el contador de viajes desde Zacatraz había alcanzado las 55.

 

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