Fiscalización del género y la sexualidad

Fiscalización del género y la sexualidad

Texto: Teddy Baca
Ilustración: Daniel Fonseca

A poco tiempo de llegar el 17 de mayo, día contra la Homolesbitransfobia, escribo este artículo con el fin de reflexionar sobre algo que ha tomado fuerza en los últimos años y no parece detenerse. Pero para entrar en contexto, creo sustancial el mencionar algunos antecedentes que ilustran mejor la situación:

  1. El año pasado, el alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, se opuso a izar la bandera LGTBIQ+ porque, según él, hacerlo habría sido «proselitismo», cuando irónicamente apoya la lectura de las biblias en las escuelas. No podemos inferir una neutralidad ya que Contreras usó de excusa la «moral» para cerrar el restaurante para adultos «La Puntita».
  2. La confabulación de diputados liberales, nacionalistas y diputados afines a Salvador Nasralla —y diputados del Partido Salvador de Honduras— para prohibir en la constitución el matrimonio igualitario, el aborto y, actualmente, criticar el libre acceso a la PAE, demuestra un sesgo conservador bastante marcado por la religión fundamentalista, lo cual no debería tener cabida en un país laico ya que terminan fiscalizando así los cuerpos de mujeres y disidencias sexuales.
  3. Las iglesias fundamentalistas buscando la censura de la diversidad sexual en espacios educativos por medio de campañas de pánico moral contra la «ideología de género» —lo cual es una excusa conceptual para seguir rechazando la diversidad sexual y su libertad de expresión— a través de marchas, alianzas con asociaciones de padres de familia, influencia en periódicos como El Heraldo, La Prensa, La Tribuna, canales de televisión como Canal 10 en las emisiones de Abriendo Brecha y hasta discursos realizados por ultraconservadores como por ejemplo Mario Fumero, Sergio Handal y Paolo Pellegrino que hacen caso omiso de los consensos científicos sobre la sexualidad humana
  4. Influencers ultrareligiosos como Felipe Faraj que apoyan los fraudulentos y dañinos Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género, ECOSIG, desde un enfoque religioso en sus redes sociales como Twitter y Facebook, y se oponen a la aceptación de la niñez que no encaja en sus expectativas de género y del matrimonio igualitario.
  5. Algunos agentes policiales que se prestan a la detención arbitraria o acoso de personas LGTBIQ+ por por hechos como besarse en la calle y andar de la mano, como cualquier otra pareja cisheterosexual, es un claro delito según el artículo 213 del código penal.
  6. Y hasta algunos miembros de la población LGTBIQ+, como el reciente caso de Miguel Leiva que pidió «discreción» a un par de hombres hondureños que se casaban, como si no viviésemos el exhibicionismo cisheteronormativo a diario en chistes, películas, bailes, deportes, etc.

Todos estos son ejemplo de cómo el sistema busca controlar y generar coacción para que la diversidad y las mujeres guarden silencio o de manera sutil, exigiendo «cambiar» para ser moralmente aceptables para la hegemonía.

Una sociedad donde se exige a las mujeres pobres no procrear, pero obligan a niñas embarazadas a parir y se oponen a la educación sexual; una donde a los hombres se les permite ser promiscuos y agresores en la casa, siempre y cuando sean heterosexuales pero les genera odio y asco irracional que dos hombres puedan amarse, se besen y quieran casarse, o incluso que una mujer decida no tener hijos y tomarse una pastilla anticonceptiva de emergencia; una sociedad en la que el sacerdote y el pastor quieren censurar la inherente naturaleza diversa de las personas, deshumanizando y negando la validez de la vivencia LGTBIQ+ o la decisión de las mujeres para salir como quieran, trabajar donde quieran y acceder a sus derechos sexuales y reproductivos, pero acusan de persecución a todo los que exigen un estado laico y respetuoso de los tratados internacionales, es también una sociedad en la que los políticos dicen defender la vida y la familia pero les encanta cometer infidelidad o tapar la de su «alero» — y lo mismo puedo decir sobre la violencia intrafamiliar— o en ocasiones ser parte del engranaje de impunidad que opera en feminicidios o los crímenes de odio al justificarlos, evitar tipificarlos como tales y no brindar presupuesto en su investigación.

Los medios de comunicación tradicionales siguen violentando a personas o difamando iniciativas educativas para prevenir embarazos o violaciones de derechos humanos porque de repente eso «ofende» a sus patronos, sembrando así el odio al trabajo de defensores y defensoras, para luego ser los primeros en exigir libertad de expresión y justicia cuando se les señala de discriminación. Lucrarse con el odio es detestable, la libertad de expresión no está por encima de la dignidad de grupos vulnerables.

Estos casos de doble moral que se traducen en métodos coercitivos que atentan contra la verdadera libertad y autonomía de las personas, pueden interpretarse como un fiscalizador sobre lo sexual y lo de género, uno que espera el momento para materializar con leyes la persecusión de feministas y diversidad sexual con la excusa de proteger menores de la «ideología de género» y otras mentiras ambiguas para reprimir la diferencia.

La violencia sigue en aumento y gracias a estas acciones, la impunidad será una constante, porque el silencio es cómplice, nunca la solución.

Esperan que nosotros, la población LGTBIQ+ y también las mujeres, bajemos la cabeza con la esperanza de una salvación divina de algo que no es ni bueno ni malo, por mí ¡quédense con su paraíso! No necesitamos una promesa a un lugar lleno por la misma gente que nos violenta. Necesitamos igualdad de oportunidades y derechos en todas sus aristas, abortar, casarnos, hablar positivamente de la sexualidad sin tabúes ni estigmas ¡éstos no son privilegios!

 

¡No es una enfermedad ser distintos!
¡No es ideología ser distintos!
¡No es pecado ser distintos!
¡No es delito ser distintos!
¡Somos naturaleza, somos genuinos!
¡No más represión ni intentos de conversión!

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Sobre
Teddy Baca nació el 30 junio de 1995. Es psicólogo, escritor y educador comunitario virtual. Escribe desde 2018; algunas de sus obras son El Continuum Masculino; Bisexualidad y Fluidez Sexual de Honduras, Prisma, La Naturaleza del Homosexual y su Sociedad y Estaré bi-en a tu lado, siendo ésta última mención honorífica en el Premio Nacional de Narrativa Juvenil 2020.
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