El Gobierno puede gestionar la cultura e incluirla como beneficio ciudadano basado en un derecho humano esencial para el desarrollo.
Texto: Salvador Madrid
Fotografías: Festival Internacional de Poesía Los Confines
El Gobierno de Xiomara Castro ha comenzado a recuperar la institucionalidad cultural del país con la fundación de la Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras (SECAPPH). Un paso clave para comenzar a avanzar hacia propósitos enmarcados en políticas culturales que garanticen inversión, creación de empresas culturales y generación de plataformas de expresión y consumo.
La cultura es aliada idónea de cualquier proceso de desarrollo social, progreso o visión de futuro. Desde este punto de vista, el Estado puede gestionarla e incluirla como beneficio ciudadano basado en un derecho humano y generar condiciones propicias para protegerla, desarrollarla y alentar su consumo. Necesitamos proyectos de agua, pero es vital crear la cultura del agua para adquirir conciencia ecológica que salvaguarde este recurso. Es urgente un proyecto de vivienda, pero también crear la cultura sensible de vivir libres de todo tipo de violencia, especialmente la basada en género, para dimensionar la vivienda como patrimonio familiar y espacio digno y protector.
Mis percepciones se basan en el seguimiento del quehacer estatal, porque como escritor y gestor cultural me corresponde hacer lecturas para dialogar, disentir o sumarme a aquellas tareas que necesitan de la participación ciudadana. El nombre de «Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras» evidencia el sentido universal de la riqueza de nuestro país, y esperamos que regrese oportunidades a los hacedores, las expresiones y los públicos, interpretados en su diversidad.
En la Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras se ha comenzado un trabajo de rescate de veinte casas de la cultura a nivel nacional, algunas de ellas estaban privatizadas o bajo la administración de falsas entidades de sociedad civil. Se ha comenzado a mapear la red de bibliotecas nacionales y creado interacciones con proyectos de bibliotecas emergentes, con riquezas metodológicas producidas por las comunidades. Se han fortalecido muchos espacios culturales que han resistido en todo el territorio nacional como festivales, asociaciones culturales, colectivos, encuentros de creadores, emprendedores culturales y artesanos. Se creó la I Feria Internacional del Libro de Honduras, que debe asumirse como un espacio en crecimiento capaz de abrazar, en las ediciones del futuro, a toda la producción de libros y que puede fraguar un movimiento asociado de las editoriales hondureñas y el gobierno, encaminado a la generación de empresas editoriales y a la formación de profesionales en diseño y gestión editorial.
Considero que es un momento que puede generar oportunidades para gestores culturales, creadores, editores, educadores y emprendedores alrededor de una idea de la cultura más abierta e inclusiva en los diferentes proyectos que se implementan, manteniendo una relación profesional, crítica y respetuosa. Esto es muy notorio en muchos proyectos impulsados por el ministro José Carlos Cardona, en SEDESOL, por ejemplo, donde al asistencialismo se antepone la formación, el empoderamiento, la cultura de recuperación de conocimientos útiles y relevantes que nos regresan valiosas memorias desde perspectivas sociales más participativas e inclusivas. Esto es correcto y ejemplar, implica procesos que parecieran lentos, pero en verdad son profundos —pues forjan la cultura del desarrollo social que se necesita.
El accionar de la ministra Anarella Vélez ha sido vertiginoso: seis meses de reconocimiento del territorio geográfico y simbólico, esto se le aplaude a la ministra, que corrió a ciertos lugares a recuperar lo perdido, lo usurpado, lo nuestro; así nos lo regresen en bancarrota. Fue a abrazar a quienes en la lejanía o la marginalidad empujan una idea, un sueño, una tradición, un bien cultural común. Aún quedan muchos abrazos que dar y personas a las que dignificar con la expresión de respeto y reconocimiento, mientras llegan las políticas culturales de Estado y sus beneficios. Personalmente puedo contar que en Gracias se habían cedido los espacios culturales a la Iglesia. Un error gravísimo. La sociedad civil llamó a Anarella Vélez para que asistiera urgentemente y respaldara el reclamo de la pertenencia de estos espacios a la comunidad. Se reafirmó que la Casa de la Cultura, la Casa de la Música, la Casa Galeano, la Casa de la juventud y su Biblioteca Blue Lupin son del pueblo graciano.
Gestionar la cultura es una tarea difícil para los creadores, pero también para el Estado, pues debe bregar con necesidades y carencias abrumadoras que lógicamente tienen causas identificables: debilidad en el estamento legal, abandono, falta de políticas y presupuestos, personal especializado y tensión de visiones sobre cómo debe tratar la cultura, pero además con un ideario diverso y multidisciplinario de quienes producen cultura.
Si recordamos los esfuerzos estatales anteriores encontraremos grandes lecciones: algunos gobiernos se perdieron en el folclorismo, en la nostalgia o en el elitismo. No era ingenuidad o inconsciencia, sino más bien la consolidación de una agenda que debía tratar la cultura como cualquier cosa menos como derecho humano y como esencia clave del desarrollo social y de la formación sensible de los hombres, las mujeres, las niñas y los niños para alcanzar conciencia de vivir, luchar y transformar toda circunstancia que nos limite.
1 comentario en “Proximidad de los creadores culturales y el Gobierno de Honduras”
Que bien amigo Salvador Madrid. Creo debemos avanzar hacia un Consejo Nacional de Cultura que integre a los actores y actoras individuales, organizativos institucionales (públicos y privados) que oriente la inclusión, organización, articulación a nivel comunitario, municipal, departamental y nacional que puede reorientar el trabajo de revalirizacion, rescate, divulgación y aplicación que pueda incidir en la comunicación, la educación y el desarrollo asumiendo una visión del patrimonio cultural material-social y espiritual mental de Honduras en donde exista una relación de continuidad entre la vida cotidiana, la academia y la institucionalidad pública y privada…