Fotografía y texto: Jorge Cabrera
En las últimas horas, la Policía Militar del Orden Público (PMOP), bajo control de las Fuerzas Armadas, ha realizado operaciones de saturación en diferentes barrios de Tegucigalpa debido a la incidencia de hechos violentos en zonas controladas por maras y pandillas. Estas operaciones se realizan para dar captura a personas con órdenes pendientes, hacer allanamientos para decomiso de armas de fuego y reforzar el patrullaje que hace diariamente esta institución militar en todo el país.
Han pasado 141 días desde que tomó posesión Xiomara Castro en enero de 2022. Y como uno de los objetivos de su Gobierno, Castro anunció la desmilitarización de una seguridad pública militarizada por su antecesor, Juan Orlando Hernández, quien fue extraditado a los Estados Unidos para enfrentar un juicio por varios delitos relacionados al narcotráfico. Sin embargo, la PMOP sigue patrullando las calles de Honduras.
«Este tipo de operaciones se están realizando diariamente en aquellas zonas donde se ha reportado algún tipo de incidencia delictiva, como El Edén, El Bosque, El Picachito, La Sagastume, La San Miguel, La Esperanza, La Era, Suyapa, Villanueva, El Lolo, Flor del Campo, entre otros. Estas operaciones son permanentes por parte de la PMOP en todo el país, y esta mantiene patrullajes con el propósito de brindar seguridad a la población», dijo Mario Rivera, vocero de la PMOP.
«Ver recorrer las calles a los militares no nos da la seguridad de que las maras dejen de pelear territorios; esto solo lo hacen por un día, luego no se vuelven a ver (los militares)», mencionó Fredy García, comerciante de la zona de la colonia San Miguel, donde la PMOP ha estado realizando patrullajes y allanamientos.
A pesar de que la Secretaría de Seguridad –a través del Sistema Policial en Línea (Sepol)– ha documentado hasta el 8 de junio una baja en la tasa de homicidios con respecto al año anterior, varios hechos violentos han impactado en la percepción de violencia de la población hondureña.
«Ya no más violencia contra las mujeres. Voy con todas mis fuerzas para cerrar la brecha y generar las condiciones para que nuestras niñas puedan desarrollarse plenamente y vivir en un país libre de violencia. Mujeres hondureñas, no les voy a fallar, voy a defender sus derechos, todos sus derechos. Cuenten conmigo», dijo Xiomara Castro en su discurso de investidura; sin embargo, femicidios como el de Nerly Mendoza y Naomi Espinoza –que ocurrieron con tan solo tres semanas de diferencia– ponen en evidencia la inseguridad en la que se encuentra la población y, en especial, las mujeres y las niñas.
Otro caso que tambaleó la promesa del nuevo Gobierno fue el del seguidor del equipo de fútbol Real España, Wilson Pérez, quien un día después de haber agredido a una oficial de la Policía durante un partido en el estadio Metropolitano de San Pedro Sula, murió en un supuesto enfrentamiento con la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP) –que recientemente pasó al mando de la Policía Nacional de Honduras después de tener mandato militar.
Por otro lado, en lo que va de 2022 ya se contabilizan más de 254 menores asesinados. «Muchas de estas muertes están vinculadas a la violencia común que hay en el país, pero tampoco podemos hacemos los ciegos y entender que esto tiene que ver con toda una estrategia que tiene el crimen organizado y el narcotráfico para poder desestabilizar a la nueva administración de gobierno por las decisiones», dijo Wilmer Vásquez, director de La Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden) quien también fue candidato a diputado por el Partido Libertad y Refundación (Libre).