La deuda de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) alcanza unos 75,000 millones de lempiras. Desde 2016, con la llegada de la Empresa Energía Honduras (EEH), surgió una división en el sindicato de la empresa. A pesar de esto las dos facciones coinciden en que la estatal puede rescatarse.
Texto: Allan Bu
Fotos: Jorge Cabrera
Los problemas de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) parecen interminables. Hoy padece de una división de su sindicato de trabajadores, una deuda que asciende a más de 90 mil millones de lempiras y una demanda millonaria interpuesta por la empresa Empresa Energía Honduras (EEH), de capital colombiano, que firmó un acuerdo cuyo objetivo principal era reducir las pérdidas de la estatal eléctrica, pero estas han aumentado. Además, la empresa se encuentra agobiada por los contratos de generación de energía, que cubren el 75% de la demanda del país.
En un pequeño búnker de las oficinas de la ENEE en San Pedro Sula, norte de Honduras, conversamos con cuatro hombres. Son empleados de la estatal eléctrica. Recién han regresado de trabajar. Hay una mesa con semitas y café. Durante la próxima hora, estos hombres hablarán alrededor de esta mesa de un sinfín de problemas que tiene la ENEE y también de la disputa de los trabajadores de la misma, en la que se han formado dos sindicatos.
Esta disyuntiva sindical comenzó en el 2016, justamente cuando a Honduras llegaba la Empresa Energía Honduras (EEH), que se encargaría del área de distribución de la empresa estatal. Antes que la nueva empresa vendiera sus servicios a la ENEE, esta ya había despedido a cientos de empleados del área que operaría la EEH.
De acuerdo con lo dicho por Hever, uno de los empleados con los que conversamos, ahí inició la disputa contra Miguel Aguilar, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Enee (Stenee), pues a juicio de Hever no defendió a los trabajadores que fueron despedidos.
«Se le hizo un reclamo fuerte en esa asamblea a Miguel por lo que estaba pasando, por los despidos; y él, en esa asamblea, dijo que el sindicato nos iba defender nuestros derechos, pero que lastimosamente la distribución se iba a tener que ir a la nueva empresa EEH», nos dice Hever.
Después comenzó la historia de los dos sindicatos. Miguel Aguilar y los que lo respaldaban celebraron una asamblea en junio de 2016; mientras, sus adversarios lo hicieron en agosto del mismo año, quedando electa como presidenta Angela Reyes, quien fue despedida de la ENEE dos meses después. Las dos juntas directivas fueron inscritas ante el Ministerio del Trabajo y las dos recibieron certificación.
Hever asegura que, después de haber iniciado esta lucha, unos 200 de los compañeros contrarios a la facción de Aguilar fueron despedidos selectivamente por el entonces gerente de la ENEE, el nacionalista Jesús Mejía. «Miguel se eligió solo, sin el apoyo de la mayoría», manifestó Hever.
Mientras el café y las semitas se consumen, Hever y los otros tres acompañantes coinciden que los despidos y el «apoyo» que Aguilar recibió de parte del Gobierno de Juan Orlando Hernández es debido a que ellos, contrario a Aguilar, se oponían a la entrada en operaciones de la EEH, un consorcio cuyo dueño es el colombiano William Vélez Sierra, quien invirtió en la estatal hondureña a través de su empresa en Colombia, Eléctricas de Medellín Ingeniería y Servicios, S. A. (Edemsa).
Edemsa es la dueña del 51 % de EHH. En la sociedad también participa el Stenee, que invirtió aproximadamente 2.2 millones de dólares para tener el 8 % de las acciones. El grupo de sindicalistas que adversa a Aguilar denuncia que no hay ningún papel que demuestre de dónde le prestaron a Aguilar el dinero de todo el sindicato para invertirlo en la nueva empresa.
No obstante, Alexander Godoy, directivo del sindicato que preside Aguilar, le expresó a Contracorriente que el dinero aportado por los trabajadores lo prestó la colombiana Edemsa. Y, a su vez, confirmó que hasta el momento, seis años después de haber comenzado a operar la EHH, no han recibido ningún beneficio por la participación en la misma.
«El Gobierno nos dijo “ustedes se suben a este barco o desaparece la ENEE. porque no hay otra salida”. Nosotros entramos no por plata, sino por mantener la vigencia de la empresa, pero, ¿qué pasa? Que después de cinco años la EEH no le ha pasado ni un peso a los trabajadores», confiesa Godoy.
“El Gobierno nos dijo, —ustedes se suben a este barco (EEH) o desaparece la ENEE porque no hay otra salida— Nosotros no entramos por plata sino por mantener la vigencia de la empresa”, Alexander Godoy (Stenee)
Godoy también comentó que la EEH contrató a algunos de los compañeros despedidos, pero no fue lo que esperaban: «Nos ayudó con trabajo para alguna de la gente que despidieron–unos 650 trabajadores–, pero al año los despacharon. En aquel momento el Gobierno nos metió en ese combo y los trabajadores no estábamos preparados».
Desde 2016 a la fecha, la pelea de los sindicatos se ha mantenido. En 2019, hubo nuevas elecciones. José Luis Matamoros fue postulado por una facción, y Miguel Aguilar por la otra. Igual pasó en 2021, cuando ambos fueron electos en asambleas diferentes.
Alexander Godoy sostiene que la mayoría de seccionales y afiliados, que son unos 1500, apoyan a Aguilar, y que si bien hay gente que lo adversa, son los menos. Hever y sus muchachos dicen lo contrario.
«En 2021 hicimos otra vez elecciones y es la que tenemos ahora en discordia en el Ministerio del Trabajo. Ninguna junta directiva tiene la certificación. A Miguel le dieron algo, una certificación provisional, que es ilegal porque no existe en el Código», cuenta Hever.
«Ellos conformaron un congreso con suplentes y conla mayoría de gente de aquí, de la capital, no hay representatividad sindical. Nosotros resolvemos la problemática de todos, no importa que estén con ellos. Hay un punto importante: que 49 de los muchachos que conforman ese movimiento están expulsados del sindicato», explicó Alexander Godoy, secretario de asuntos laborales en la Junta Directiva de Aguilar.
Esta lucha fue llevada a los tribunales en 2018, cuando Miguel Aguilar fue acusado de estafa continuada por un grupo de miembros del Stenee. El 26 de enero de 2022, antes de la asunción del nuevo Gobierno, Aguilar fue condenado a 11 años de prisión por la jueza Karla Romero.Su defensa interpuso un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Esta acción aún no ha sido resuelta.
Hever y sus compañeros sostienen que al estar acusado y ya sentenciado en una primera instancia, Aguilar no puede seguir como presidente del Stenee, pero que, pese a ello, fue apoyado por el Gobierno de Juan Orlando Hernández.
En el artículo 510, inciso F, del Código del Trabajo se menciona entre los requisitos para ser miembro de la directiva de un sindicato que el individuo no puede haber «sido condenado a sufrir pena aflictiva; –a menos que haya sido rehabilitado–, ni estar llamado a juicio por delitos comunes en el momento de la elección». En la última elección en 2021, Aguilar ya estaba querellado cuando fue elegido nuevamente presidente.
La jueza Karla Romero reconoce con la sentencia que Miguel Aguilar no era el presidente del Stenee en los años 2016 y 2017. «Utilizó fondos de los afiliados del sindicato no estando acreditado como presidente del sindicato. A él lo sostuvo el Ministerio del Trabajo y la gerencia de la ENEE», nos dice Hever.
Hever sostiene que Aguilar no tiene el apoyo de la base, pero hay un grupo de personas que lo sostiene por cuestiones de dinero. Uno de los cuatro hombres con que conversamos, quien apenas había hablado hasta entonces, menciona que durante el Gobierno de Porfirio Lobo Sosa se dijo que había acuerdo para que entrara un socio externo (EEH) y la figura utilizada para esta validación fue Miguel Aguilar.
Godoy afirma todo lo contrario y señalando que en el 2016, «“Se crearon estos grupos(el sindicato que apoya Hever) a lo interno para tratar de acabar con el sindicato y que este se quedará acéfalo sin la representación de los trabajadores y así que no hubiese un brazo fuerte que defendiera hasta la misma institución»”.
Este medio intentó contactar al señor Miguel Aguilar, pero no respondió más a nuestros mensajes una vez le expusimos el motivo de la entrevista. Ese mismo día, el nuevo presidente del Stenee había estado hablando en el canal Televicentro sobre el rescate de la ENEE y las medidas que se deben tomar para lograrlo.
La diputada Ligia Ramos, integrante de la Comisión de Energía del Congreso Nacional, le dijo a Contracorriente que aunque desconoce la profundidad del problema sindical, tiene una opinión particular. «Lo que puedo decir es que si dirigentes sindicales están en negociaciones o son beneficiarios y son parte de estos contrato leoninos, es totalmente ilegal», sostuvo, y agregó que el gerente provisional de la ENEE, Erick Tejeda, tendrá la claridad para ayudar en una solución a este conflicto.«Creo que el secretario de Energía es una persona muy clara en las cosas que tiene que hacer y creo que tiene la capacidad de sentarse a hablar con los trabajadores y resolver estos problemas. Ahora lo que es delito, es delito; ahí no es cuestión de negociar. Si los dirigentes sindicales han estado involucrados en actos de corrupción, tienen que rendir cuentas ante la justicia”».
EEH
El 20 de mayo de 2014, se publicó en el Diario Oficial La Gaceta la Ley General de la Industria Eléctrica, que permitió la inversión privada en la ENEE y dividió las operaciones de la estatal en generación, transmisión, distribución y comercialización. Dos años después, empezó a operar la EEH.
El convenio entre la EEH y el Gobierno de Honduras tiene por propósito mejorar la eficiencia de las actividades operativas y comerciales que «Lleve a cabo la ENEE en el área de distribución, la reducción de pérdidas técnicas y no técnicas», reza el contrato firmado.
«Lo único que cambió es que el servicio se lo venden más ineficiente y más caro”» nos dice Rosales, un sindicalista. Para él, en casi seis años de operar el consorcio colombiano, no hay beneficios.
Además, nos ofrece un dato interesante: «En 2016, antes de tomar EEH el control comercial de distribución de energía, el kilovatio usted lo pagaba a 3.30 lempiras, y ahora cuenta 5.60». Agrega que ahora un cambio de medidor puede costar 2,300 lempiras, cuando antes costaba 700.
Cuando la EEH tomó el control comercial de la distribución de energía, las pérdidas de la estatal estaban en un 27 %;el consorcio colombiano se comprometió a reducir esa brecha a un 17 %. «Esto ha sido un fracaso completo para el pueblo, para el país y para la ENEE, porque ahorita las pérdidas andan en un 38 %», nos dice uno de los trabajadores.
Según los cálculos que manejan los técnicos en la estatal eléctrica, cada punto porcentual significa 14.5 millones de dólares mensuales en pérdidas para Honduras. Y cada mes la ENEE debe transferir a las cuentas de la EHH 10.5 millones de dólares,unos 260 millones de lempiras. A partir de 2017, el pago debería haber aumentado a 15 millones de dólares, pero la estatal no ha cumplido. «Todo esto para operar una red que la tienen totalmente descuidada y destruida»,dice Hever.
En 2020, la EEH demandó a la ENEE y al Banco Ficohsa–que maneja el fideicomiso de la estatal–. La acción reclama más de 4,000 mil millones de lempiras por incumplimiento de contrato. Maribel Espinoza, abogada y también diputada, representó a Banco Ficohsa en la demanda, y nos explicó un poco de este proceso en el que, a su juicio. hay irregularidades: «Hay dos juicios. Una demanda arbitral en el Centro de Conciliación y Arbitraje de Tegucigalpa, y, a la vez –que es inaudito–, también hay acciones judiciales, cuando debe ser lo uno o lo otro», comenzó diciendo.
«En los dos lados está reclamando lo mismo. No es posible que usen, a la vez, el arbitraje y el procedimiento judicial, la Corte y los juzgados sabían que había un arbitraje y debía resolverse por ahí, y aún así le dieron trámite a todo lo que pidió la EEH», denunció la abogada Espinoza.
Los problemas de la ENEE no se limitan a los servicios prestados por la EEH. «Eso es minúsculo comparado con el tema de las generación térmica, por la cual la se tiene que pagar entre 60 y 70 millones de dólares mensuales –menciona Hever, y luego agrega que en proyectos de generación de energía–: Hubo casos que se firmaban contratos y sin haber puesto una piedra o bloque ya habían empezado a ganar. Son contratos de maletín».
La diputada Ligia Ramos, de la Comisión de Energía del Congreso, mencionó que el 20 de enero de 2014 se aprobaron contratos de energía renovable cuando el hemiciclo –dirigido en ese entonces por Juan Orlando Hernández– ya había cesado en sus funciones.«Todos estos contratos son totalmente inconstitucionales porque se aprobaron cuando ese Congreso ya no estaba en funciones . Ahí dejaron 99 contratos de energía renovables, exagerados en cuanto a lo que cobran, dieron fideicomisos y se aprobó lo de la EEH».
Ramos agregó que «Es un contubernio desde 1994 hasta la actualidad, en la que han saqueado la ENEE y la han querido privatizar. La empresa privada se ha lucrado de la necesidad de la población y de la ENEE; prácticamente la han quebrado».
En el comienzo de la nueva administración, la deuda de la ENEE con los generadores térmicos era de aproximadamente 10 mil millones de lempiras; la deuda acumulada, según el último balance de la estatal, está arriba de los 91 mil millones de lempiras. De acuerdo con la información colgada en el portal de transparencia de la institución, de febrero 2021 a febrero 2022 el pasivo aumentó en 11 mil millones.
La cuenta de Facebook de la estatal publicó el viernes 22 de abril una entrevista del nuevo gerente Erick Tejada donde asegura que la situación de la empresa es peor de lo que imaginaba y que la deuda son 75 mil millones de lempiras.La asistente del señor Tejada no respondió a nuestras solicitudes de entrevista.
Para conocer más del contrato de la EEH y la situación de la ENEE, Contracorriente también intentó contactar a miembros de la Comisión de Energía en el Congreso Nacional, pero Hugo Noé Pino, presidente de dicha comisión, no respondió los mensajes y tampoco atendió el vicepresidente, Rafael Sarmiento.
El nuevo gerente de la ENEE, Erick Tejeda, aseguró que la deuda actual de la estatal son 75 mil millones de lempiras.
«La ENEE necesita inversión. La dejaron resquebrajada porque su misión era venderla, y querían llevarla a ese lado porque usted sabe que un cascajo es más fácil de comprar bajo el dicho “eso no vale nada”», nos dice Hever.
El rescate
La única coincidencia entre las dos facciones sindicales de la ENEE es que la empresa estatal puede ser rescatada pese al oscuro panorama que le pintan las deudas con sus acreedores y las pocas acciones de los gobiernos para salvarla.
Alexander Godoy afirma que «Los activos de la empresa son fuertes;si hay un reordenamiento es rescatable 100 %». También añadió que la facturación mensual de la estatal ronda los 2.000 millones de lempiras (80 millones de dólares).
Hever también coincide en que la empresa pública puede recuperar la sanidad de sus finanzas, y hasta mencionó algunas pequeñas cosas que no se hacen con los activos de la ENEE: «Cuente usted los postes donde hay cables de televisión; ahora calcule que todas esas compañía de cable por usar esos postes deben pagar un alquiler, pero algunas tienen tres conexiones y solo pagan por una y con un valor ínfimo. ¿Por qué no se puede revalorizar eso y cobrar lo que es justo?», dice.
Además, recomienda que la ENEE recupere el cobro que ahora está en manos de la EEH. No obstante, el contrato con la empresa colombiana concluye en 2023, después de siete años. En 2020, cuando se mencionó la posibilidad de cancelar el trabajo, la EEH amenazó con demandar al país con más de 400 millones de dólares; en agosto de 2021, la advertencia se transformó en una demanda por unos 500 millones de dólares.
La doctora Ligia Ramos considera posible el rescate de la estatal. Sobre los contratos que ahogan las finanzas de la empresa dijo:«En primer lugar esos contratos no está escritos en piedra porque son anticonstitucionales. De los mismos, solo el 50 % están realmente funcionando, la otra mitad no, los que no están funcionando simplemente hay que anularlos; y con el otro 50 % si hay que ver si se puede negociar. Esos contratos de energía renovable son más caros que los térmicos. Totalmente dañinos para la población, sin ninguna lógica. Todo eso se hizo de forma amañada. Es demasiado lo que ganan».
Para la diputada, la renegociación es un proceso en cual se deben encontrar proveedores mientras se recupera la capacidad de generación de la ENEE, pues considera que en la la generación de energía es donde se pierde,« Pues se tiene que pagar por ella».
La congresista agregó que el Congreso Nacional está dando un lapso al Poder Ejecutivo para que se dialogue sobre la renegociación de todos los contratos con proveedores que cubren el 75 % de la producción de energía de la ENEE: «Se pueden renegociar algunos precios, porque el kilowatt que paga Honduras es inmenso comparado con la región, son cifras irreales que van en contra del beneficio de la sociedad», dijo.
Datos que se desprenden del sitio Global Petrol Prices reflejan los siguientes precios por kilowatt en Centroamérica basados en el dólar: Costa Rica, 0.114; Panamá, 0.154; Nicaragua, 0,174; Honduras, 0.180; El Salvador, 0.199; y Guatemala, 0.261.
Erick Tejada, ministro de Energía y quien funge temporalmente como gerente de la ENEE, mencionó en las redes sociales de la estatal que ha intentado “segmentar el problema y atacarlo desde diferentes aristas para poco a poco encaminar a la empresa hacia el saneamiento”.
Estas declaraciones, la realizó antes de la empresa generadora de energía térmica Lufussa, advirtiera que parará su producción de 70 megavatios a partir del 1 de mayo si no hay una negociación para el pago de unos 60 millones de dólares, que son adeudados a este generadora. “No vamos a negociar con la pistola en la cabeza”, afirmó el ministro Tejada en conferencia de prensa.
En el Presupuesto General 2022, la ENEE aparece con una partida de más de 40 mil millones de lempiras; hubo un aumento de cinco mil millones de lempiras con respecto a los valores dejados por el Gobierno anterior. El Gobierno de Xiomara Castro pretende impulsar proyectos hidroeléctricos de Jicatuyo, El Tablón y Los Llanitos en un intento de rescatar de la crisis mayúscula en la que se encuentra la empresa estatal.