El domingo 28 de noviembre se realizaron las elecciones generales en un ambiente de incertidumbre y con un nuevo sistema de transmisión de resultados. Después de la jornada electoral, con el más bajo abstencionismo de los últimos doce años y sin incidentes violentos, los resultados preliminares le otorgan una amplia ventaja a Xiomara Castro del Partido Libertad y Refundación. Por primera vez en Honduras no solo gana una mujer la presidencia sino también se rompe por completo el bipartidismo.
Por Fernando Silva y Jennifer Avila
Fotografías: Martín Cálix
Las elecciones fueron una fiesta en Tegucigalpa, una al estilo hondureño: alegre pero tensa. Desde temprano sonaban las canciones que referían algo que cambió el rumbo del proceso electoral: el rechazo a Juan Orlando Hernández y al Partido Nacional. La ciudadanía acudió masivamente a los centros de votación al son de las canciones de ritmo merengue cuyas letras tratan de la salida de Hernández del poder y su posible enjuiciamiento en una corte de Estados Unidos. Aunque el candidato presidencial de su partido era Nasry Asfura, el protagonista del rechazo siempre fue Hernández.
A pesar de los pronósticos de conflictividad, la campaña de terror por parte del Partido Nacional, los asesinatos de candidatos previo a las elecciones y los contextos adversos en los barrios controlados por el crimen, la gente acudió a las urnas en familia y al final del día salió a las calles a celebrar que Libre ganaba las elecciones con un amplio margen. Con el 51.45% de las actas procesadas, el CNE registra un nivel de participación del 68.9%.
Estas elecciones se desarrollaron con varios cambios, el más importante fue el sistema de transmisión de resultados. El pasado 28 de septiembre el CNE aprobó el contrato a la empresa Magic Software Argentina (MSA), que ha estado a cargo de la transmisión de resultados electorales preliminares (TREP). Esta empresa, que ha sido clave en estas elecciones, nunca contó con el favor de los líderes del partido gobierno que la denunciaron, sin fundamentos, de haber presentado documentación falsa. Durante las elecciones de 2017, el sistema de transmisión de resultados estuvo caído durante más de 6 horas, generando un clima de incertidumbre y propiciando un fraude electoral que terminó con la reelección de Hernández.
Mientras el CNE anunciaba a las 8:30 de la noche, que la candidata opositora Xiomara Castro llevaba la delantera por la presidencia del país con casi 20 puntos porcentuales por encima del candidato del oficialismo Nasry Asfura, la militancia de Libre llegaba por grupos a la sede del partido para celebrar el triunfo y ver a la nueva presidenta electa. En el inverso de esa postal estuvo -y sigue estando- el silencio del partido perdedor, el Partido Nacional, que a pesar de haber intentado desmarcarse de Juan Orlando Hernández, sufrió el voto de castigo de la ciudadanía.
José, un joven de 23 años, militante del Partido Libre dice ahora que lo único que le incomoda es el silencio del candidato Asfura con respecto a los resultados que reflejan su derrota. Una noche antes de las elecciones nos decía que «este es el último cartucho, si nos hacen lo mismo que en 2017, me voy del país».
José dice que desde 2013 su partido ha sufrido fraude y recuerda muy bien lo que pasó en 2017 un día después de las elecciones, porque él mismo sufrió represión cuando salió a las calles a exigir transparencia en un proceso electoral viciado.
El sábado a media noche, José parecía que no podía dormir, estaba vigilante cerca del centro de votación y nos decía que si le robaban las elecciones una vez más a su partido, no tendría de otra que «hacer sus maletas e irse». Pero ahora, un día después, no hubo represión, no hubo apagón en el sistema que revirtiera los resultados y José ve un panorama que parece ser mucho más esperanzador para él y su pequeño hijo.
incertidumbre técnica y desconfianza en el proceso
Kelvin Aguirre, Ana Paola Hall y Rixi Moncada, titulares del Consejo Nacional Electoral (CNE), realizaron frente a la prensa en Tegucigalpa la inauguración del proceso electoral en un ambiente de solemnidad, tras dos oraciones cristianas -evangélica y católica respectivamente- y con la improvisación del acto de la primera votación, en el que los miembros de la Junta Receptora de Votos (JRV) fueron avisados de que iban a participar del acto de apertura media hora antes de realizarlo.
En esa mesa, la número 10520 del Instituto Central Vicente Cáceres, había 6 representantes de los partidos políticos: 1 del Partido Liberal, 2 de Libre, 2 del Partido Nacional y 1 del partido Vamos, esta última, una mujer joven quien no recordaba el nombre del candidato presidencial del partido político emergente al que pertenece.
Ahí mismo, como presidenta de la junta, se encontraba Angelica María Zepeda quien aseguró que lo que le motivaba a participar del proceso era el amor a su partido, el Partido Nacional. Además, contó que es guía de familia, una figura que forma parte del programa «Vida Mejor», de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS), un proyecto estandarte de los gobiernos de Juan Orlando Hernández, que en los últimos tres años distribuyó entre sus beneficiarios más de siete mil millones de lempiras. Así como ella, muchas de las representantes del Partido Nacional en las JRV formaban parte de ese programa.
Una hora y media después de lo previsto, el primer ciudadano en ejercer el sufragio fue Reiniery Amador, empleado de la Secretaría de Relaciones Exteriores y observador nacional en el proceso, quien aseguró que «siempre hay algún método de fraude, aún con las mejores cajas de seguridad en los bancos siempre hay un sistema de seguridad que se los roba».
Tras una declaratoria temprana de triunfo por parte de David Chávez, presidente del Partido Nacional, el candidato a diputado Ebal Díaz aseguró a Contracorriente que no confiaban en el sistema del CNE.
«Si hasta ahora están despachando material y equipo para transmitir datos quiere decir que habrá muchos lugares donde no habrá transmisión entonces no se puede dar información, lo único que nos queda al Partido Nacional es tener nuestro propio sistema de transmisión, que ya lo tenemos y que vamos a estar informando a la prensa y al pueblo hondureño cómo se desarrolló. Ya lo tenemos montado y la estructura del Partido Nacional ya tiene el mecanismo y tenemos el centro de acopio donde va a llegar la información que vamos a compartir», apuntó.
Ebal aseguró finalmente que serían las actas físicas las que revelarían la voluntad de los electores, concluyendo que «la voluntad del pueblo favorecerá a Nasry Asfura».
El Partido Nacional movilizó a sus simpatizantes en todo tipo de transporte a nivel nacional y utilizó una serie de aplicaciones para celular que en primera instancia ayudaban a la ciudadanía a encontrar las JRV en las que tendría que ejercer el sufragio, pero que también registraban a cada persona que utilizara dicho soporte como un votante en su favor, todo esto amparado en la supuesta desconfianza que le tenían al trabajo del CNE.
Sobre dichas inseguridades, que se generaron desde la contratación de los encargados del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) y el fallido simulacro de transmisión realizado hace unas semanas, la consejera Ana Paola Hall del CNE recordó en declaraciones a todo el país que no eran el anterior Tribunal Supremo Electoral, señalado como el máximo responsable del fraude en 2017 y que «en las próximas horas y días tendremos que recordar esa diferencia».
En el transcurso de la jornada se reportaron diversas irregularidades que iban desde la no funcionalidad del sistema biométrico, la tardía distribución de las maletas electorales, ausencia de los kits de bioseguridad y del kit tecnológico que servía para la transmisión de los resultados, hasta ahora no hay un informe oficial que señale todas las inconsistencias.
Uno de los casos de irregularidades con los recursos que tenía que enviar el CNE se dio en la colonia Zapote Norte en la ciudad de Comayagüela; allí estuvieron a punto de no transmitir los resultados y solo enviar las actas físicas por falta del kit tecnológico, hasta que llegó lo necesario a las 6:45 pm para el escrutinio. El centro de votación para esa colonia en la periferia de la ciudad, controlada además por las pandillas, era la escuela Ibrahim Gamero, donde los electores llegaron a ejercer el sufragio de forma masiva desde temprano, según cuenta Sofia Vindel, custodio de ese centro de votación.
En ese mismo centro de la colonia Zapote Norte, y justamente a partir de algunas restricciones de entrada que se estipularon con el objetivo de evitar conflictos, Sofia Vindel fue víctima de agresiones por parte de activistas del Partido Nacional que querían entrar de forma violenta.
“La gente entra con miedo, porque a veces ingresan activistas de algunos partidos a decir que van a tomar fotografías del voto y la gente está intimidada. Yo creo que es una campaña de terror que han infundido y lastimosamente cuando uno quiere controlarlo empiezan las acciones de violencia, que es lo que ha sucedido en horas de la mañana en este centro”, apuntó.
Pese a lo anterior, en el comunicado que arrojó los resultados preliminares de las elecciones, Kelvin Aguirre del CNE apuntaba una participación total del 68.09% del censo electoral, ampliamente superior al 57.49% del 2017. Esto fue evidente en los barrios y colonias de toda la capital.
Los resultados preliminares y la celebración anticipada
El pleno de consejeros del CNE prometió emitir el resultado preliminar a las ocho de la noche en punto, tres horas después del cierre de las urnas. Finalmente, a las 8:30, inició la comunicación de los resultados, que tras la última actualización de las 7 de la mañana del 29 de noviembre le dan una ventaja de casi 20 puntos a Xiomara Castro sobre su más cercano contrincante con un 16% de actas escrutadas.
Estos resultados, transformaron el panorama de conflicto y violencia en uno de celebración, incluso los medios de comunicación, que tradicionalmente se han posicionado a favor del oficialismo, reconocieron la victoria de la candidata de Libre, y esta mañana el candidato del Partido Liberal, Yani Rosenthal Oliva, declaró en conferencia de prensa que se unían a la celebración del pueblo «porque hemos terminado con la pesadilla cachureca».
Los representantes de la Empresa privada en Honduras, otros líderes políticos en contienda y mandatarios del exterior -incluyendo al presidente de Venezuela Nicolás Maduro- ya felicitaron a Castro.
Ayer por la noche, la sede de Libre y los principales bulevares de Tegucigalpa se convirtieron en escenario de carnaval. «El gobierno de Xiomara será bueno así como lo fue el gobierno de su esposo Mel Zelaya, que fue uno de los mejores gobiernos de la historia», decía una activista mientras ondeaba una bandera de Libre y esperaba que Xiomara Castro diera su discurso.
Una hora después, Castro dio su discurso y dijo que las consultas populares serían una norma para su gobierno, lo que recuerda a su propuesta de organizar una Asamblea Nacional Constituyente si llegaba al ejecutivo, también se comprometió a hacer un gobierno de reconciliación.
Xiomara se convertiría en la primera mujer en llegar a la presidencia de la República y rompería completamente con el bipartidismo tradicional en el país. El historiador Otto Argueta dice que «entre 1839 y 2021 (182 años) hubo 116 cambios de gobierno incluyendo dictadores, golpes de Estado, juntas de estado, reelecciones y juntas de conservadores y liberales pero lo que ha ocurrido por primera vez es que un partido que no sea el Partido Nacional o el Partido Liberal, gane una elección».
Aunque el Partido Libre surgió de una fractura con el Partido Liberal luego del golpe de Estado de 2009, ahora se define como un partido de izquierda y muestra una cercanía con el movimiento social hondureño.
Por su parte el abogado Raul Pineda, analista y quien formado parte del Partido Nacional asegura que es muy apresurado decir que el bipartidismo se extinguió, asegura que «aunque haya dos o cuatro partidos políticos no se cambia el sistema».
Pineda también apunta que este cambio es un proceso natural, surgido por las nuevas generaciones que no encontraron espacio en los partidos tradicionales. Por otro lado, sobre la posibilidad de que Manuel Zelaya busque venganza por el Golpe de Estado, asegura que a nadie le conviene que haya un estado de persecución y cree que es muy difícil que se de, pero sí que habrá juicios que reduzcan la impunidad.
En conferencia de prensa, Xiomara Castro aseguró que hoy mismo llamaría al diálogo nacional con todos los sectores para construir un gobierno de reconciliación con quienes ahora se convertirían en la oposición.
El ambiente de celebración de Libre se mantuvo hasta la madrugada sonando las canciones «Se van» (como el slogan de campaña del Partido Libre en contra del gobierno de Juan Orlando Hernández) y el merengue que dice «Juanchi va para Nueva York» una canción que se ha convertido en clamor popular ante posibles acusaciones contra Hernández en el Distrito Sur de Nueva York por ser co conspirador del tráfico de drogas.
El Partido Nacional también planificó su propia celebración la noche del 28 de noviembre, en su sede ubicada en una de las instalaciones más exclusivas de la capital. Un escenario azul con música de diversos géneros invitaba a la fiesta pero los pocos activistas del partido que asistieron permanecían sentados tras el discurso del candidato a diputado y periodista Jorge Zelaya en el que dijo que el CNE era inoperante.
«Cuando las actas entren a la capital se va a demostrar que el Partido Nacional con ‘Tito’ Asfura ha ganado una vez más el proceso electoral», dijo Zelaya ante los resultados preliminares que solamente reflejaban el 16% de las actas. Menos de 24 horas después, el resultado no cambiaba en favor del Partido Nacional con ya el 50% de las actas procesadas.
La celebración que tenía planificada el Partido Nacional no tuvo eco.
Hasta la tarde del 29 de noviembre, un día después de las elecciones, Nasry Asfura no ha emitido declaraciones públicas sobre los resultados obtenidos y no se ha visto públicamente desde que ejerció el sufragio el domingo a mediodía. Quien sí apareció en redes sociales fue David Chávez, candidato a la alcaldía del Distrito Central y presidente del Partido Nacional, reconociendo la victoria de Jorge Aldana, candidato de Libre a la alcaldía. Chávez aseguró que reconocía su victoria como muestra de respeto a la voluntad popular.
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La madrugada previo a las Elecciones Generales, Contracorriente habló con Ana Lidia Murillo Martínez, gerente del centro de votación John F. Kennedy de la colonia Kennedy en la capital, quien en concordancia con la campaña que realizó el Partido Nacional en contra de un supuesto «comunismo» que traería el partido Libre, dijo que el país no iba a mejorar si Xiomara Castro era la elegida para la presidencia, porque su objetivo es aprobar el aborto y otras leyes en contra de Dios. Libre logró romper esa campaña y parece acercarse a un triunfo arrollador incluso a nivel municipal y legislativo.
Las autoridades militares dijeron que esta tarde iniciará el conteo de las urnas de forma física. En ese sentido, Rixi Moncada del CNE también dijo que el pleno del Consejo hará el escrutinio general definitivo y referente a la revelación del ataque que recibió uno de sus servidores dijo que «quienes quisieron entrar y afectar la transmisión de resultados por medio del servidor en donde estaba ubicado el censo se fregaron» y apuntó que blindaron el sistema justamente para evitar este tipo de acontecimientos.
Las actas que faltan serían contabilizadas y digitalizadas manualmente por los encargados del CNE para arrojar el resultado final, permitiendo un plazo hasta el 28 de diciembre para dar los resultados finales.
José, quien sigue esperando que lleguen todas las urnas del país al centro de acopio, dice que aunque le incomoda el silencio del Partido Nacional está convencido de que los resultados son irreversibles, que el fraude es imposible gracias a la participación masiva de la gente en las votaciones y a que a pesar de todas las dificultades, el sistema de transmisión de resultados es un sistema seguro. El clamor popular ahora ha cambiado y va dirigido a Xiomara Castro y su partido, virtual ganadora de las elecciones: «No nos fallen».