Por Perla Rivera
Encuentran en unas macetas cadáveres de bebés que enfermera abortaba
(De un periódico en Estados Unidos)
En el balcón de la casa el viento movía las Begonias. Cinco macetas sostenían con dificultad los manojos que colgaban desde la ventana del comedor.
Rubén se acercó a respirar el aroma y disfrutar el extraño encanto de aquellas flores. Cortó una de ellas para su aturdida esposa que le esperaba en el desayunador.
Ella abstraída y frotando sus manos con muchos nervios le dio la noticia; un nuevo bebé se gestaba. La esperanza de ser padre reapareció en Rubén y la abrazó conmovido.
Ella —pensativa y perturbada— pensó en comprar la sexta maceta.