La herencia
En el bosque, el lobo le ayudó a cortar algunas hierbas venenosas. Al terminar, se tomaron de las manos y llegaron donde vivía la abuela. Mientras la anciana hablaba del testamento por teléfono, la niña de capa roja la saludó y ofreció prepararle un té. Cuando ya estaba listo, la abuela colgó el teléfono, lo tomó con sus manos agradeciendo a su nieta y se lo bebió. Caperucita sabía que luego del último trago, la casa y toda la fortuna de la abuela, sería suya.
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La mejor decisión
Miró al príncipe que se dirigía hacia ella para besarla, pero al notar su fealdad, prefirió quedarse dormida.
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Proxeneta
Los enanos la acompañaron a una cueva. Los vistió a cada uno con minifaldas, camisas de tirantes, aretes de gran tamaño y tacones de diez centímetros. Los besó en la frente y les dio las indicaciones antes de salir. Todos se colocaron en la entrada y los clientes comenzaron a llegar. De alguna forma se debía pagar el alquiler de la casa en el bosque y cumplir los deseos de la princesa.