José Antonio Rivera aspira por tercera ocasión a gobernar San Pedro Sula, esta vez por la corriente del Partido Liberal con Darío Banegas. Él habla de una gran alianza para sacar a Armando Calidonio, mientras que en la oposición lo tildan de ser su aliado.
Texto: Allan Bu
Fotografías de Catherine Calderón
A inicios de la década de los ochenta, José Antonio Rivera Donaire, tenía un poco más de 10 años de edad. Se levantaba muy temprano para encender el fogón de su casa y luego «armado» de dos recipientes se dirigía al río Armenta de donde regresaba con agua cristalina a la casa de sus padres, ubicada en el Barrio el Playón en San Pedro Sula, departamento de Cortés, zona norte de Honduras. Mucho ha cambiado su comunidad y él en los últimos años desde que se convirtió en un eterno regidor de la alcaldía sampedrana.
«Yo me crié en eso», recuerda Rivera, a quien se le conoce popularmente como «Toñito». Ahora participará en las elecciones primarias del 14 de marzo, por tercera ocasión como candidato a la alcaldía municipal de San Pedro Sula. Actualmente es regidor. Lo ha sido en los dos períodos del nacionalista Armando Calidonio y cuando formó parte de la planilla del liberal Juan Carlos Zúniga (2010-2013) .
Nació el 29 de julio de 1970 en San Pedro Sula en el seno de una familia liberal. Toñito recuerda que su padre, Carlos Alberto Rivera Donaire (QDDG), a bordo de una volqueta derribó un busto del dictador nacionalista Tiburcio Carías Andino (gobernó entre 1932-1949) que estaba ubicado cerca de la municipalidad sampedrana. Esto le costó el exilio hacia El Salvador.
Su padre se dedicaba al rubro de transporte, hendía leña y acarreaba pollos a diferentes centros procesadores de carne que había en la ciudad y su madre vendía comida a los empleados de una poderosa empresa productiva del norte.
«Me crecí en el trabajo con mi padre. Íbamos a Tepeaca, a Barrio Cabañas, que estaba en ese momento naciendo, y nos dedicamos a los diferentes negocios de la familia», recuerda Toñito.
Con su progenitor, el aspirante a la alcaldía sampedrana comenzó a frecuentar reuniones del Partido Liberal (PL) y a pegar afiches en tiempos de campaña. Ahí inició su carrera en la política sampedrana, escenario en el que se ha convertido en una figura con pocos reflectores, pero crucial en el entramado municipal.
Rivera realizó su educación secundaria en Liceo Militar del Norte y estuvo a punto de dedicarse a la carrera militar, pero en una conversación para Contracorriente sostuvo que abandonó la Academia Nacional de Policía debido a un problema de salud de su padre.
Fue entonces cuando recibió una beca para estudiar leyes en la Universidad Privada de San Pedro Sula (Usap). Se graduó como abogado y se mantiene brindando asesorías jurídicas a empresas sampedranas.
Uno de sus amigos más cercanos es Fernando Restrepo, quien también es su jefe de campaña. Restrepo cuenta que Toñito no responde ataques: «Él es una persona muy temerosa de Dios y muy íntegro. Es un hombre hogareño, muy dado a su familia», sostiene.
Su carrera en la política comenzó a tomar forma en el 2006, cuando en la administración del alcalde liberal Rodolfo Padilla Sunseri (2006-2009) —a quien Toñito considera su amigo— llegó a la alcaldía municipal como superintendente de justicia, seguridad y transporte, cargo que desempeñó hasta 2009 cuando se dio el golpe de Estado contra el expresidente José Manuel Zelaya Rosales (2006-2009), hecho que dividió por completo al PL.
Apenas había transcurrido un año desde que Sunseri tomó posesión, cuando la Fiscalía Contra la Corrupción señaló al exalcalde por falsificación de títulos de valores y malversación de caudales públicos. Padilla aseguró que «saldría con la frente en alto». Tras el Golpe de Estado de 2009, Padilla abandonó la municipalidad y la candidatura con la que buscaba un segundo período gobernando San Pedro Sula.
El proceso en contra de Sunseri se reactivó en junio de 2015, cuando pagó una millonaria fianza para permanecer en arresto domiciliario. Luego se le acusó por abuso de autoridad por haber aprobado un préstamo de 400,000 lempiras para la jefa de control de ingresos de la alcaldía, Ada Muñoz. En septiembre de 2017 se revocó la medida cautelar y se ordenó su traslado al presidio sampedrano. Desde entonces, el exalcalde permanece prófugo de la justicia.
Pero en la alcaldía de San Pedro Sula, acusaciones como la que pende sobre Padilla Sunseri, no son un caso único. En el 2007, Luis García Bustamante, quien gobernó la ciudad entre 1994 y 1998, fue encarcelado luego que un juez giró una orden de captura en su contra por el delito de abuso de autoridad en perjuicio de la administración pública en el escándalo de corrupción de los Sextos Juegos Centroamericanos, en el que miembros del comité organizador fueron acusados de malversar unos 85 millones de lempiras en la construcción de complejo olímpico. García Bustamante recuperó rápidamente su libertad.
En el 2008, el nacionalista Óscar Kilgore, alcalde de San Pedro Sula en el período 2002-2006 fue encontrado responsable de los delitos de abuso de autoridad y malversación de caudales públicos. La foto del exedil abajo de una mesa pretendiendo evitar su captura fue primera plana en un diario sampedrano, posteriormente su caso fue enmarañado y quedó en libertad.
Kilgore también fue acusado por enriquecimiento ilícito en 2015. No pudo justificar ante el Tribunal Superior de Cuentas cómo su patrimonio creció en 8,9 millones de lempiras cuando gobernó la ciudad. Fue enviado a prisión. En 2017 fue acusado por abuso de autoridad. En marzo de 2018 fue absuelto por enriquecimiento ilícito y recobró su libertad, ahora es presentador de un noticiero local.
En esas aguas ha navegado Toñito. En las elecciones del 2009, que se celebraron después que las élites políticas, militares y empresariales derrocaron al presidente Manuel Zelaya Rosales, Toñito participó en la planilla del doctor Juan Carlos Zúniga, quien había sustituido intempestivamente en la candidatura del PL a Padilla Sunseri.
Rivera se mantuvo en las filas del PL, pero el 26 de junio de 2011 se anunció la creación del partido Libertad y Refundación (Libre) el cual tuvo como base movimientos progresistas, organizaciones populares, pero sobre todo a los liberales que repudiaron el Golpe de Estado a Mel Zelaya. Toñito fue uno de ellos.
«No estaba de acuerdo con ese proceso que se llevó a cabo, fue un golpe que dividió a la familia», nos dijo.
Toñito fue el heredero de parte de las estructuras que le permitieron a Padilla Sunseri ganar la alcaldía en 2006 y con las que se perfilaba para ganar un segundo período en las elecciones de 2009. Buena parte de esos activistas y líderes de base, abandonaron el PL, tras el golpe de Estado y se convirtieron en la fuerza que impulsó la carrera política de Toñito Rivera.
En las elecciones de 2013 se convirtió en el candidato de Libre. Quedó en tercer lugar en las votaciones que ganó Armando Calidonio con 65,506 votos, Guillermo Milla del Partido Anticorrupción sacó 63,938 y Rivera obtuvo 51,696, de acuerdo a los datos del desaparecido Tribunal Supremo Electoral, TSE. Tras el día de las elecciones hubo denuncias de fraude por parte de Milla, quien se declaró ganador de la elección la misma noche que lo hizo Calidonio. Una figura desconocida estuvo muy cerca de quebrar el dominio de los partidos tradicionales en San Pedro Sula.
En las elecciones de 2017, Toñito nuevamente participó como candidato municipal de Libre, quedando en el segundo lugar con el 23 % de los sufragios. Esta vez la victoria de Calidonio fue más holgada al obtener el 33 % de los votos. Marlon Lara del PL obtuvo el 20 % y la independiente Fátima Mena se quedó en 10 %.
El abogado y precandidato a diputado por Libre, Ramón Barrios, sostiene que Toñito fue un político importante en Libre, pero cree que después de 15 años en la Municipalidad todas sus apuestas con Libre y el PL, están encaminadas a ser parte de la estructura presupuestaria de la Muni y no tiene como verdadera finalidad dirigir la comuna sampedrana.
«La visión que tengo es de un político que se acostumbró a ser parte de la municipalidad de San Pedro Sula bajo la sombra del alcalde Calidonio», manifestó.
En la actualidad el salario de un regidor municipal en San Pedro Sula es de 81,350 lempiras, pero después de las deducciones queda en 67,310. En el período de 2010-2014, estos funcionarios municipales ya devengaban esa cantidad.
Toñito hará un tercer intento por alcanzar el bastón municipal, pero ahora ha regresado al PL y es precandidato a la alcaldía arropado por la aspiración presidencial del actual diputado y caricaturista Darío Banegas, que forma parte del ala conservadora del PL. Su movimiento se llama Esperanza de Honduras, y su lema de campaña es «revolución de la esperanza». Habló de enfocarse en la salud y educación y colocar al ser humano como eje central de la economía en una entrevista con El Heraldo.
Rivera dice que su retorno a las filas del PL se debe a que en su afán de victoria él ha entendido que la batalla ha trascendido las banderas. «Entiendo que esto ya no es de partidos políticos, es de realidades que debemos enmarcar en buscar el objetivo que queremos. No hay manera de lograr los triunfos contra el partido de oposición si no buscamos una alianza», nos dice.
El regidor
Toñito Rivera ha sido regidor en la alcaldía sampedrana durante 12 años. Es un personaje con pocos reflectores, siempre y cuando no esté en campaña, tiempo en el que se erige como uno de los principales opositores de Calidonio. Desde la militancia del partido Libre le han reclamado su falta de crítica para la administración y algunos lo denuncian de que se ha plegado a los intereses del jefe edilicio nacionalista.
El precandidato se defiende. Argumenta que él ha entendido que en la política lo más importante es cultivar amigos y buscar un principio fundamental que es la lealtad. «Un político debe servir a las personas y eso he hecho durante el tiempo que he estado en la Municipalidad», aseguró Rivera.
El miembro de Libre y exregidor municipal por el Partido Liberal, Wilfredo Flores, expone que Toñito tiene pactos con el alcalde Calidonio para tener trabajando en la Municipalidad a cientos de sus activistas. «Su aporte ha sido una pena, lo tuve de compañero y no es una solución para la ciudad. Aquí yo no descalifico, si no que como dice el Señor: «por sus obras los conoceréis». Está en la municipalidad desde 2006 y sin ningún rastro, sin haber dejado nada como proyecto político más que el «chamberismo y la corrupción», acusa Flores.
Para ejemplificar mejor su posición frente a los conflictos y su desempeño en la alcaldía, Toñito nos cita una conocida frase. «Volvemos a lo que decía aquel fotógrafo Henrich Hartman: “la guerra es igual a la política”, un lugar donde jóvenes que no se conocen ni se odian se matan entre sí por decisiones de viejos que sí se conocen, no se odian y hacen negociaciones». En realidad, la frase original no menciona política y es atribuida a Erik Hartman, nacido en Alemania, pero que desde los 16 años vivió en Estados Unidos.
«Estaba un proyecto progresista (Libre) y regresa al PL, al lado oscuro del PL, solo porque es instrumento de estas gentes corruptas, que lo que les interesa es la gobernabilidad», señaló Flores.
El militante de Libre no tiene tapujos para señalar como «negativo» el andar de Toñito en la alcaldía: «Es un muchacho más apegado a los grupos de poder, por eso te hablo del gatopardismo», manifestó.
Pero Toñito dice que como funcionario él ya entendió que la única forma de sacar adelante la ciudad es a través del diálogo. «Las críticas deben ser sanas y constructivas», arguye cuando le preguntamos sobre su relación con Armando Calidonio.
«Como regidor mantengo una relación de trabajo enmarcada en las propuestas de municipio. Lo importante en esta ciudad es quitar las banderas políticas y hacer las cosas que en verdad benefician a San Pedro Sula y la ciudadanía», nos arengó.
Manifiesta que no comulga con ciertas actuaciones de la administración municipal como los excesivos trámites burocráticos para que alguien pueda montar una empresa en la ciudad: «piden demasiadas formalidades y estamos en un proceso de reactivar la economía», consideró.
Toñito recuerda que votó en contra del aumento al peaje en enero de 2014, cuando el valor pasó de 6 a 12 lempiras. En aquella ocasión, recoge el diario La Prensa, cinco regidores votaron a favor y cinco en contra. La votación fue decidida por Armando Calidonio. Tras las fraudulentas elecciones de 2017, cuando Juan Orlando Hernández se reeligió inconstitucionalmente, los peajes fueron quemados en protestas de la oposición.
Sin embargo, Toñito también reconoce implícitamente que ha apoyado iniciativas del actual edil. «El que maneja la administración es el alcalde. Lo determinante es ver qué factores benefician al municipio y así apoyarlo, obviamente la gente quiere verlo en un esquema de guerra».
Pero la inclinación a no confrontar ni a realizar críticas al actual alcalde que ha tenido Toñito, es visto de otra forma por el abogado Ramón Barrios: «La percepción que tenemos los sampedranos y las sampedranas es que el alcalde no ha tenido oposición a nivel interno en la municipalidad. Normalmente se callan las conciencias críticas de los regidores de la oposición, nombrando personal ejecutivo pagado por la municipalidad. Usted no ha escuchado que haya oposición crítica», analizó Barrios.
Barrios manifestó que esta situación hace que ni en escándalos como la muerte de un sampedrano en el desalojo a los lavadores de carros en Río Blanco se muestre una posición de parte de los regidores.
Preguntamos a Toñito si hay corrupción en la actual administración municipal y su respuesta es evasiva de una responsabilidad que debería tener como auditor del pueblo. «Eso no lo investigo yo, lo deben investigar entes controladores del Estado como el Tribunal Superior de Cuentas o la misma población, porque yo no estoy en la administración», dice.
Arguye que el regidor no es funcionario administrativo y en lugar de ello lo describe como un legislador que crea normas y decretos municipales. «Nosotros (la corporación) autorizamos al alcalde un presupuesto para que se maneje durante un año, pero son los entes controladores los que van a determinar cómo se invirtió», se defiende.
Haciendo la aclaración que no quiere juzgar o señalar a nadie, aduce que en administraciones anteriores no estaban las fiscalías o la comisión de transparencia, pero que en la actualidad desviar fondos es complicado. «Ahora es bien complicado porque todo centavo tiene que ser justificado», dice.
Esta perspectiva del aspirante a la alcaldía municipal contrasta totalmente con la realidad del país y la historia de San Pedro Sula, cuya alcaldía ha sido sacudida por incontables actos de corrupción en sus administradores. El abogado Barrios ratifica que efectivamente el alcalde es el administrador de los recursos de la ciudad y que el cuerpo de regidores fungen como una especie de Congreso Nacional. Sin embargo, no está de acuerdo cuando Toñito insinúa que no puede ser veedor de cómo se invierte el dinero de los sampedranos.
«Me parece que faltan al conocimiento y a la verdad cuando dicen que son simplemente legisladores, porque entonces si en sesiones de corporación se aprueban los presupuestos, ahí se debe solicitar que si lo que yo he aprobado se ha gastado conforme a las normas de la transparencia», nos explica el togado.
El jefe de campaña de Rivera, Fernando Restrepo, exime totalmente a su candidato de responsabilidad: «el administrador único de la Municipalidad de San Pedro Sula es el alcalde, los regidores son legisladores nada más. No tiene responsabilidad sobre las acciones administrativas que ha hecho el alcalde».
Y nos refiere a la web de la Municipalidad: «Existe un portal donde usted puede ver el comportamiento corporativo del abogado José Antonio Rivera». Pero en el sitio web ni siquiera está el registro de las actas levantadas en sesiones de corporación.
Toñito aseguró que en su paso por la superintendencia de transporte impulsó varios proyectos, uno de esos fue la ubicación de las terminales del transporte interurbano fuera del centro de San Pedro Sula en una gran terminal. Además, realizó esfuerzos por la reubicación de los vendedores en la calle, incluso se adquirió un terreno para construir un mercado municipal, pero él mismo confesó que ese predio permanece en litigio.
Han pasado 15 años desde que Toñito llegó a la Municipalidad de San Pedro Sula, la ciudad más rica del país. En ese tiempo, esta alcaldía se ha visto salpicada por innumerables casos de corrupción, algunos cuando él ya era regidor, pero este es solo uno de los problemas con los que lucha la ciudad que entre 2011 y 2014, ostentó el nada deseado título de la urbe más violenta del mundo.
Llegó a tener una tasa de 107 homicidios por cada 100,000 habitantes. Esta cifra se redujo a 52 homicidios por cada 100,000 habitantes. En el primer semestre del 2020, con las medidas de confinamiento implementadas para frenar la pandemia COVID-19 (que ha dejado 173,729 casos y 4200 muertes de acuerdo con fuentes oficiales), los homicidios se redujeron un 31 % en San Pedro Sula según informe publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Al finalizar, el año 2020 en la ciudad norteña se registraron 330 homicidios, solo detrás de Tegucigalpa donde hubo 569 casos. En los dos primeros meses del 2021, se han registrado seis homicidios múltiples en Cortés. En la última masacre fue acribillado, junto a cuatro personas más, el empresario y político Miguel Rodríguez Carrión. El hecho sucedió en el centro de San Pedro Sula.
San Pedro Sula también sigue siendo terreno de gobiernos invisibles que operan en los barrios más populares de la ciudad. La mara MS y la pandilla 18, en menor proporción, mantienen el control territorial sectores como Chamelecón y Rivera Hernández, donde hay cruentas disputas por el dominio de territorios para la venta de drogas y cobro de extorsión. Miles de familias siguen atrapadas en esa espiral de violencia y lo único que pueden hacer es ver, oír y callar.
La reubicación de las familias que viven en los bordos también es un problema no atendido de todas las corporaciones de las que Toñito ha formado parte. Para el año 2020, de acuerdo con información de la Comisión de Acción Social Menonita que recoge Diario La Prensa, en 16 bordos de la ciudad habitaban unas 110,000 personas, que representan el 10 % de la población sampedrana. Ellos representan una masa de pobreza en la ciudad de mayor crecimiento del país.
En diciembre del 2020, policías municipales intentaron realizar un desalojo violento de negocios de lavandería de carros, pero los trabajadores se enfrentaron a la autoridad. Resultó muerto de un balazo José Rafael Flores (36 años) y hubo cuatro heridos.
San Pedro Sula, a vista y paciencia de sus alcaldes, se ha convertido en un enorme mercado de pulgas. Miles de vendedores ambulantes han copado las calles sampedranas ofreciendo productos de todo tipo y valor. Hay algunas que son intransitables para los peatones y vehículos.
Toñito recuerda que en la administración de Padilla Sunseri se había adquirido un terreno ubicado por la Gran Terminal para construir un mercado y reubicar a los vendedores en la calle. Desde entonces han pasado tres períodos de gobierno, pero en las calles sampedranas el comercio informal sigue aumentando. El centro de la ciudad se mantiene sucio y desordenado.
La propuesta de Toñito
Toñito hace un tercer intento por llegar a la alcaldía sampedrana arropado por la corriente del actual diputado Darío Banegas, una de las tres corrientes que buscan ganar las internas en el PL. Las otras dos son dirigidas por Luis Zelaya, el ala rebelde de los liberales, y Yani Rosenthal, quien regresó a Honduras en agosto de 2020 tras cumplir tres años de condena en una cárcel de Estados Unidos por delitos de participación en transacciones monetarias con bienes de procedencia ilícita.
Sobre este tema, Fernando Restrepo dijo a Contracorriente que cuando decidieron buscar una alianza de libres y liberales ellos llamaron al precandidato liberal Luis Zelaya y aunque este atendió la llamada nunca respondió a la propuesta.
Restrepo, al igual que Toñito, habla de una alianza partidaria que se viene gestando desde 2018 bajo la venia de Manuel Zelaya. No obstante, Libre tiene sus precandidatos a la alcaldía y ninguno ha mencionado alianza.
La respuesta es que la alianza va más allá de las caras visibles de ambos partidos: «Los líderes de base, tanto del PL como de Libre, tienen confianza en Toñito, en nadie más. Para ellos el aglutinante, el pegamento es el abogado Rivera”, nos dice Restrepo.
En Honduras, hacer política es un oficio caro por cuestión de idiosincracia y leyes. Las candidaturas se convierten en el germen de la corrupción, pues los candidatos en muchas ocasiones durante la campaña comprometen sus futuras funciones. Restrepo nos habló de cómo se sostiene la campaña de Toñito Rivera.
«Tiene colaboración, por ejemplo yo le facilito oficinas, esta candidatura es más solidaria que otra cosa, es más de voluntad e ingenio. La creatividad ante la escasez de fondos ha resaltado mucho. Es más colaboración de amigos. Esto es una cuestión de base», nos dice. También agregó que Toñito realizó su declaración ante la Unidad de Política Limpia de cara a la financiación de la campaña política.
Pese a lo que denominan una campaña austera, Toñito piensa que su tercer intento por conseguir la alcaldía será exitoso: «Primero, la experiencia que usted acumula. Segundo, conozco bien los problemas de la ciudad. Y tercero, hemos hecho una alianza. Aquí no es de partidos políticos, nos interesa entender la realidad que vivimos para buscar mejorar la calidad de vida de los sampedranos».
«Queremos mejorar la calidad de vida de los sampedranos, pero primero hay que entender el entorno», promete Toñito cuando habla de su plan de gobierno. Después menciona que si una calle debe ser reparada o si un proyecto de agua es necesario, un alcalde debe responder a ello. Esas son obras de infraestructura, que ha sido la principal carta de presentación de Calidonio en sus períodos de gobierno.
Restrepo al hablar de las prioridades en el plan de gobierno de Toñito menciona dos grandes del hipotético Gobierno municipal: «La principal es la salud, en el sentido íntegro de la palabra. La otra es la reconstrucción del tejido social en San Pedro Sula. Trabajar directamente con el ser humano», manifestó.
«La visión que tengo (de Toñito) es de un político que se acostumbró a ser parte de la municipalidad de San Pedro Sula, bajo la sombra del alcalde Calidonio». Abogado Ramón Barrios
Toñito habla de alianza y buscar la coyuntura para llegar al poder y hacer «las transformaciones que merece la ciudad y el país». Es la tercera vez que lo intenta y cuando se lo mencionamos parafrasea a Mao Tse Tung: «”de derrota en derrota tras la victoria”, no sé por qué molestarse, el presidente actual de los Estados Unidos lo intentó también anteriormente», dice.
El día que hablamos con Toñito en una improvisada reunión le decía a un grupo de sus activistas que no había otro camino que una victoria en las elecciones primarias y las generales de noviembre, misma que borraría de tajo los señalamientos que vienen desde otros sectores de la oposición que lo tildan como un aliado clave del edil Armando Calidonio.