Pedro Escobar es vendedor de calzado y ropa. Reside en la colonia La Roma, de La Lima, Cortés, tiene más de diez años de dedicarse a este negocio. De las ventas dependen sus tres hijos y su esposa. Relata que con la llegada de los huracanes su residencia se inundó, es por esta razón que perdieron sus enseres y su negocio. «Sacos de ropa se tuvieron que botar porque se mojaron y se nacieron, se nos inundó lo que teníamos en el negocio y en la casa, no lo pudimos sacar todo», afirma.
Escobar considera que será muy difícil poder recuperarse, sobre todo sin el apoyo de las autoridades competentes. Dice que todo se ha quedado en promesas. «Nosotros no hemos recibido ayuda de la alcaldía municipal, menos del Gobierno de la República». Escobar y su familia duermen por las noches en un albergue de San Pedro Sula, pero en el día se ubican en una de las calles de La Lima para lograr vender lo poco que queda de su negocio.
En los últimos diez años, los ciudadanos de Honduras han tenido que enfrentarse a diferentes crisis, problemas económicos, violencia, represión del Estado, depredación ambiental y, en los últimos meses, a la pandemia del coronavirus y al paso de dos huracanes que dejaron un saldo de 94 muertos y casi 4 millones de damnificados, según datos oficiales.
El pasado 7 de diciembre el presidente de la república, Juan Orlando Hernández, anunció que los efectos de la pandemia y el paso de los huracanes Eta e Iota estaban siendo reflejados en la economía del país que se contrajo en un 10.5 %, significando una caída nunca vista en Honduras.
«Nos golpearon tres elementos devastadores, la pandemia y dos huracanes, que se convirtieron en tormenta, afectando como nunca el producto interno bruto (PIB), porque ha caído en un 10.5 %», afirmó Hernández, durante una ceremonia.
Esta caída ha sido considerada histórica por economistas, ya que la más difícil que se había vivido el país fue en 1954 producto de la huelga general, reportándose una caída económica del 6.5 %, siendo su mayor impacto en la producción bananera, ya que esta era la mayor actividad comercial según datos del Banco Central de Honduras.
Ante esta situación, Hernández solicitó respaldo internacional urgente para realizar con prontitud un proceso de reconstrucción social y económica sostenible, así lo indicó un comunicado publicado por la presidencia. La reunión se sostuvo con autoridades del Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sectores más afectados por la llegada del COVID-19 y los huracanes Eta e Iota
Las medidas tomadas por el Gobierno de la República el pasado mes de marzo, cuando se anunció la llegada del coronavirus al país, provocó una paralización casi total de la economía hondureña, en especial la producción industrial, la prestación de servicios personales y profesionales y sobre todo en el comercio, reportándose en el primer mes una reducción del 22.1 % en la producción nacional, según información brindada por el Banco Central.
Hoteles y restaurantes reportaron una contracción económica del 30.8 %, el sector de construcción privado 24.3 %, transporte y almacenamiento 15.3 %, la industria manufacturera 15 %, el comercio 9.3 % y la agricultura y ganadería 2.4 %, mientras la interacción financiera presentó ciertos cambios en los seguros y fondos de pensiones que tuvo un crecimiento del 2.2 %.
Con el paso de Eta e Iota el sector más golpeado fue el de la agricultura. Mauricio Guevara, ministro de Agricultura y Ganadería (SAG), informó hace unas semanas que este sector reportó pérdidas hasta un 80 %, siendo Cortés, Santa Bárbara, Atlántida y Colón los departamentos más afectados, ya que su cultivo de granos básicos como el frijol y maíz fueron dañados en su mayoría, asimismo se afectó el sector de la tilapia y cítricos, en total se aproxima que los daños ascienden a 318.635 hectáreas de cultivo completamente perdidas.
Nuevas fuentes de empleo y remesas podrían ayudar a recuperar pérdidas en el país
El economista y expresidente del Banco Central, Hugo Noe Pino, aseguró a Contracorriente que va a ser muy difícil que Honduras pueda recuperarse luego de la crisis de este año, la cual deja al país sumergido en más desempleo y pobreza. «Si las cosas se hacen bien, Honduras podría tardar entre tres a cuatro años en recuperarse, se deben crear nuevos empleos para asegurar los ingresos familiares. Si esto no pasa se refleja un gran problema en la economía nacional», argumentó.
El economista sostiene que Honduras ha perdido alrededor de 3000 a 4000 millones de dólares en inversión en los últimos meses, es por eso que será difícil sacar al país de la crisis actual, agrega que el envío de remesas podría mejorar la economía, ya que en los últimos meses esta ha aumentado. «Es un aumento pequeño, pero ayuda a que las familias puedan tener capacidad de consumo y también contribuye a recuperar parte de la inversión perdida», piensa.
Pino asegura que este crecimiento ronda en el 3.5 % comparado al 2019, mientras tanto el BCH ha dado a conocer que hasta la fecha han ingresado al país 4896,4 millones de dólares (122,410 millones de lempiras), representando un 89.9 % de la proyección del año anterior, este daño corresponde hasta el 21 de noviembre del año en curso.
Pino menciona que el mayor reto de este Gobierno no solo de ahora, sino que en los últimos siete años es la generación de empleo y la reducción de pobreza. «Sin embargo en estos años no se ha visto el progreso en estas problemáticas, ahora a esto se suma la pandemia y las tormentas tropicales, lamentablemente no hay una política que establezca verdaderos programas de ayuda crediticia», finaliza el expresidente del BCH.
Las principales ciudades del país reportan las mayores pérdidas en el comercio
Cortés ha sido el segundo departamento más afectado, ya que cuenta con el 80 % de las personas albergadas en el país, específicamente en el Valle de Sula que es una zona fértil para la agricultura, representando aproximadamente dos tercios del PIB del país. El daño que se ha presentado en la zona norte del país podría repercutir en la seguridad alimentaria y la pobreza, provocando migración, según economistas.
Elvia Velásquez, comerciante del municipio de La Lima, asegura que la peor catástrofe que ha vivido este municipio ha sido el paso de Eta. Señala que este huracán la dejó a ella y a su familia en la calle. «No hay un empresario que no haya perdido, los empresarios no contábamos con esta situación, nunca nos preparamos y perdimos todo lo que con sacrificio había hecho en 22 años», dice.
Es por esta razón que solicita al Gobierno que apoye a los empresarios afectados del municipio de La Lima. «Por medio de los bancos, con préstamos flexibles y a largo plazo porque sí podemos empezar nuevamente, pero ahora mismo estamos con las manos cruzadas», agrega Velásquez.
Velásquez afirma que existe una gran incapacidad en el Gobierno actual ya que no hay un interés por este sector, también piensa que estas pérdidas se pudieron evitar, ya que ocho días antes habían solicitado a las autoridades prestar atención en el Canal Maya, pero no fue así, por esa razón responsabiliza al Gobierno por los daños ocasionados, ya que, a su juicio, no es la primera vez que La Lima se inunda, pero en esta ocasión pasó los límites de las anteriores inundaciones.
Comercio de Tegucigalpa abatido por pandemia, incendios y huracanes
Luego de que se cumpliera un mes del decreto de toque de queda en todo el territorio nacional paralizando así la economía, el mercado Colón, de Comayagüela reportaba un incendio de tal magnitud que consumió 500 locales de ropa, zapatos y artículos de madera, dejando pérdidas millonarias a sus locatarios.
Gregoria Durón, de 67 años de edad, es una vendedora de artesanía desde hace 35 años en la calle de Las Flores de Comayagüela, relata que ha sido muy difícil este año para los comerciantes de este sector, ya que las pérdidas se reportan con el COVID-19. El incendio que sufrió su local y las catástrofes ambientales que transitaron por el país.
«Tenía más de un mes de no trabajar cuando el incendio, por que como soy de la tercera edad tenía miedo a contagiarme, se me quemó la mitad del negocio y el resto me lo robaron, aproximadamente perdí 20,000 lempiras solo en ese hecho», lamenta doña Gregoria.
Con la llegada de la época navideña ha regresado a su puesto para lograr vender lo poco que le queda, entre ello, todo lo relacionado a los pesebres navideños. Se encuentra sumamente preocupada porque las ventas han sido muy bajas. «Pero no pierdo la fe que esto se va a componer, seguimos luchando por mantenernos, porque el Gobierno solo sabe decir que ayuda y seguimos esperándola», asegura Durón.
Mientras tanto el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), asegura que las ventas comerciales se han reducido en un 8.1 %, producto de la crisis de salud que enfrenta el país en estos momentos.
El Cohep presentó su análisis multipartidario llamado Resiliencia Empresarial COVID-19, donde se evaluó el impacto que ha producido la pandemia y el paso de los huracanes. El impacto ha sido tan fuerte que un 10 % de los negocios no pudieron sostenerse y han tenido que cerrar operaciones, pese a esto el Cohep asegura que el 67 % de las empresas tienen confianza de recuperarse.
Dilcia Reyes se dedica a la venta de ropa en otro sector de Comayagüela, y relata que todo lo que ha enfrentado el pueblo ha sido un golpe bastante fuerte: «Las ventas están por los suelos, hay demasiado desempleo y la gente que se quedó trabajando solo tiene para la comida, en años anteriores yo vendía, por lo menos, de doce a quince prendas al día, en estos momentos dándole gracias a Dios vendo unas dos», cuenta.
Dilcia continúa relatando que lo más difícil de esta crisis es que les ha dejado más endeudados. «Nosotros ahorita lo único que tenemos es deuda sobre deuda, pandemia, incendios, robos y huracanes. Es lo que nos deja el 2020», dice. También menciona que otra de las dificultades es tratar de salir de las deudas porque ellos trabajan por medio de préstamos y estos no se han dejado de pagar y si no se hace los intereses aumentan.
En octubre el Gobierno de la República anunció la entrega de financiamiento a los comerciantes afectados por el incendio, se asegura que se entregaron 39 cheques a igual cantidad a beneficiarios del «crédito solidario», el aporte consistió en 1,450,000 lempiras para que los comerciantes pudieran recuperarse de dichas pérdidas.
Reyes relató a Contracorriente que el segundo día del incendio llegó David Chávez, diputado por el Partido Nacional, prometiéndoles ayudas económicas. «Nos prometió una ayuda de 2000 lempiras mensuales por tres meses, pero como siempre solo fue una mentira, solo hizo propaganda política y no volvió.» También asegura que por lo menos ella no ha recibido apoyo de «crédito solidario», «esas ayudas solo son para unas cuantas personas que son afín a esos partidos».
Venta de Pólvora, otra fuente de ingreso a comerciantes
Cristian Canales es un joven de 28 años que se dedica a la venta de pólvora desde muy pequeño, ya que este es un negocio familiar, la venta de pólvora la realiza en el municipio de Santa Ana, uno de los pocos autorizados para la comercialización de la misma, asimismo se dedica al comercio de verduras y frutas en diferentes mercados de comayagüela.
Canales relata que no hay un tan solo comerciante en el país que no haya presentado pérdidas con el cierre del pais por las diferentes situaciones que se han vivido, es por eso que se muestra optimista ante la venta de la pólvora porque asegura que esta es la temporada más alta para la realización de la compra de los juegos artificiales, ya que son utilizados para bodas, graduaciones y otros eventos.
«Nosotros confiamos en Dios que va haber un movimiento fuerte de la venta, para poder llevar alimento a nuestros hogares. La inversión es millonaria, nosotros aquí trabajamos con préstamos, así que en el nombre de Dios serán días de bendición», puntualiza.
Este comerciante asegura que la mayor parte del producto viene de China, Guatemala, El Salvador, lo que representa un aumento en el pago de impuestos para ingresar dicha mercancía al país, este local ofrece variedad de producto. «Nosotros tenemos producto desde 5 lempiras hasta 5000, todo depende del gusto del cliente», revela.
La venta de los juegos pirotécnicos en Santa Ana está autorizado por un mes, a partir de la fecha de instalación en los locales asignados. Canales asegura que hay que realizar un proceso minucioso para tener dicho permiso, entre ellos tener una constancia de la comunidad donde residen, además de eso realizan una inspección en los negocios para asegurarse que están en un lugar seguro y que cuenta con suficientes extintores, agua y arena en caso de un incendio, y ya que estamos en tiempos de pandemia contar con todo el equipo de bioseguridad.