Un mundial entre sombras

Luego de una revisión minuciosa de que los antifaces estén bien puestos, que las mallas no tengan ninguna abertura, que las vallas estén bien situadas y ante un público que en silencio apoya expectante a su equipo favorito, todo está listo para que ruede el balón en las canchas del instituto Sagrado Corazón de San Martín ubicado en Madrid, España.

Éste no es un partido cualquiera, es la final del Séptimo Mundial de Fútbol para Ciegos que se desarrolló a partir del 7 de junio y finalizó hoy, 17 de junio con una final ya conocida por el público asistente: Brasil vs Argentina.

Esta competencia se desarrolla desde el año 1998, se juega cada 4 años y es la segunda vez que España es anfitrión ya que en el año 2000 la localidad de Jerez de la Frontera se convirtió en la primera sede española de este significativo evento.

También es la primera vez en donde participan 16 selecciones, ya que los mundiales de fútbol sala para ciegos anteriores se desarrollaban con 8 o 12 selecciones. Este evento sin duda alguna no es atractivo como el mundial que se está jugando en Rusia donde se acreditaron alrededor de 2000 periodistas y técnicos para contar lo que sucede en 64 partidos. En España apenas 130 periodistas de diferentes países estuvieron dispuestos a contar lo que ahí estaba sucediendo.

El séptimo mundial de fútbol para ciegos estuvo organizado por la Federación que rige los deportes para las personas ciegas, es como la FIFA y se conoce como IBSA por sus siglas en inglés, en conjunto con la Federación española Deportes y la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE). Esta última organización es una de las grandes gestoras en el deporte y en otras áreas para las personas ciegas que en conjunto con las federaciones de las comunidades autónomas, son las que impulsan la práctica de este deporte en España.

«Este fútbol no es para vivir de él», me contó Luis Alfonso Pinilla, jugador de la selección de Colombia, quien tiene 43 años y hace 17 quedó ciego de forma total, debido a una retinitis pigmentaria, también me contó, que en Colombia se juegan dos torneos al año, uno regional y otro nacional y que hay ligas divididas en varias regiones. Existe un torneo nacional solamente de Clubes porque el otro nacional, es el que organiza las ligas, las cuales son gestionadas a través de las organizaciones pertenecientes a la Federación Nacional de Limitados Visuales (FENALIV). Pinilla practica el fútbol desde el año 2010 y ha participado en 2 mundiales, además trabaja como instructor de tecnologías para personas con discapacidad.

La pasión por este deporte ha mostrado mucha creatividad, basta con remontarse a los años 70’s donde en Colombia se practicaba el fútbol lata, qué consistía en patear una lata de betún por la sonoridad que esta hacía, luego se fueron implementando cosas cómo meter un balón en bolsas plásticas para que este produjera sonoridad. También se probó con balones de plástico a los cuales se le metían piedritas o balines, hasta que países como Brasil y el mismo Colombia fabricaron los balones actuales. El que más se conoce es el de modelo brasileño, que es un balón número 4 y no es totalmente redondo por la posición donde están ubicados los cascabeles que producen la sonoridad al momento de rodar. Pinilla añadió que para el equipo en que él juega en Colombia su propietario fabricó un balón, que es totalmente redondo y que no pierde su sonoridad al momento de jugar bajo la lluvia, por ser vulcanizado.

Todos tenemos que aprender de Brasil, comentaba en la semifinal un narrador deportivo, encargado de describir la transmisión del partido entre Argentina y Rusia, Brasil es el único país que tiene una liga muy profesionalizada con dos divisiones. Y es también Brasil quién está comenzando a mover el mercado de futbolistas ciegos de acuerdo a lo relatado por Pinilla, ya que él es uno de los 12 jugadores colombianos que militan en el fútbol brasileño. Son contratados para jugar dos torneos al año en el país del jogo bonito.

La final de hoy no es inédita, se puede decir que es una constante disputa entre Brasil y Argentina, quienes a lo largo de las 5 ediciones anteriores se han repartido la presea, siendo Brasil campeón en cuatro ocasiones y Argentina en dos. En esta séptima edición, selecciones como México, Costa Rica, Rusia, Tailandia, Irán y Malí están por primera vez en este certamen del mundo. Todas las selecciones jugaron desde el primero hasta el último día, estaban divididas en cuatro grupos, conformados por cuatro equipos cada uno, los dos primeros de cada grupo clasificaron a los cuartos de final, mientras los equipos restantes jugaron entre ellos para definir su lugar y ubicarse en ese orden en la tabla de posiciones.

Cuando los ciegos jugamos fútbol nos esmeramos por hacerlo bien (golear a un portero que sí mira no es fácil), nos olvidamos de las barreras y lo hacemos con alegría. Es un asunto serio para nosotros aunque no sea un negocio que de millonarias ganancias, en cambio, el mundial en Rusia ya ha dejado más de 430 millones de dólares en concepto de compra de derechos de transmisión. Así como en todos los aspectos a los que nos enfrentamos como población con discapacidad, el fútbol nos pone en una cancha donde no sólo nos esforzamos por meterle un gol al portero con ventajas, sino a toda una sociedad y a Estados que nos siguen manteniendo entre las sombras.

 

Fotografía: Inspire Latinoamérica

Jorge Andino Author
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