Hoy podría ser histórico, el Tribunal Supremo Electoral ha declarado una ventaja de 5 puntos que le podría dar la victoria en los comicios a Salvador Nasralla de la oposición por encima de Juan Orlando Hernández, el presidente actual, a quien las encuestas proclamaban vencedor. El 26 de noviembre Honduras vivió elecciones en medio de la tensión y la ilegalidad. El actual presidente, Juan Orlando Hernández logró maniobrar para ser candidato a la reelección presidencial aunque la Constitución de la República lo prohíbe. Por otro lado, un candidato “outsider” dentro de una Alianza de Oposición cuyo líder es el ex presidente derrocado en 2009.
En la zona hotelera donde el Tribunal Supremo Electoral instaló su centro de cómputo en Tegucigalpa, Juan Orlando Hernández y el Partido Nacional organizaron una fiesta para celebrar el triunfo. Un triunfo que es posible no llegue. Con un despliegue de seguridad, en su fiesta privada aseguró ser el presidente por 4 años más. Pero el entusiasmo estaba opacado por el silencio del Tribunal Supremo Electoral que aun no daba resultados preliminares y por Nasralla, quien también se había proclamado ganador minutos antes.
El TSE convocó a una conferencia de prensa posterior al cierre de urnas a las 7:30 pm, pero esa conferencia no se dio hasta las 2 de la mañana del 27 de noviembre. Ese silencio estaba generando un clima de temor, y comenzaron a llegar los comandos antimotines a la zona hotelera. El TSE tuvo que hablar, la Alianza de Oposición cantó el himno nacional y bailó las canciones AntiJoh para celebrar un triunfo que aun tampoco está dado.
¿Qué intereses se juegan en estas elecciones? El camino hacia la fiesta nacionalista se realizaba en un pasillo donde había algodón que simulaba nieve y pinos artificiales glaciados en pintura blanca, como diciendo “Winter is coming”. Allí en la entrada estaba Mark Klugman, asesor de este gobierno principalmente en el tema de las Zonas Especiales de Desarrollo (ZEDE) y propuestas económicas basadas en la privatización del territorio. Juan Orlando Hernández no está solo y no será el único que reaccione a un posible fracaso, sobre todo señalado por actos de corrupción y colusión con el crimen organizado.
En la celebración-exigencia de la Alianza estaba la comisionada de policía en condición de retiro María Luisa Borjas quien recalcó sus declaraciones de esta semana sobre el involucramiento de varios miembros del partido Nacional en asesinatos de alto impacto y graves actos de corrupción.
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Aún no hay un resultado contundente, Nasralla y Hernández se proclamaron ganadores y el TSE no termina de contar todas las actas escrutadas. Esta situación muestra la fragilidad del proceso que a pesar de contar con 1500 observadores internacionales dista de ser confiable y muestra la crisis política en la que dos candidatos se proclaman ganadores y nadie cuestiona el sistema democrático del país.