El gobierno de Estados Unidos anunció en las últimas horas la ampliación del Estatus de Protección Temporal (TPS) por seis meses para 57 mil hondureños y hondureñas que residen en el país del norte, la incertidumbre se extiende.
A los dieciocho años Hernán Dubón emprendió camino para cumplir el sueño americano. Él vivía junto a su madre y hermanos en Cuyamel, Omoa, Cortés al norte de Honduras. La falta de oportunidades obligó a Dubón a probar suerte en otra tierra, una muy distinta a la suya.
Un mes antes del huracán Mitch en septiembre de 1998, Dubón logró ingresar indocumentado a Estados Unidos, lo hizo por la frontera mexicana de Matamoros y su panorama cambió, se llenó de esperanzas y retos para ayudar a su familia en Honduras.
Al cruzar la frontera se trasladó a Nueva Jersey, primera ciudad en la que hizo su experiencia americana. Como todo inmigrante buscó ganarse la vida, conseguir un empleo sin documentos, su primera tarea era adaptarse a una nueva cultura y a estar oculto.
El paso del Huracán Mitch activó la migración de más hondureños y hondureñas hacia Estados Unidos, que ante la vulnerabilidad, falta de empleo y violencia se encontraban entre la espada y la pared. En 1999 el gobierno norteamericano fundamentándose en los daños y necesidades de la población aprobó el Estatus de Protección Temporal (TPS), un permiso para que las personas afectadas por esa situación en su país de origen, pudieran permanecer de forma legal en Estados Unidos, y así obtener un trabajo e incluso formación educativa.
-Desde ese año logré mi TPS, gracias a Dios eso me ayudó a permanecer legal y conseguir trabajo, una licencia de conducir y también aprender inglés en una escuela de New York- relata Hernán.
Dubón logró junto a 57 mil hondureños y hondureñas más, el permiso temporal y eso le ayudó a obtener estabilidad. Luego él se unió a un grupo de obreros de la carpintería con quienes aprendió el oficio y en su tiempo libre acudía a una escuela de inglés para aprender lo básico del idioma y así adaptarse mejor a las oportunidades que se presentaran en este país.
-Compré mi carrito, conseguí trabajo, aprendí el oficio y eso me ayudó a crecer en mis primeros tres años acá- cuenta.
Hernán es el menor de sus tres hermanos, cuando vivía en Honduras su familia con muchas limitaciones le daba el estudio, pero la situación era totalmente insostenible y por eso tomó la decisión de salir y buscar otras opciones. –Algunas personas salen de Honduras por violencia, en mi caso lo hice por necesidad, uno debe buscar en Honduras como ganarse la vida, pero a veces las opciones que se presentan te permiten vivir pero no ayudar a tu familia-
“Da igual que suspendan el TPS ahora como dentro de seis meses, si lo hacen por seis meses tocará vender todo y tomar una decisión, estamos contra la espada y la pared”, siguió relatando Hernán.
Según el informe Panorama Laboral presentado por la Organización Mundial del Trabajo, Honduras se encuentra entre los 20 países de América Latina y el Caribe con la tasa de desempleo más alta, en el 2016 el índice de desocupación pasó del 6,6% al 8,1 %.
Al aprender el oficio de carpintero Hernán siguió trabajando en New Jersey, la experiencia que adquirió le permitió constituir una compañía que en ese caso fue de construcción, después conoció a muchas personas que le tendieron la mano.
-Eso lo conseguí porque además de mi esfuerzo, tenía el TPS, de forma ilegal era muy difícil lograrlo-
Dubón asegura que durante los 20 años que tiene de vivir en Estados Unidos, él se apegó a las leyes de ese país, desde la adquisición de un trabajo, pago de impuestos y también el respeto que incluyen las normativas legales y judiciales.
En el 2003, Hernán con su empresa de construcción logró ver un nuevo horizonte de oportunidades en el Estado de New Hampshire, fue en ese momento que trasladó sus operaciones a este sector. –Me gustó New Hampshire, había en ese momento pocos migrantes, eso facilitaba el ambiente de oportunidades para lo que hacíamos-
Mientras la vigencia del TPS se mantenía, Hernán su esposa, hijos, hijas y familiares en Honduras salieron adelante, pero actualmente en el 2017 el fantasma de la deportación vuelve a sonar en sus cabezas, el gobierno norteamericano a pesar de ampliar el TPS por seis meses, amenaza con la suspensión del permiso cuando este plazo culmine. Esto ha generado miedo, zozobra y preocupación en los migrantes.
Así como Hernán hay más de 60 mil hondureños bajo amenaza de ser deportados al país, a las puertas de un retorno forzado. –Yo dependo del TPS para sobrevivir y ayudar a mi familia, yo estoy preocupado, logré lo que tengo gracias a 20 años de permiso temporal, a veces uno pensaba que eso ayudaría a lograr la residencia, pero la llegada de Donald Trump botó todo esto-
Sin el TPS Hernán debe replantearse su futuro de inmediato. Hernán nos comentó que a veces se sienta con su esposa en el mueble de su casa a pensar frente al televisor, justo cuando ve las noticias sobre la suspensión del TPS y se cuestiona ¿Qué harán, qué decisión tomarán? Para Hernán, su esposa, y sus gemelas hay dos opciones en el tapete: una es vender todo lo que tienen, mandar lo que puedan y esperar que la justicia norteamericana los deporte a Honduras, de esa forma lograr fondos para sobrevivir en este país, y la otra es iniciar una vida bajo las sombras, escondidos, en otra ciudad, otro apartamento, y con el ejercicio de otro oficio para sobrevivir, labor que será de forma ilegal, así como la de miles de compatriotas.
-Imagínese, quedaré sin licencia, en el caso que cuando nos suspendan el permiso nos para la policía , pues lo que me espera es la deportación, la verdad es una situación bien complicada-
“Da igual que suspendan el TPS ahora como dentro de seis meses, si lo hacen por seis meses tocará vender todo y tomar una decisión, estamos contra la espada y la pared”, siguió relatando Hernán.
Dentro de seis meses, el gobierno norteamericano emitiría una postura final sobre el TPS para los hondureños, la moneda sigue en el aire porque el permiso puede ser extendido o suspendido definitivamente, tal y como les tocó a los nicaragüenses, a quienes se les terminó la licencia.
Para Hernán la determinación del gobierno estadounidense de considerar suspender el TPS es injusta, porque en su caso se portó bien, respetó las leyes, pagó impuestos y hasta contribuyó al desarrollo de ese país, el que ahora ve como más suyo que Honduras. Hernán ha vivido más tiempo en Estados Unidos que en Honduras y logra ver las diferencias abismales entre ambas naciones, incluso habla de la razón por la que Trump debe ampliar el TPS:
-El gobierno debe ampliar el permiso pensando en nuestros hijos, yo tengo dos gemelas norteamericanas, ellas nacieron acá, saben que soy hondureño pero nunca han ido al país, ellas ya son de acá y como gobierno deben pensar en el mejor futuro para sus ciudadanos, si me deportan a mí, a mí esposa, entonces nos las tendremos que llevar y a Honduras vamos a exponernos a la falta de oportunidades, a la violencia y un cambio radical de vida. Ahora no sé cómo hará mi familia que depende de mí porque yo ya no podré seguir ayudando, allá nadie me ayudará, estamos preocupados por esta situación, uno no desea regresar a honduras pero si me están sacando no podemos quedarnos huyendo-
Andar a escondidas, violar las leyes no es un destino que quiere correr Hernán y su familia, aunque sí lo considera. Es difícil huir primero de un país sin oportunidades y segundo de una nación que le brindó por años desarrollo pero que en un abrir y cerrar de ojos le da la espalda.
Hernán ha visto las distintas políticas norteamericanas contra los migrantes, en el gobierno de Barack Obama las deportaciones no se detuvieron, Hernán dice que en New Hampshire la gente que estaba indocumentada fue sacada y deportada a sus países, y eso ocurrió mucho antes de la llegada de Donald Trump.
–Para serle sincero acá del gobierno de Honduras no sabemos nada, ellos solo se acercan cuando vienen las elecciones, y este es uno de esos momentos, pero no tienen ninguna capacidad de gestión por nosotros, y sobre todo ahora que estamos amenazados con regresar de nuevo- asegura Hernán.
Hernan dice que con la llegada de un nuevo presidente, con un antecedente y discurso antimigrante, las políticas de persecución han aumentado: hay operativos de búsqueda, vigilancia y deportaciones, incluso ya fueron víctima de ello su cuñado y un sobrino, quienes fueron vigilados por migración, atrapados, encarcelados y luego deportados.
-Guardo la esperanza que esto sea así solo con este presidente, quizá con otro presidente que llegue en el futuro las cosas vuelvan a ser como antes, por lo menos para los que tenemos TPS-
Las esperanzas son las últimas que se pierden, pero sí se deterioran cuando la realidad que los rodea es amenazante. -Esta decisión está difícil, o nos escondemos o nos vamos.
Hernán lamenta el abandono de dos gobiernos, el norteamericano y sobre todo el hondureño. –Para serle sincero acá del gobierno de Honduras no sabemos nada, ellos solo se acercan cuando vienen las elecciones, y este es uno de esos momentos, pero no tienen ninguna capacidad de gestión por nosotros, y sobre todo ahora que estamos amenazados con regresar de nuevo-
A pesar que el gobierno anunció a través de su representación diplomática en Estados Unidos y vía presidente Juan Orlando Hernández, su postura es impotente ante la determinación del país del norte, el reto de atención a los migrantes en ese país ha sido improductivo al menos desde la perspectiva de los afectados.
El papel del gobierno en materia de generación de oportunidades y reducción de la violencia en Honduras son factores de discusión continua en un país que está diluido en el ambiente electoral.
Además en lo que respecta a violencia, el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, señala que en Honduras se registran 14 asesinatos violentos diarios, situación que genera miedo y también desplazamiento de compatriotas a otros países.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, el último informe presentado sobre cifras de desplazamiento en el 2016 en América Central, reflejan que la violencia de pandillas en estos países es la causa de más de 545,296 solicitudes de asilo en Estados Unidos y México, mostrando un aumento significativo al 2012.
Las cifras dicen que la vulnerabilidad y factores como la violencia y falta de oportunidades es un contrapeso al argumento norteamericano para suspender el TPS, el cual indica que las condiciones en estos países no son las mismas que en 1998, cuando pasó el huracán Mitch. Actualmente estos datos evidencian la crisis social que vive el país y sigue generando salidas forzadas.
Si Hernán, sus gemelas, sus dos hijos varones y su esposa no deciden quedarse huyendo entonces tendrán que tomar el camino del retorno forzado, al final Hernán no sabe que será peor si huir o regresar a una realidad precaria.