El jarrón de los mayas
Mr. John llegó al anochecer a la choza campesina de Leuterio. Dos enormes canes le seguían con ojo avizor y más detrás dos acompañantes indígenas. La primitiva vivienda de Leuterio la constituía un corredor pequeño y una enorme habitación que tenía el triple uso de dormitorio, cocina y sala de recibo.