
Querida alma errante,
tal vez solo buscabas la inmortalidad
en el folclor de mis poemas
En vida fuiste un ser confundido
Y yo caí en la trampa del viajero perdido
en la dulce esencia de tu sangre fría
y en mi vano deseo de dar vida
a los que siempre estuvieron muertos
¡Maldita esa noche!
¡Maldito tu nombre!
¡Maldito tú!
He de permitirme atravesar la tormenta
Beber el amargo veneno
de las heridas que dejaste en mi mente
Migajas que cayeron de tus manos
e hice mías creyendo perlas
Porque tu corazón estaba herido
y el mío sangró con el tuyo
¿Por qué silencié a la felina en mi interior
cuando todo dentro de mi te rechazaba?
He de cargar una nube gris
como un legado maldito
porque de mi dolor
nacerá el fruto de la verdad dos manos al vientre
¡Volveré!
¡Volveré de la nada donde me diste por muerta!
He de depurar de mi mente
de mi alma
y de mi cuerpo
aquella fantasía que fuimos
aquello que nunca tuvo alas
donde fuimos sombras
y la luz se negaba en abrazarnos
He de sufrir esta odisea
porque del otro lado me ha sido prometido
un abrazo de la creadora misma
¡El pájaro recuerda que puede volar!
Ahora soy dama de hierro y flor silvestre
sol de mediodía y luna llena
ahora soy
Pero a ti
querido espectro
nada más que un eco
El averno te llama
como un amante celoso
¡El pecador ha conocido su fin!
Bendita tu partida
como primera lluvia de mayo
Amén

Yo toda fuego
tú todo impenetrable
yo toda aflicción
tú todo taciturno
¡Habla de una vez,
o calla para siempre!
Pero háblame
amante tibio
amante sádico
¡Háblame!
pero hazlo desde las entrañas
desde la sangre
desde las células
o enmudece tu indiferencia
¡Háblame!
Pero hazlo desde la melancolía
desde la crudeza
desde la agonía
dale nombre a tus males
a tus demonios
y a tus pesadumbres
¡Háblame!
entrégame un rival
contra el cual alzar mi estandarte
levantar mi espada
y desatar mi guerra
Indicame el norte
la estrategia para ganar esta batalla
pero rompe las costuras de tus labios
¡Háblame!
en inglés
en español
con palabras ajenas a las tuyas
o en tu propio lenguaje
pero no me hables con el gris de la apatía
¡Háblame!
no me dejes sangrar hasta morir
Sé que eres ceniza que arde en silencio
Más llama que brisa de invierno
No eres simple llovizna
¡Eres tempestad!
¡Háblame!
hazlo desde las grietas
desde tus partes feas
quítate la máscara
quema el disfraz
y déjate caer sin temor al abismo
Ven
libre como en tu jardín salvaje
desnudo de artificios
libre prejuicios
impredecible y natural
Háblame.

Allí te encuentras
Silente
morando en el éter
danzando entre lo mundano
y lo celestial
entre la luz
y las sombras
Ven a mí
ángel oscuro de Caravaggio
tan hermoso como si la luna misma
te hubiese formado con su luz
Ven a mí
escogido de la noche
calma mi sed
condéname a desear nada
que no sea la lumbre de tu sangre
Ven
Ven a mí
Seamos uno mismo
una sola carne
un solo apetito
nuestras almas entrelazadas
en la muerte y el más allá
Has de venir a mí
hechicero de sangre dulce
tú me has despertado
de un sueño que parecía eterno
mientras la madre tierra
me sostenía en sus brazos
a través del tiempo y el espacio
Has de venir a mí
por voluntad propia
como el río se entrega al océano
como el océano se entrega a la luna
como las estrellas se entregan al cielo
Con el beso de la muerte
siempre para mí
todo para mí
siempre mío serás
Mis colmillos
hundidos en el suave arco de tu cuello
supernovas estallan alrededor
y todo es
rojo
naranja
azul y verde
Eres un festín
ambrosía que arde en mis venas
Edén e Infierno
paz y guerra
Me has convertido en la encarnación misma de la sed
¿Qué es la pequeña muerte?
Si hemos de ser estrellas amantes
en la noche más oscura
desde ahora hasta el fin de los días