El ABC del poliamor

Por Teddy Baca
Portada: Persy Cabrera

Anteriormente escribí sobre elementos conceptuales de la diversidad sexual y de género. En esta ocasión, me enfocaré en el poliamor, partiendo de la idea de que todas las relaciones son válidas, siempre y cuando sean basadas en el consenso y la responsabilidad.

Para entender el poliamor es importante aclarar algunos conceptos. La monogamia se refiere a que una relación romántica es exclusiva entre dos personas; en la poligamia, puede haber tres o más personas en la relación.

Dentro de esas dinámicas, existen relaciones cerradas, que es cuando las relaciones monógamas o polígamas deciden por mutuo acuerdo no incluir a nadie más. En contraste, las relaciones abiertas consisten en que uno o más miembros deciden tener vínculos afectivos o sexuales por fuera, siempre con el consentimiento de todas las partes. 

En una infidelidad, el acuerdo de mantener cerrada la relación no se respeta cuando una de las personas se involucra con alguien más, sin consenso. Es importante aclarar esto porque la moral no depende del modelo relacional, sino de la capacidad del individuo de respetar acuerdos.

El poliamor es una forma de relacionamiento polígamo, en el que tres o más personas tienen vínculos románticos, incorporando los mismos valores que podría tener una pareja: intimidad, confianza y compromiso.

Existen otras formas de poligamia como la poliginia, en la que un hombre puede tener muchas esposas (algo común en Medio Oriente) y la poliandria, en la que una mujer puede tener muchos esposos (casos observados en algunas culturas de África y Oceanía). La diferencia esencial es que el poliamor no depende de un reconocimiento legal para existir (aunque sí para obtener derechos), así como tampoco se restringe a una matriz heteronormativa.

Ya sean relaciones de tres o más hombres, tres o más mujeres o relaciones en las que hay personas de diferentes géneros, el poliamor es un marco relacional que no se sujeta de una sola estructura social, aunque esto no implica que esté exento de sufrir de los mismos problemas de una relación monógama, como la infidelidad y la violencia.

Hay muchos tipos de relaciones poliafectivas y no creo poder explicar todos, por lo que les invito a profundizar en caso de desearlo. Entre otras están: una trieja, relación de tres personas; relaciones unicornio, una relación heterosexual que busca a una mujer o a un hombre bisexual para involucrarle sexual o románticamente; relaciones en las que solo un miembro de la relación es practicante del poliamor y el resto son monógamos.

Un término que puede confundirse con el poliamor es la práctica swinger o intercambio, en la que una pareja determina interactuar con otra persona o pareja para fines meramente sexuales, y casi siempre, de forma discreta.

De cualquier manera, las personas poliamorosas no la han tenido fácil; pocos países reconocen sus uniones y rara vez son visibilizadas en los medios. Algunos ejemplos de poliamor se pueden ver en la película argentina Somos tres, la serie Tú, yo y ella, y la serie Felices los 6.

Aun con esos ejemplos, usualmente las relaciones poliamorosas suelen ser retratadas como una perversión o algo morboso relacionado con las fantasías sexuales de personas heterosexuales (particularmente hombres heterosexuales que no ven más allá del morbo de tener relaciones con dos mujeres), por lo que en general, no existe aceptación de este modelo relacional.

En mi libro Estaré bi-en a tu lado visibilizo el poliamor de la mano del personaje de Adilson, un hombre bisexual gentil y apasionado.

Cabe mencionar que en el reino animal es mucho más común encontrar relaciones polígamas que monógamas, por lo que lejos de lo que podrían algunos creer, se trata de algo natural. Aún así, el poliamor no es algo idílico, y tampoco asegura que sus practicantes sean personas abiertas a todas las experiencias o respetuosas de la diversidad, irónicamente, pese a que forman parte de ella. 

Para finalizar, creo necesario recordar que visibilizar y reconocer no es imponer. Las personas poliamorosas existen y aceptar esta realidad nos permite comprender la diversidad de las relaciones humanas, en lugar de idealizar la monogamia como un modelo perfecto e incuestionable.

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Sobre
Teddy Baca nació el 30 junio de 1995. Es psicólogo, escritor y educador comunitario virtual. Escribe desde 2018; algunas de sus obras son El Continuum Masculino; Bisexualidad y Fluidez Sexual del Hombre, Prisma, La Naturaleza del Homosexual y su Sociedad y Estaré bi-en a tu lado, siendo ésta última mención honorífica en el Premio Nacional de Narrativa Juvenil 2020.
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