Por Teddy Baca
Portada: Persy Cabrera
¡En un hermoso país, pero desechado por la heteronormatividad!
¡Sobrevivían los diversos, los más dotados de luminosidad!
¡En donde el binomio hombre y mujer se impone cada día!
¡Y que con sus mandatos absurdos predicaban y aburrían!
¡Se destacan los que por naturaleza, no obedecen esta patraña!
¡Para que el arcoíris salga libre, cada mañana!
Es un gusto escribir nuevamente. Nos encontramos próximos a celebrar la Navidad, e indistintamente del significado (religioso o no) que le demos, la mayoría solemos asociarla con pasar tiempo de calidad en familia.
Sea elegida o consanguínea, adoptiva o de herencia, las marcas y la publicidad nos recuerdan constantemente la importancia de pasar la navidad con quienes amamos.
Y aunque no quiero romantizar la época del año ni reducirla al consumismo, sí me gustaría contar un poco sobre qué puede significar las festividades decembrinas para una persona LGTBIQ+.
- El dolor de haberse ocultado otro año
No pretendo dar un mensaje pesimista al artículo, pero tenemos que mencionar tanto lo positivo como lo negativo. Lo cierto es que para muchas personas sexodiversas y génerodisidentes, la Navidad es un recordatorio de lo duro que fue esconder su sexualidad o identidad durante todo el año, y de que además posiblemente tengan que seguir haciéndolo, particularmente cuando se vive en el seno de una familia conservadora, donde la expectativa es que presentes una pareja ante los demás, y casi siempre se espera que sea alguien del sexo opuesto. Simplemente es abrumador, y una vivencia que más de alguien recuerda con amargura o ironía.
Y no digamos cuando se trata de un niño, niña o adolescente diverso, la melancolía de no poder expresarse por temer perder el amor familiar es todavía más evidente.
A quienes todavía viven esto, les mando todo mi amor y les recuerdo que no están solxs.
- En el olvido
Si la situación número 1 ya es horrible, no digamos vivir en la indigencia por abandono y rechazo familiar, o estar en el medio de un conflicto tras salir del clóset. Muchxs tienen el valor de presentar a sus parejas ante la familia por el compromiso y afecto que les tienen, ¿por qué esconder a quien amas? Sin embargo, muchos familiares terminan rechazando y discriminando.
No sé ustedes, pero yo veo infinidad de cenas navideñas con gente que no cumple con los «valores» que predican, que se sabe con certeza que fueron infieles o que incluso han cometido delitos como violentar a otros («pecados» según la interpretación minimalista de la Biblia). Y no es que sea purista, pero ¿en serio tanto les afecta que alguien sea honesto y lleve a su pareja del mismo sexo/género, cuando permiten la hipocresía de otras personas? Ni siquiera es comparable, estamos hablando de a quien queremos en nuestras vidas.
Y quizás por eso muchos optan por el número 3.
- Celebrar con la familia elegida
Mucha gente usar el término «comunidad LGTBIQ+» para referirse a nosotrxs, y si bien no vivimos en comunas en la mayoría de los casos, sí generamos un sentido de comunidad debido al rechazo social que vivimos. Es una mezcla de empatía y solidaridad que no todas las personas en el ambiente comparten, pero que todavía existe.
Ya sea con una amistad o varias, exparejas, novios, amantes o incluso miembros de la familia que no suelen ser tan cercanos, las personas LGTBIQ+ encontramos un sentido de pertenencia que, además de ayudar al ajuste psicosocial, nos permite disfrutar la Navidad con genuinidad y amor.
- Quienes tienen aceptación
Vivir la Navidad siendo uno mismo, sin miedos, con quienes te vieron nacer y/o crecer, es posiblemente el escenario más idealizado y deseado. Ahora es más frecuente poder presentar a tu novio/a, lucir una prenda de vestir acorde a tu expresión de género y hablar del futuro sin tener que esconder o mentir; eso es un regalo en sí mismo en una sociedad cisheteronormada.
Lo cierto es que esta debería ser la norma, porque un hogar donde no se pueda ser uno mismo o se tenga que cohibir para «sobrevivir» ante comentarios incómodos, lejos de ilustrar lo que se asocia con la Navidad, promueve una visión egoísta y poco sensible.
En mi caso, podría decir que al inicio me encontraba en el número 1 y casi he logrado estar en el número 4. No ha sido un camino fácil de transitar, pero definitivamente me hace feliz creer que la temporada navideña es perfecta para sacar lo mejor de nosotrxs, una oportunidad para cuestionar los prejuicios y en la que finalmente se tome el valor para expresar la verdadera esencia de nuestras personalidades.
Ser no binario (no me identifico ni como hombre o mujer) y andrófilo (me gustan exclusivamente hombres o identidades transmasculinas) no son aspectos que quiera o deba ocultar, porque simplemente no están mal. Ya superé ese prejuicio interno y estoy agradecido de toda la gente cercana a mí que también lo ha hecho. Eso representa la navidad para mí (y comer mucho, ja, ja, ja).
Yo quiero Navidades en las que nadie tenga la necesidad de callarse, irse o mentir, sino en donde todxs podamos caber.
Desde ya, Feliz Navidad, les deseo felicidad y mucha aceptación. 🩷