El régimen sandinista abre las puertas del aeropuerto internacional de Managua para miles de haitianos, que usan Nicaragua como un trampolín para llegar a Estados Unidos y esquivar el Tapón del Darién. Ortega ha encontrado en esa masiva oleada una forma de hacer negocios en efectivo en varios flancos, mientras instrumentaliza la migración como “arma de ataque contra Estados Unidos”
Wilfredo Miranda Aburto | Luciana Quintero
San José, Costa Rica
En la pista del aeropuerto internacional de Managua Augusto C. Sandino aterrizaron un inusual número de vuelos chárteres durante el mes de octubre: un promedio de 18 aeronaves al día, la mayoría provenientes de Puerto Príncipe, Haití; República Dominicana y de la isla Providenciales.
La terminal aérea, que desde la crisis sociopolítica iniciada en 2018 ha sufrido una baja notable de viajeros, volvió a estar repleta, esta vez en su mayoría de miles de haitianos que han encontrado en Managua no sólo un trampolín migratorio para alcanzar Estados Unidos, sino un atajo para evitar el peligroso paso a través de la selva del Tapón del Darién.
Al igual que con los cubanos, el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo no exige visado a los haitianos para ingresar a Nicaragua. Esa ha sido la principal motivación para establecer una conexión sin escalas de Puerto Príncipe a Managua, que no existía hasta la llegada de estos chárteres.
La apertura del aeropuerto Augusto C. Sandino representa un negocio rentable para el régimen sandinista: aprovechar la desesperación de miles de migrantes por llegar a Estados Unidos. De acuerdo a diversas fuentes aeroportuarias y otras ligadas al negocio de los charters consultadas para este artículo, Redacción Regional ha podido documentar los cobros que las autoridades aeroportuarias realizan de manera oficial y extraoficial.
Para empezar, explica la fuente aeroportuaria, a cada avión que aterriza en el Augusto C. Sandino se le cobra un landing fee (tasa de aterrizaje) que es variable entre vuelos comerciales y vuelos privados. Una aerolínea suele pagar un landing fee de aproximadamente 500 dólares en Managua.
Sin embargo, aterrizar un chárter cuesta entre 2 mil a 3 mil dólares, en dependencia del tamaño de la aeronave y los servicios que se requieran del aeropuerto. Es decir uso de manga para desembarcar, uso de escaleras, estibadores para descargar equipaje, recargo de combustible, uso de hangar, entre otros servicios.
“A estos chárteres que están viniendo de Haití les cobran un promedio de 2 mil dólares, básico, porque no hay manejo de equipaje. La gente viene sólo con una mochila y se baja del avión. Además, el landing fee tiene que ver con el tamaño del avión. Los que vienen de Puerto Príncipe han sido, en su mayoría, pequeños: tipo Embraer 175. Caben en ellos entre 50 y 75 asientos”, explica la fuente asociada al negocio de los chárteres.
Entre el viernes 20 y el domingo 22 de octubre aterrizaron en Managua 36 chárteres procedentes de Haití, un país que lleva sumido en una grave crisis sociopolítica desde julio de 2021, cuando el presidente Jovenel Moïse fue asesinado en su vivienda por un comando de mercenarios colombianos.
Ante un Estado colapsado y a merced de bandas criminales, los haitianos en su eterna miseria huyen en masa de la isla… y Managua, como sucede con miles de cubanos, es la ruta más directa para internarse en Centroamérica y subir hasta la frontera sur de Estados Unidos. Lo necesario es llevar dólares en la bolsa, unos cuantos miles. Los pasajes desde Puerto Príncipe se cotizan entre mil a 3 mil dólares por trayecto.
Si se toma en cuenta el promedio diario de 18 chárteres aterrizando en el Augusto C. Sandino desde Haití, República Dominicana e islas Providenciales, con un costo base de dos mil dólares por landing fee, se trata de 36 mil dólares diarios. Es decir, aproximadamente unos 1 millón 80 mil dólares mensuales. Sin embargo, el estimado puede variar porque se siguen registrando chárteres desde Cuba, así como otros tres provenientes de Kirguistán que pasaron por Bulgaria e hicieron escala en Managua en septiembre. Eran aviones más grandes: Airbus 330.
Aeropuerto sale del saldo rojo
Un informe de mantenimiento de calificación de riesgo publicado por la Empresa Administradora de Aeropuertos Internacionales (EAAI) revela que la crisis de liquidez que sufría el Augusto C. Sandino se acabó en 2022, cuando sus ingresos crecieron en 95%.
Ese año, gracias a la llegada masiva de cubanos en chárteres y vuelos comerciales, así como el retorno a Managua de algunas aerolíneas estadounidenses tras la pandemia, la empresa generó utilidades por 4.16 millones de dólares.
El aeropuerto estaba en crisis ya que, producto a la crisis sociopolítica iniciada en 2018, el turismo se desplomó. Mientras que los excesivos requisitos que las autoridades aeronáuticas nicaragüense impusieron a las líneas aéreas después de la covid-19 retrasaron el reinicio sus operaciones y otras no volvieron a dar servicio.
El régimen Ortega-Murillo eliminó en noviembre de 2021 el visado para los cubanos y eso generó una oleada migratoria a través del puente aéreo entre La Habana y Managua. Miles de cubanos llegaron en chárteres pero no regresaron a la isla, sino que se dirigieron hacia Estados Unidos por tierra. Datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) comprueban esa diferencia entre embarques y desembarques durante 2022 en el Augusto C. Sandino: 634 800 pasajeros entraron por vía aérea a Nicaragua, pero sólo 312 400 salieron de la misma manera.
La llegada masiva de cubanos cesó a partir de enero de 2023 cuando el gobierno de Joe Biden cerró las fronteras a los migrantes irregulares y puso como condición de ingreso acogerse al Parole Humanitario. Si bien los vuelos de cubanos han persistido, han bajado intensidad.
Sin embargo, Managua ahora recibe en masa a haitianos. De acuerdo a Manuel Orozco, investigador de Diálogo Interamericano y especialista en temas migratorios, en las últimas semanas han aterrizado en Managua 31 000 haitianos.
El número de pasajeros que atraviesan el puesto fronterizo del Aeropuerto Augusto C. Sandino es clave en otro aspecto del negocio migratorio de los Ortega-Murillo. El primero, denuncia la fuente ligada a la industria de los vuelos chárteres es que Nicaragua impone un impuesto a todos los pasajeros que retornan a su destino de origen. El tributo se llama “Derecho de terminal para pasajeros salientes”.
Su precio es uno de los más elevados de la región y es de 44.23 dólares, de acuerdo a la página web de EAAI. Usualmente, ese impuesto se incluye en el precio de los tickets redondos. Cuando se trata de un pasaje de una sola vía, es decir de ingreso como el que compran los miles de migrantes, no solía cobrarse.
“Sin embargo, han encontrado una nueva forma de sacar más dinero al cobrar el impuesto de salida a pesar que los chárteres regresan prácticamente vacíos. Esto es nuevo, lo comenzaron a hacer hace algunos meses con los vuelos provenientes de Haití. Y eso es absurdo porque la mayoría de esos pasajeros salen por tierra hacia Estados Unidos”, narra la fuente.
Si se multiplica esos 44.23 dólares por 31 000 haitianos que ingresaron en las últimas semanas por el Augusto C. Sandino, se recaudó la suma de 1 millón 371 mil 130 dólares.
Stéphanie Armand, portavoz de Sunrise Airways, quien fue contactada por la agencia de noticias Associated Press (AP), dijo que la aerolínea realizó al menos 15 vuelos durante la penúltima semana de octubre. Explicó que la compañía no vende boletos a Nicaragua sino que es contratada por “terceros” para realizar los vuelos. No dio más detalles sobre quiénes eran los terceros.
Cuando se le preguntó si los servicios de la aerolínea están siendo utilizados por traficantes de personas para realizar migraciones a Estados Unidos, Armand dijo que la compañía verifica los documentos de los pasajeros antes de abordar. “Como aerolínea y operador de aviones, no tenemos información sobre las intenciones de los pasajeros que transportamos”, escribió Armand. “Si los pasajeros cumplen con los requisitos de ingreso al país y son admitidos, corresponde a las autoridades, no a las aerolíneas, dar seguimiento a su estatus”.
El cobro extraoficial y jugoso
Otro cobro extraoficial que las autoridades migratorias imponen a los migrantes haitianos –y que empezaron a aplicar a los cubanos– es un impuesto de ingreso a Nicaragua. Por norma general, todo extranjero al ingresar a Nicaragua “deberá cancelar un arancel turístico de diez dólares americanos”.
“Están exentos de dicho arancel los ciudadanos de los países del Convenio CA-4 (Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua)”, establece la EAAI. No obstante, a los migrantes les cobran entre 150 y 200 dólares de ingreso. Se trata de un cobro discrecional, insisten dos fuentes allegadas al aeropuerto Augusto C. Sandino.
“El funcionario migratorio decide cuánto cobrarles a los migrantes, pero suele ser entre 150 y 200 dólares. Esa gente viene desesperada por pasar a Estados Unidos y termina pagando ese dinero. Traen dinero porque muchos venden sus casas, pertenencias u otros familiares en Estados Unidos financian el viaje, entonces pagan para que no los detengan. Cuando pagan, a unos les dan un papel hecho a mano por el oficial migratorio en el que le dan cinco días para abandonar Nicaragua. En otros casos no les dan nada y a otros ni les sellan el ingreso en el pasaporte. Es todo discrecional y hasta se presta para corrupción entre los agentes porque todo es en efectivo”, insiste otra fuente cercana a Migración y Extranjería de Nicaragua.
Si se hace el cálculo de 31 000 haitianos que han ingresado en las últimas semanas por un cobro promedio de 150 dólares por cada uno, el régimen Ortega-Murillo agrega a sus arcas 4 millones 650 mil dólares.
Manuel Orozco, el experto migratorio del Diálogo Interamericano, señala en su más reciente informe que los datos de vuelos de agosto a octubre de 2023 apuntan a más de 260 aviones fletados que llegaron a Managua con una media de más de 30 000 haitianos.
“Esto supone casi el 60% de todas las llegadas de haitianos a la frontera entre Estados Unidos y México. Algo similar ocurre con los vuelos de La Habana a Managua, que suman unos 50 vuelos mensuales en movimiento durante 2023, es decir, 5700 pasajeros de media al mes, el 40% del número de llegadas a la frontera entre Estados Unidos y México”.
El informe presentado este primero de noviembre resalta que, entre junio y el 29 de octubre de 2023, Nicaragua duplicó el número de llegadas, con un total estimado de 60 000 pasajeros. Desde enero, cuando comenzó a ofrecer vuelos chárteres de La Habana a Managua, Managua ha sido un puente para casi 100 000 personas, o el 4.5% de todas las entradas irregulares a la frontera de Estados Unidos con México.
“Nicaragua está instrumentalizando (weaponizing) la migración como arma de ataque contra Estados Unidos. Para Ortega y Murillo es oficial y públicamente expresado que Estados Unidos es un país ‘enemigo, conspirador y propiciador de golpes de Estado’, de modo que el régimen de manera premeditada ha facilitado este proceso de forma directa”, dice Orozco a Redacción Regional.
“Además, con autorización del director de Aeronáutica Civil de conducir estos vuelos chárteres. El acto, en sí, es además violatorio de normas internacionales sobre la movilización ordenada y regularizada de personas”.