Texto: Teddy Baca
Portada: Daniel Fonseca
A raíz de la elección de las próximas autoridades de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), creo conveniente mencionar que para que una Corte Suprema de Justicia sea «imparcial» y respetuosa de los derechos humanos, debe mantener presente que las personas estamos por encima de las ideas y las acciones. Así como, cuando haya un caso de corrupción, debe dejar de pensar que se defiende al amigo, y pensar que se daña a millones de personas si no se brinda justicia. Una Corte Suprema de Justicia imparcial y respetuosa debe saber que no puede priorizar la religión por encima del marco normativo y los tratados, porque se viola el estado de derecho y su laicidad.
Las autoridades actuales de la Corte Suprema de Justicia tienen acusaciones entre las cuales menciono las siguientes: 1) mantener la impunidad en casos corrupción, 2) contribuir a la impunidad en los crímenes de odio y discriminación, 3) ser cómplices de la reelección ilegal de Juan Orlando Hernández en el 2017 y 4) permitir que se atropellen derechos de las mujeres y la diversidad sexual con la prohibición del matrimonio igualitario y del aborto.
En marco de esto, una nueva CSJ que realmente busque respetar los derechos humanos de la Diversidad Sexual debe tener en cuenta 10 elementos que no creo que se hayan aplicado nunca, por el mismo sistema cisheteronormativo que opera y se impone en el país, disfrazado de «moral y buenas costumbres». El nombre de «mandamientos» es una ironía, desde luego, pero es de vital importancia la consideración y aplicación de estas:
- No utilizar el dogma de ninguna religión (incluido el cristianismo) para determinar si un discurso es discriminatorio o no. La discriminación sucede cuando se limita o agrede a otra persona por pertenecer a un sector o grupo, no pierde su significado porque sea parte de una discursividad religiosa.
- La homosexualidad, bisexualidad, asexualidad e identidades trans no son enfermedades ni trastornos, por lo que no se debe avalar procedimientos que nos retratan de esta forma.
- Casarse es un derecho civil; por tanto, las personas indistintamente su orientación sexual deberían poder casarse con quien lo deseen en el marco del consentimiento. No tiene sentido prohibirlo en un «Estado laico». La reproducción no es una excusa, existen familias constituidas en unión libre y parejas casadas que no pueden o no quieren tener hijos.
- Los crímenes de odio existen, y no van a cesar a menos que se haga justicia y se eduque a la población.
- La «moral» es algo muy alejado de la orientación sexual o la identidad de género; por tanto, una nueva Corte Suprema de Justicia respetuosa de la diversidad debe evitar sancionar a alguien por expresarse tal y como es. Nuestra existencia no es una ideología.
- Criminalizar una protesta es una acción antiderechos aquí y en cualquier muchas partes del mundo donde se cree en la democracia, no importa cuál sea esta protesta, y menos si estas protestas están lideradas por personas LGTBIQ+.
- La interseccionalidad importa, no es lo mismo un caso de una mujer lesbiana de Tegucigalpa que un hombre bisexual de San Marcos Ocotepeque, se deben considerar temas económicos y multiculturales para analizar cada caso.
- No existen las verdades bíblicas, cada quien tiene derecho a profesar una fe y es lo correcto, pero no se puede utilizar un discurso religioso como «verdad» para desvirtuar una realidad o derechos ajenos.
- La corrupción afecta a todas las personas; en el momento en que se permite la malversación de fondos, esta crece más y más al punto en que —indirectamente— esta nos mata, como sucedió con el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) hace algunos años, originando la muerte de varios pacientes por falta de insumos.
- Las infancias diversas merecen protección, aún si es de sus propios padres y madres. La violencia disfrazada de «disciplina» no deja de ser violencia. La libertad inicia cuando se respeta el desarrollo de la individualidad, cuestión que se logra cuando hay inclusión, no con la censura a quienes no encajen en la cisheteronormatividad.