Este reportaje fue publicado originalmente en Insight Crime y La Prensa Gráfica, este medio lo reproduce íntegro en acuerdo con sus autores.
Cuatro de los 14 jefes pandilleriles salvadoreños a los que Estados Unidos ha solicitado extraditar fueron excarcelados entre julio de 2021 y enero de este año, según una investigación periodística. Centros Penales no proporcionó información para precisar si regresaron a prisión.
Por Insigth Crime
Con aportes de La Prensa Gráfica
Cuatro cabecillas de la Mara Salvatrucha con solicitudes de extradición firmadas por fiscales federales de Estados Unidos gozaron de días fuera de prisión entre julio del 2021 y enero del 2022, de acuerdo con documentos penitenciarios y judiciales a los que esta investigación tuvo acceso.
A pesar de contar con cargos pendientes, Elmer Canales Rivera, alias “Crook”; Eduardo Erazo Nolasco, alias “Colocho”; y Efraín Cortez, alias “Tigre”, se encontraron “inactivos por libertad” en diversos periodos de esos ocho meses, según constó en sus fichas en el Sistema de Información Penitenciaria (SIPE) de El Salvador.
Fuentes de la Dirección General de Centros Penales (DGCP) consultadas para esta investigación aseguraron que Hugo Armando Quinteros Mineros, alias “Flaco”, también se encuentra “inactivo por libertad” en los registros penitenciarios.
Los documentos que respaldan esta investigación, así como el relato de funcionarios de Gobierno y testigos que conocieron del estatus de libertad que gozaron estos pandilleros, ubican las salidas entre el segundo semestre de 2021 y hasta finales de enero pasado. LA PRENSA GRÁFICA ya había revelado en diciembre pasado el caso de “Crook”.
A la fecha es imposible determinar si estos pandilleros siguen en libertad o si reingresaron a las cárceles ya que las autoridades del Ministerio de Justicia se negaron a dar información sobre el estado de estos cabecillas a pesar de haberla prometido vía transparencia en enero pasado.
Estos pandilleros considerados de suma peligrosidad dentro de su organización pertenecen a la primera línea de mando de la MS-13 conocida como “Ranfla”, afincada en su mayoría en el penal de máxima seguridad de Zacatecoluca. Los cuatro forman parte de un listado de 14 influyentes cabecillas reclamados por terrorismo desde el 16 de diciembre de 2020, cuando fiscales estadounidenses presentaron el requerimiento CR 20577 en el Distrito Este de Nueva York.
Según dijo el fiscal general estadounidense Jeffrey A. Rosen en enero de 2021, este requerimiento es la “acusación más amplia y de mayor alcance que se ha hecho en la historia de los EU contra la MS-13 y su estructura de mando y control”.
Según los documentos del SIPE, estos cuatro cabecillas reclamados por Estados Unidos y con órdenes de captura de Interpol salieron de presidio en el periodo apuntado a pesar de que dos de ellos tienen penas pendientes con la justicia salvadoreña que van de 30 a 40 años de prisión.
El 6 de febrero de 2020, “Crook” y “Colocho” recibieron respectivamente una sentencia de 60 años por dos homicidios agravados; mientras que “Tigre” fue condenado a 14 años por agrupaciones ilícitas, derivadas del llamado Caso Cuscatlán o causa penal 54/63-A-2019.
En el caso de “Flaco”, quien el 2 de marzo del año pasado fue capturado en el departamento de Usulután, con apoyo del FBI, cuenta al igual con una orden de detención de la Interpol para ser extraditado. Además, está acusado de homicidio agravado y agrupaciones ilícitas, según una ficha de la PNC de los 100 más buscados.
De acuerdo con los oficios N° 24 y N° 705 con referencia 54/63-A-2019 (V) emitidos por el Juzgado Especializado de Sentencia “A” de San Salvador y obtenidos vía transparencia, “Crook”, “Colocho” y “Tigre” interpusieron un recurso de apelación para reducir sus condenas.
El 26 de abril del 2021, después de realizarse la primera solicitud de extradición en contra de “Flaco”, la Cámara Primera Especializada de lo Penal recalificó las sentencias de estos tres y les redujo las penas impuestas.
A “Crook” le modificó la calificación jurídica de uno de los dos delitos de “homicidio agravado” a “proposición y conspiración de homicidio agravado” aminorando su pena de 60 a 40 años. “Colocho” recibió la revocación de un “homicidio agravado” ratificándosele 30 años de prisión por el otro asesinato; al tiempo que “Tigre” fue absuelto por el crimen de “agrupaciones ilícitas”, dejándolo sin cargos.
Los defensores de “Crook” y “Colocho” apelaron nuevamente el 21 de julio de 2021, interponiendo un recurso de casación ante la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia para reducir aún más las nuevas penas. Hasta el momento la Sala no ha dado su veredicto y “se ignora si estas personas están siendo procesadas o a la orden de otras sedes judiciales”, como acusa el Juzgado de Sentencia “A”.
Eso quiere decir que la sentencia de estos dos pandilleros no se encuentra firme, y que de acuerdo con el artículo 8 del Código Procesal Penal, “Crook” y “Colocho” no están en condiciones de apelar su caso en libertad por contar con un trámite de extradición.
De acuerdo con sus fichas del Sistema de Información Penitenciaria, a estos cabecillas de la MS-13 tampoco se les ha atribuido ninguna pena comprendida en la Ley Especial contra Actos de Terrorismo, que desde el 24 de agosto de 2015 consigna a la Mara Salvatrucha como “grupo terrorista”. El artículo 13 de esta ley determina que “los organizadores, jefes, dirigentes o cabecillas, serán sancionados con prisión de diez a quince años”, pero ninguno cuenta con una sanción derivada de esta legislación.
Para sumar más elementos en el caso de “Crook”, dentro de su historial judicial aún cuenta con dos casos sin una sentencia definitiva por encontrarse también en apelación. Las causas penales son la 41-A-2020 por “extorsión agravada y agrupaciones ilícitas” y 1-C-2018-6 por “organizaciones terroristas”.
“Crook” salió de máxima seguridad entre el 18 y el 19 de noviembre pasado.
La embajada estadounidense en El Salvador ha demostrado preocupación por la situación del cabecilla de la Hollywood Locos. De acuerdo con un reportaje de El Faro, el año pasado el consulado envió una nota diplomática pidiendo se aclare si este cabecilla se encuentra en libertad y de ser así, bajo “qué circunstancias se llevó a cabo su liberación y en el caso de ser afirmativo proporcionar certificación de la orden judicial”.
Ocho días antes de su salida, una ola de asesinatos que cobró la vida de 46 personas entre el martes 9 y jueves 11 de noviembre. Dadas esas jornadas violentas, noviembre se volvió el mes más sangriento de 2021 alcanzando un promedio diario de 4.1 homicidios según cifras de la Mesa Técnica. La cantidad se redujo drásticamente al mes siguiente a un promedio de 3.1 homicidios diarios.
En la calle
“Trauma” no es el verdadero apodo de este viejo pandillero, pero así lo vamos a nombrar para no revelar su identidad. Desde hace años “Trauma” conoce bien las entrañas de la Ranfla y cuando se enteró de la liberación de “Crook” se sorprendió. Semanas después, confirmó para esta investigación que “Crook” apareció por los calles de El Salvador y que acostumbró llegar a una casa en el municipio de Ciudad Barrios en una camioneta blanca, acompañado por dos hombres que “no se miraban como pandilleros”.
Aseguró que lo dejaban en dicha vivienda y desde ahí una mujer realizaba llamadas en su nombre para que compañeros lo recogieran en ese sitio y lo trasladaran a otro lado. “La orden era que no tuviera celular”, apuntó.
“Trauma” describió que en una ocasión, antes de que “Crook” fuese llevado a ese domicilio, una patrulla de la policía recorrió la zona. Desaparecida la patrulla, varios “postes” o vigías afines a la MS-13 se apostaron alrededor de la casa. Dice que en una ocasión lo trasladaron a un territorio de la Dieciocho en Zacatecoluca y desconoce de dónde es que llegaba esa camioneta que transportaba a “Crook”.
Entre diciembre y febrero, a efectos de esta investigación también se entrevistó a un pandillero retirado que durante cinco años sirvió como testigo al ministerio público. A finales de febrero, la fuente señaló que “Colocho” se estaba proclamando cristiano ante sus compañeros mientras gozaba de libertad en el periodo apuntado.
Opacidad
El 22 de diciembre de 2021, a efectos de esta investigación se solicitó vía transparencia a la Dirección de Centros Penales una postura oficial sobre los registros de libertad que consigna el SIPE sobre los cuatro cabecillas. La oficial de información Iris Yanet Valle de Funes acusó de recibido la solicitud enviada a su correo institucional y contestó que la información se entregaría el 10 de enero de 2022.
La oficina no mandó la información obligada por ley en esa fecha y la dirección institucional dejó de recibir correos asegurando que su dirección pudiera estar “mal escrita o que ya no existiera”.
Nuevamente se envió la petición el 24 de febrero de 2022, pero esta vez la respuesta de la Unidad de Acceso a la Información Pública fue que para poder entregar la información se requería de la presentación de un “representante legal debidamente acreditado” de cada uno de los pandilleros.
También se pudo constatar que el acceso al SIPE ha quedado restringido bajo el mando y supervisión del director de Centros Penales, Osiris Luna Meza, impidiendo que actualmente se pueda consultar la información de los privados de libertad desde centros penales, juzgados y edificios administrativos.
Otro cabecilla libre
A finales del 2021 quedó en libertad Moisés Humberto Rivera Luna, alias “Viejo Santos”, también perseguido por las autoridades estadounidenses y considerado el mandamás de la clica Normandie Locos en varios países del hemisferio, según se lo confirmaron a efectos de esta investigación cinco pandilleros que han hablado con él desde su liberación.
Se trata de un veterano de 52 años de un perfil poco mediático pero de un extenso poderío e influencia. La corte del Distrito de Columbia lo acusó en noviembre de 2011 bajo la Ley Rico de dirigir operaciones desde el penal de Chalatenango y ordenar al menos dos homicidios.
Al igual que “Crook” y “Colocho”, el “Viejo Santos” cuenta en su contra con la Orden Ejecutiva número 13581 del Departamento del Tesoro que congela sus bienes en suelo estadounidense.
Influyentes
“Crook”, “Colocho”, “Tigre” y “Flaco” guardan varias cosas en común: su iniciación en Los Ángeles, Estados Unidos, su larga carrera delictiva en El Salvador, su transnacionalidad y sus operaciones desde las cárceles.
“Crook” y “Colocho” ingresaron en prisión en diciembre de 2001 por el secuestro de un matrimonio. “Tigre” lo hizo en 2005 por homicidio y portación de armas de fuego, entretanto “Flaco” en 1999 por homicidio. Este último fue el único que cumplió condena quedando libre a inicios de 2014 para después expandir los alcances de la pandilla en México.
Todos ganaron su liderazgo desde principios de la década pasada al pelear espacios exclusivos para la Mara Salvatrucha en el sistema penitenciario. Ahí junto con Borromeo Enrique Henríquez Solórzano, alias “Diablito”, también acusado en Nueva York por ser el máximo jefe de la MS-13, y otros conformaron lo que se conoce como la “Ranfla”.
El gobierno estadounidense acusa a estos cabecillas “de dirigir la violencia y actividad delictiva de la MS-13 en todo el mundo por casi dos décadas”, sosteniendo que desde los penales se encargaron de gestionar asuntos de la pandilla tanto en las calles como en ciudades de Estados Unidos.
Con los años la Ranfla se sofisticó y la mayoría de sus miembros fueron removidos al penal de máxima seguridad de Zacatecoluca. En marzo de 2012, “Crook”, “Colocho” y “Tigre” fueron trasladados de ese penal a la cárcel de Ciudad Barrios como parte de la llamada tregua, para ordenar a sus compañeros reducir los homicidios en las calles.
En Ciudad Barrios se reencontraron con “Flaco” para reorganizar los liderazgos en todos los penales con presencia de la MS13. Estos cuatro personajes, junto con otros más de la lista de extradición, serían los interlocutores con los mediadores y autoridades del entonces gobierno del FMLN para reducir los homicidios en El Salvador.
Para lograr esa paz, en 2012 y 2013 cometieron al menos dos homicidios al interior de Ciudad Barrios en contra de compañeros que no acataron la orden de suspender los asesinatos, Kember Méndez Gámez y Manuel Eduardo Pineda Santamaría. Eso lo reveló un ex miembro de la Ranfla convertido en testigo criteriado durante el llamado Caso Cuscatlán.
Entre febrero y abril de 2015, “Crook”, “Colocho” y “Tigre” regresaron a Zacatraz por medidas de excepción implementadas por los crecientes enfrentamientos entre pandilleros y elementos de seguridad que ellos mismos habían apoyado.
Extradición truncada
La primera petición de extradición contra estos pandilleros fue recibida el 26 de marzo de 2021 en el Juzgado Primero de Paz de San Salvador para exigir a “Flaco”, veinticuatro días después de ser capturado. El 16 de mayo de 2021, el Juzgado Séptimo de Paz de San Salvador recibió la petición de “Tigre” y diecinueve días más tarde, el 4 de junio, los juzgados Cuarto y Catorce de Paz hicieron lo mismo con las solicitudes de “Colocho” y “Crook”.
El expediente de extradición de “Colocho”, al que se tuvo acceso, consigna que el pandillero fue capturado por agentes de la Interpol a las 6:50 de la tarde del 3 de junio de 2021 en el portón principal del centro penal de máxima seguridad de Zacatecoluca.
Así quedó plasmado en el oficio de Interpol que fue remitido un día después, el 4 de junio de 2021, al Juzgado Cuarto de Paz de San Salvador, encargado del proceso de “Colocho”.
“Mediante resolución proveída a las 10:35 a. m. del 4 de junio de 2021 se decretó detención provisional con fines de extradición en atención al oficio PNC/DG/OCN/DEC/233/2021 suscrito por Manuel Ulises Garay Cotto, jefe de la oficina Interpol El Salvador, por la orden de difusión roja con la referencia #A-526/2-2021, publicada por Interpol Francia el 22 de febrero de 2021, a solicitud de Interpol Estados Unidos de conformidad con la captura CR 20577 del 16 de diciembre de 2020, firmada por el juez Steven L. Tiscione”, se lee en el expediente de “Colocho”.
El acta de captura de “Colocho”, además, enlista los cargos por los que es requerido en Estados Unidos: Conspiración para proporcionar y ocultar apoyo material y recursos a terroristas, conspiración para cometer actos de terrorismo que trascienden las fronteras nacionales y conspiración para el narcoterrorismo, mismos por los cuales debería pagar en la Unión Americana.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia ha anunciado sus intenciones de revisar el tratado de extradición entre El Salvador y Estados Unidos, vigente desde 1911, postura que complica la autorización para que estos cabecillas sean trasladados a Nueva York. Algunos especialistas ponen en entredicho esa posición considerando que en 2020 hubo dos extradiciones contra miembros de la Mara Salvatrucha, Eduardo Portillo “Firuli” y Adonay Polanco Cabrera, “Rayo”.
La hipótesis principal de los magistrados del Supremo es que las leyes estadounidenses son mucho más severas a la legislación salvadoreña, por lo que no hay garantías de que los jefes pandilleros no vayan a ser condenados a una cadena perpetua. Sin embargo, Estados Unidos ya se ha comprometido por escrito con que eso no ocurrirá en los casos de “Crook”, “Colocho”, “Tigre” y “Flaco”.
La Corte Suprema de Justicia también estudia desde septiembre de 2021 si negar o no la extradición a Estados Unidos de Armando Eliú Melgar Díaz, alias “Blue”, el primer pandillero salvadoreño que enfrenta un proceso federal por terrorismo ante la justicia estadounidense.