Por: Ezequiel Sánchez
Diversas organizaciones feministas, LGTBIQ+ y mujeres autoconvocadas se movilizaron el Día de la Mujer Hondureña para protestar por el decreto con el que el Congreso Nacional blindó la prohibición del aborto y del matrimonio igualitario, ya que lo consideran como una vulneración de sus derechos.
Con miedo a que la marea verde iniciada en Argentina con la despenalización del aborto llegara a Honduras, el Congreso Nacional aprobó el jueves pasado una reforma en la Constitución propuesta por el diputado nacionalista Mario Pérez, luego de ser aprobada este reforma, para permitir la despenalización del aborto ahora se necesitarían los votos de tres cuartas partes de los miembros del pleno legislativo.
Honduras es de las pocas naciones donde el aborto está prohibido, incluso cuando es producto de una violación, cuando la vida o la salud de la mujer o niña embarazada corre peligro, o en caso de malformaciones graves del feto. Y donde una mujer puede ir presa por sufrir un aborto espontáneo. Con la modificación al Código Penal realizada en 2020, también se multa a los profesionales de la salud que cooperen en la cirugía.
A pesar de que un cordón policial evitó la llegada hasta los bajos del Congreso Nacional, las manifestantes expusieron sus reclamos y consignas en el centro de Tegucigalpa, donde exigieron la legalización de la pastilla anticonceptiva de emergencia (PAE), prohibida desde el Golpe de Estado en 2009, a pesar de ser uno de los países con mayor tasa de embarazo adolescente de la región. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las complicaciones en sus embarazos son la segunda mayor causa de muerte entre menores de 15 a 19 años en el mundo.
Las mujeres también exigieron la aprobación de la Ley de casas refugio, la Ley de trabajo doméstico y la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo como marco protector. Demandaron la ratificación del Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1999.
Por otro lado, volvieron a reclamar por cómo la pandemia y el paso de los huracanes Eta y Iota ha profundizado la vulneración de las mujeres en sus propias casas, sin obtener respuestas del Estado.
Del plantón participaron organizaciones aglutinadas en la Plataforma 25 de Noviembre y del Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla, entre otras. Para finalizar el evento y en un año electoral donde se elige presidente, diputados y alcaldes, hicieron un llamado a no votar por hombres y mujeres que les arrebatan sus derechos, haciendo incapié en la importancia de elegir representantes que no engaveten las leyes que están pendientes de aprobación en el Congreso.
El 25 de enero es una jornada histórica para el movimiento feminista en Honduras, ya que se recuerda cuando en 1955 se conquistó el derecho a ejercer el sufragio y participar de la actividad política. Pero la consigna para este aniversario era que no había nada que celebrar, ya que en pleno Siglo XXI —y a pesar de conseguir algunos progresos como la paridad electoral— las mujeres han sufrido más retrocesos que avances en sus derechos.