Una red de corrupción enquistada en la alcaldía de San Salvador hizo todo lo posible para que un hombre de confianza de Nayib Bukele ganara contratos como productor audiovisual. Falsificaron firmas, simularon competencias, alteraron fechas en documentos… todo para cumplir con los gustos del alcalde. Mario Romero Piche, un viejo empleado de las empresas de Bukele recibió más de un cuarto de millón de dólares en servicios de producción audiovisual, una producción pagada con fondos públicos que finalmente terminaría siendo usada para la campaña del candidato de GANA.
Texto: Bryan Avelar
Fotografía: Salvador Meléndez
Edición: Ricardo Vaquerano
Una investigación de Revista Factum
I – El hombre que Nayib Bukele quiere para producir su campaña
El 31 de octubre de 2016, Mario Romeo Piche Guerrero llegó a la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de San Salvador seguro de que ganaría un contrato para la producción de un spot televisivo. Tan seguro estaba de ganar que, cuando llegó a presentar su oferta, ya había hecho el video que le iban a pedir. Es más, el video ya estaba publicado, desde hacía seis meses, en las redes sociales del entonces alcalde Nayib Bukele. Es más: la Secretaría de Cultura ya había autorizado que se emitiera un cheque a su nombre. El trabajo estaba hecho y, para que Piche cobrara su pago, solo faltaba simular una competencia y que la ganara.
Once días antes de la presentación de ofertas para la producción del audiovisual “La verdadera fuerza”, la entonces secretaria de Cultura Suecy Callejas Estrada había solicitado a la junta directiva de la institución que autorizara un presupuesto máximo de $8,858.00 para su realización. “La verdadera fuerza” tendría una duración de un minuto con treinta segundos, y destacaría la recuperación del centro histórico de la capital salvadoreña sin el uso de la fuerza.
Los documentos oficiales de la municipalidad muestran que ese mismo día, 20 de octubre, Callejas Estrada también sometió a consideración de la directiva tres propuestas para hacer el trabajo, incluida la de Mario Piche. Las otras dos cotizaciones estudiadas eran falsas. Falsas. Ese mismo día, 20 de octubre, la directiva autorizó que se tramitara el pago al ganador, Mario Piche, que unos días después simularía entrar a competencia con la presentación de una propuesta que ya había sido declarada ganadora. “La junta directiva, por unanimidad y sin abstenciones, acuerda: Autorizar la contratación de servicios de edición y producción de “La Verdadera Fuerza”, y se emita cheque a nombre de Mario Romeo Piche Guerrero por la cantidad de ocho mil ochocientos ochenta y ocho 82/100 dólares, y autoriza a la tesorera o quien haga las veces de pagador a que realice las erogaciones correspondientes”, dice el acuerdo número 11 del acta número trece de la junta directiva de la Secretaría de Cultura de San Salvador.
Factum ha documentado 12 contratos otorgados entre 2015 y 2018 por la Alcaldía de San Salvador a Mario Piche que quedaron marcados por irregularidades que van desde invitaciones a concursar para proveer cobertura a actividades ya pasadas, hasta ofertas falsas cuyo diseño lo dejaban a él como único posible ganador. Este esquema sorteó todos los controles institucionales de la alcaldía, desde las unidades que solicitaban los servicios, pasando por las unidades de contratación y adquisición y juntas directivas, hasta el concejo municipal presidido por el alcalde Nayib Bukele. El mecanismo facilitaba a la alcaldía dar contratos a un productor audiovisual que había logrado ganarse la confianza de Nayib Bukele desde antes que este fuera alcalde. Luego Bukele se convertiría en candidato presidencial del partido GANA y Piche en productor de su campaña electoral. Esto traería una ventaja adicional para los intereses del candidato: los materiales audiovisuales producidos por Piche para la alcaldía, pagados con fondos públicos, fueron usados para la campaña del candidato de GANA.
La oferta que Mario Piche presentó ante la junta directiva aquel 31 de octubre era por $8,858.82. Es decir, solo 82 centavos mayor al presupuesto máximo solicitado por Suecy Callejas, un presupuesto que, en teoría, no debía ser conocido por ninguno de los ofertantes.
Las otras dos ofertas presentadas por la secretaria ante la junta directiva tenían los nombres de Olga Castro y Andrés Marroquín. Las dos eran idénticas en aspectos técnicos: ofrecían producción a cuatro cámaras y tomas con drone. Pero variaban en el precio. La oferta a nombre de Olga Castro era por $8,999.99 y la de Andrés Marroquín por $8,950.00. Ambas eran un puñado de dólares más caras que la de Piche, lo que dejaba a este en ventaja.
Pero en realidad ni Castro ni Marroquín presentaron propuesta alguna: alguien había inventado los precios y había falsificado sus firmas.
Castro y Marroquín son viejos conocidos de Mario Piche: ambos han sido sus empleados en la productora “Dharma Audiovisual”. Olga Castro lo sigue siendo. Marroquín renunció hace algún tiempo. Factum contactó a los para preguntarles cómo, siendo empleados de la misma productora, cotizaban con precios diferentes que, casualmente, beneficiaban la oferta de Mario Piche.
Ambos dijeron que nunca habían presentado cotizaciones para la producción del documental “La verdadera fuerza”. Al mostrarles los documentos con sus nombres, los dos dijeron que la firma que los calza no era la de ellos, que fue falsificada. Los dos mostraron su documento único de identidad (DUI) para evidenciar las diferencias entre sus firmas en el DUI y las de los documentos de la alcaldía.
Falsificar firmas en un documento para obtener un contrato o simular una competencia es un delito que está contemplado en el Código Penal salvadoreño. El artículo 284 del código establece penas de tres a seis años para quien lo cometa, y si este es funcionario público la pena se agrava hasta los ocho años de prisión.
Piche aseguró en una entrevista a Factum que él únicamente presentó una cotización para la producción del audiovisual y que no sabe cómo llegaron las otras dos cotizaciones con firmas falsas a manos de la secretaria de Cultura, Suecy Callejas Estrada. Este medio contactó a Suecy Callejas Estrada a través de mensajes directos a su cuenta de Twitter para saber de dónde sacó las cotizaciones con firmas falsificadas, pero la exsecretaria se limitó a decir que no respondería preguntas de este medio y argumentó que toda esta investigación se trataba de un ataque a la campaña de Nayib Bukele.
El video solicitado por la secretaria de Cultura ante la junta directiva aquel 20 de octubre ya estaba publicado en el canal de YouTube de Nayib Bukele desde el 24 de abril de ese año, es decir, seis meses antes de ser aprobada su compra.
Revista Factum consultó cientos de documentos relacionados con los contratos entre la alcaldía y Piche, habló con exempleados de la alcaldía que trabajaron en el área de comunicaciones, entrevistó a personas que participaron en las producciones de videos y a los productores directamente involucrados en el mecanismo para otorgar contratos fraudulentos. Toda esta información muestra no solo una dinámica para favorecer a un contratista, sino cómo los fondos municipales financiaron productos audiovisuales que muchas veces carecían de mensajes de interés institucional y, en cambio, eran de carácter propagandístico en favor del ahora candidato presidencial. Es más, todos los spots estrellas producidos por Piche fueron subidos directamente al canal personal de YouTube del exalcalde Nayib Bukele y a sus redes sociales, y no a las de la alcaldía.
Factum intentó obtener explicaciones de las jefaturas involucradas en cada caso sobre las irregularidades en los contratos, pero ninguna aceptó entrevista. Los pocos que respondieron los mensajes de este medio argumentaron que esta investigación se trata de un ataque a Bukele. “Claramente Factum ya no está buscando la verdad, sino cómo golpear nuestra candidatura”, respondió Callejas Estrada.
Bukele tampoco quiso hablar con Factum. Un periodista de este medio solicitó entrevista con el candidato en cuatro ocasiones desde el pasado 13 de diciembre, por medio de su hermano y jefe de campaña Karim Bukele. Karim nunca respondió si su hermano explicaría sobre el fraude en las contrataciones para la cobertura institucional. A lo que sí respondió fue a la pregunta de por qué la campaña actual de su hermano ha estado utilizando audiovisuales pagados con fondos municipales. “No participaré de ninguna entrevista”, dijo. El pasado 23 de enero, Factum buscó nuevamente un encuentro con el candidato en un evento público, solicitando dos minutos de su tiempo por medio de Ernesto Sanabria, exasesor de Bukele en la alcaldía y ahora miembro de su equipo de campaña. Sanabria dijo en ese momento que consultaría con los encargados de la actividad para gestionar la entrevista y preguntó cuál era el tema a tratar. Al final del evento, Sanabria dijo que no se podría realizar la entrevista.
La exgerente de Comunicación Social, Sofía Medina, contestó una llamada a su teléfono celular el 25 de enero. Luego de escuchar que se trataba de un periodista de Factum, dijo que se encontraba en una reunión y que correspondería la llamada media hora después. Factum intentó contactarla tres veces más por la misma vía, pero ya no contestó.
Los únicos involucrados que respondieron a preguntas de Revista Factum fueron el productor Mario Piche y sus colaboradores Olga Castro y Andrés Marroquín.
Durante varios encuentros a lo largo de esta investigación, Piche aceptó a Factum que su vínculo laboral con las empresas de Bukele lo llevó a ser productor de la comuna a petición del alcalde. Piche dijo que los casos documentados por Revista Factum son solo una parte de lo recibido de la alcaldía, y que trabajó como productor audiovisual a tiempo completo sin tener un contrato para ello. Añadió que esto lo hizo gracias a un “pacto tácito” entre las jefaturas que respondían a Bukele y él.
La relación entre Nayib Bukele y Piche data de enero de 2011, cuando el ahora candidato lo contrató en su agencia de publicidad Brand Nölck Red America, S.A. de C.V. Posteriormente, Bukele puso a Piche como cabeza de un proyecto más ambicioso: el canal TVX. Piche, bajo instrucciones de Bukele, dio forma al canal y a su programación, contrató a todo el personal necesario y tomó decisiones editoriales durante varios años. Piche también contribuyó, aunque en menor medida, a producir la campaña audiovisual de Bukele cuando fue alcalde de Nuevo Cuscatlán, y también en la de su sucesora, Michelle Sol. Piche asegura que se mantuvo separado de la campaña de Bukele para ganar la Alcaldía de San Salvador en el año 2015; sin embargo, en agosto de ese mismo año, renunció a TVX para convertirse en productor independiente. Un mes después, pasó a trabajar a tiempo completo para la Alcaldía de San Salvador.
Estos contratos otorgados por la Alcaldía de San Salvador al hombre de confianza de Bukele violan la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (LACAP) y la Ley de Ética Guberamental, además de contener una serie de irregularidades, como falsificación de firmas, que constituyen delitos. Piche dice que él es “bueno” y que solo hacía el trabajo que le pedían los funcionarios que respondían al exalcalde.
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Cuando comenzó la relación entre Nayib Bukele y Piche en 2011, el productor audiovisual era pareja sentimental de Suecy Callejas Estrada, quien más tarde se convertiría en secretaria de Cultura de San Salvador.
Piche era, entonces, un estudiante de la licenciatura en Comunicaciones de la Universidad Don Bosco que necesitaba hacer pasantías. Para su suerte, Callejas Estrada era amiga de Gabriela Rodríguez, quien hoy es esposa del candidato presidencial. Gabriela se enteró, por medio de su amiga, que Piche necesitaba hacer horas sociales para poder graduarse, y le ayudó a hacerlas en una de las empresas de publicidad de Nayib Bukele: Brand Nölck Red America, S.A. de C.V.
“Ahí yo llegué y fue chivo porque estuve como un mes de pasante y al término de ese mes les gustó lo que hacía y me dijeron que qué ondas, que me contrataban”, cuenta Piche. Fue contratado como productor, puesto que mantuvo durante 15 meses. En marzo de 2012, Bukele lo invitó a unirse a un nuevo proyecto: un canal de televisión que meses más tarde sería llamado TVX, el nombre comercial de Starlight, S.A. de C.V. El canal empezó su transmisión en noviembre del mismo año en los canales 23 y 25 de televisión abierta.
El trabajo de Piche, como director del canal, fue darle forma al proyecto, idear los productos y contratar al personal necesario para que TVX pudiera salir al aire, como camarógrafos, productores, sonidistas, editores. Piche fue director durante tres años, y dice que al menos el primer año en esa función recibía órdenes directas de Nayib Bukele, aunque este nunca figuró en ningún papel como propietario del canal.
El 5 de noviembre de 2012, el canal 23 fue interrumpido con una campaña publicitaria que anunciaba que un “movimiento social” se había tomado el canal. Un hombre enmascarado con el personaje de la película “V for Vendetta” anunciaba que el canal era desde entonces un medio independiente y que no pertenecía a ningún partido político. Para entonces, Bukele había cumplido seis meses de ser alcalde de Nuevo Cuscatlán en representación del partido FMLN.
Según Piche, un año después del lanzamiento de TVX, Nayib se distanció de la gestión diaria del canal. “Dijo que iba a dedicarse a su carrera política”, recuerda Piche. En su lugar se conformó una dirección conjunta entre Piche, Federico Ánliker y Marlon García. Ánliker, amigo de infancia de Nayib Bukele y quien se convirtió en vicepresidente del canal, es ahora el secretario general de Nuevas Ideas, el partido político creado por Bukele. Mientras, Marlon García era una carta delegada por José Luis Merino, dirigente del partido FMLN y, según una investigación periodística de El Faro, ejecutivo del grupo ALBA.
Piche añade que durante todo ese tiempo conoció los gustos audiovisuales de Bukele y por eso se convirtió en uno de sus productores y empleados de confianza. El siguiente paso fue que Bukele lo involucrara en su proyecto político en el año 2014, solicitándole algunos videos para publicitar su gestión como alcalde de Nuevo Custatlán, con la mira puesta en catapultarse hasta la Alcaldía de San Salvador para 2015.
Piche asegura que no cobraba las producciones audiovisuales para Nuevo Cuscatlán, ya que lo consideraba como parte de su trabajo en TXV.
Bukele ganó la Alcaldía de San Salvador en marzo de 2015 y asumió el cargo en mayo. Piche dejó la dirección general de TVX en agosto de ese año para convertirse en productor independiente.
II – Una alcaldía conspira para engañarse a sí misma
La Secretaría de Cultura de la Alcaldía de San Salvador fue creada por la administración de Nayib Bukele en mayo de 2015 como una unidad descentralizada, es decir, con autonomía administrativa y financiera, y sustituyó al Centro de Promoción Cultural y Recreativo Municipal de San Salvador que había sido creado por el alcalde Carlos Rivas Zamora en 2003.
Según sus estatutos, se financia con fondos de la alcaldía municipal y debe rendir informes anuales al concejo municipal y está sometida a vigilancia y fiscalización de la Corte de Cuentas de la República.
El concejo municipal creó una institución cuya administración estaría a cargo de una secretaria de cultura y una junta directiva. La directiva sería presidida por el alcalde y tendría entre sus facultades aprobar planes de trabajo y autorizar la contratación de personal, ventas, donaciones y compras.
Uno de los vocales de la directiva sería propuesto por el presidente, es decir, por el alcalde. Bukele escogió a Mario Piche, quien fue nombrado el 20 de mayo, cuando seguía siendo su empleado en TVX. El presidente de la directiva también tendría la responsabilidad de proponer a la persona encargada de la secretaría, y esa fue Suecy Callejas Estrada.
Piche dejó TVX en agosto del mismo año y recuerda que poco tiempo después de renunciar llamó a Sofía Medina, gerente de Comunicación Social y mano derecha del alcalde, para ofrecerle sus servicios de productor audiovisual. Añade que un día a principios de octubre de ese 2015, la gerente lo llamó para decirle que necesitaban un productor audiovisual como él. Es decir, uno que conociera los gustos audiovisuales de Bukele.
Para entonces, la alcaldía capitalina había contratado los servicios de América Publicidad, S.A. de C.V. para la producción de piezas audiovisuales y colocación de pauta publicitaria. Para cubrir la demanda de la alcaldía, esta empresa solía subcontratar a productores más pequeños.
Un día, una encargada de América Publicidad llamó por teléfono a Piche para decirle que requerían de sus servicios, que sabían que él trabajaba bien y que alguien de la alcaldía había pedido su contratación.
Así, Mario Piche empezó a hacer producciones audiovisuales a través de terceros para la alcaldía y para la Secretaría de Cultura de San Salvador.
“Cuando empecé a trabajar, en octubre, con la alcaldía era por medio de la agencia, no había que hacer tanto trámite ni reporte. Empezó con un spot y una cuña; después se (me) hizo un pago mensual, por hacer los videos que pidieran de gerencia o las autónomas, según lo que necesitaban”, dijo Piche a Revista Factum.
Al preguntarle por el evidente conflicto de interés que había en su contratación en la alcaldía de Nayib Bukele, donde él era miembro de la directiva de la Secretaría de Cultura, Piche argumenta que en aquel momento le dieron una explicación muy sencilla: ningún productor lograba complacer los gustos de Nayib, “todos le quedaban mal”, recuerda que le dijeron.
Los conflictos de Piche con la ley por sus servicios a la alcaldía de Nayib Bukele iniciaron en octubre de 2015. Él sabía que, como vocal de la Secretaría de Cultura, no podía prestar servicios a la alcaldía ni por medio de terceros. Pero aún así, hizo varios trabajos, aunque contratado por la agencia América Publicidad, S.A. de C.V.
El primer spot que Piche dice recordar haber producido en esas condiciones es el titulado “San Salvador: 100 días / 100 obras”. Este video fue publicado en el canal de YouTube de Nayib Bukele el 11 de octubre de 2015. El spot es un video de un minuto exacto de duración que muestra en tres momentos letreros con la leyenda “Nuevas Ideas que se ven”, con fondos color cyan, el color que más tarde adoptaría el partido de Bukele.
Un mes después de aquella producción, Piche empezó a hacer videos para varias dependencias de la alcaldía, entre ellas Desechos Sólidos, el Instituto Municipal de los Deportes (Imder) y eventualmente la Secretaría de Cultura, de la que continuaba siendo vocal, pero siempre subcontratado por la agencia América Publicidad.
Piche recuerda, por ejemplo, la cobertura de un taller de circo impartido en el teatro de Cámara Roque Dalton a mediados de noviembre de 2015.
El artículo 26 de la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (LACAP) inhabilita a los miembros de las juntas directivas de las autónomas para ofrecer servicios al Estado. Este impedimento aplica también para las subcontrataciones. “Las contrataciones en que se infrinja lo dispuesto en este artículo son nulas”, dice el mismo artículo.
Aparte de esos trabajos subcontratados por la agencia de publicidad, Revista Factum ha documentado 12 contratos que Piche gestionó directamente con la alcaldía y que están marcados por ilegalidades.
Piche fue directivo de la Secretaría de Cultura de San Salvador durante casi año y medio, desde el 20 de mayo de 2015 hasta el 4 de octubre de 2016. En ese período obtuvo cuatro contratos con la municipalidad, de los cuales dos fueron por servicios brindados a la secretaría de la que formaba parte, y en esos 16 meses y medio ninguna alarma institucional se encendió porque él tuviera simultáneamente la calidad de contratante y contratista.
El productor dice recordar que, a los pocos meses de estar realizando producciones audiovisuales para la Secretaría de Cultura, tuvo una duda: “Yo sabía que había un conflicto de interés, verdad, por ser productor y miembro de la junta directiva, por eso pensé salirme”. Aunque dice que nunca participó en la aprobación de una contratación para sí mismo, sabía que existía un conflicto de interés.
Por eso, “en los primeros meses de 2016” dice que renunció verbalmente a su cargo en la directiva y dice que Suecy Callejas le dijo que aceptaba su renuncia, pero no de inmediato, por lo que le pidió un tiempo para encontrar un sustituto.
“Todavía recuerdo que fui a una sesión más como a los 15 días, fui así como en plan de despedida. Después ya no volví a las reuniones de la junta”, cuenta Piche.
La documentación oficial contradice a Piche: el acta número 13 correspondiente a la sesión de la directiva del 20 de octubre de 2016 menciona sobre el vocal Piche que “faltó con excusa”.
Una de las primeras producciones realizadas por Piche para la Secretaría de Cultura bajo un contrato directo se realizó a finales de febrero del 2016, promovida por la secretaria Suecy Callejas Estrada. El jueves 25 de febrero, Callejas Estrada solicitó a la junta directiva “la contratación de un productor audiovisual para cubrir eventos de la Secretaría de Cultura de San Salvador, por lo que presentó la propuesta del señor Mario Romeo Piche Guerrero”, según consta en el acuerdo número 13 del acta número tres de sesiones extraordinarias de ese año.
El contrato fue para cubrir tres actividades mensuales de marzo a mayo de ese año por $1,130.00. Un promedio de $376.66 al mes.
La segunda producción realizada por Piche para la Secretaría de Cultura data del 24 de abril del 2016. Ese día, el canal de YouTube del alcalde Nayib Bukele publicó el video “La Verdadera Fuerza”, producido por Piche. Sin embargo, el pago para este producto por $8,858.82.00, sería aprobado por la junta directiva hasta seis meses después, el 20 de octubre, mediante una falsa competencia en la que participarían dos cotizaciones más con firmas falsificadas.
En mayo del mismo año, al mismo tiempo que era vocal de la junta directiva y tenía un contrato por tres meses con la Secretaría de Cultura como productor audiovisual, la Gerencia de Comunicación Social de la alcaldía le otorgó otros dos contratos a Piche. El primero fue un contrato por $13,808.60 para la cobertura de eventos “del señor alcalde” durante los meses de mayo y junio. Este contrato fue autorizado el 20 de mayo, es decir, ya casi terminado el primer mes para el que se estaba contratando los servicios de cobertura. Piche acepta esta irregularidad con naturalidad: “No sé quién más presentó ofertas, pero se tardaron un montón en aprobar. Cuando recibimos orden de inicio varios videos ya no contaban para reportes, no podía ser retroactivo”.
El segundo contrato otorgado por la Gerencia de Comunicación Social, bajo el mando de Sofía Medina, al vocal Mario Piche fue por la cobertura del lanzamiento de la Secretaría de la Mujer y la producción de un spot llamado “El valor de ser mujer”. Cada producto (el resumen de la cobertura del lanzamiento y el spot) tenían un precio de $5,000.00, haciendo un total de $10,000 por el contrato.
Este último contrato también fue una competencia simulada en el que se falsificó documentos con firmas para dejar como único ganador a Piche Guerrero.
Una vez que Piche dejó la directiva, obtuvo otros cuatro contratos más con la Secretaría de Cultura por productos audiovisuales específicos por un valor total de $42,401.76 y un contrato más por cobertura mensual del mes de marzo del 2018 por $25,000.
III – La alcaldía pagó documentar todo… para la campaña de Bukele
El hombre de confianza de Nayib Bukele ganó por licitación uno de los 12 contratos documentados por Factum en 2017. El 27 de marzo firmó por un monto de $158,900.00 para dar cobertura a las actividades de la Alcaldía de San Salvador durante todo ese año. Aunque obtuvo el contrato por concurso público, Piche no cumplió con dos requisitos de la competencia.
La recepción de ofertas para esta licitación pública fue el 3 de febrero entre 2:00 y 3:00 de la tarde. Según el cuadro de recepción de ofertas del que Factum tiene copia, Piche llegó a dejar su oferta cuando faltaban 60 segundos para que cerrara la convocatoria. De haberse tardado 60 segundos más, la convocatoria se habría declarado desierta porque nadie más participó en el concurso.
La LACAP exige a las instituciones del Estado un procedimiento para realizar licitaciones públicas y establece que deberá promoverse la competencia. Si una licitación recibe únicamente un ofertante, deberá declararse desierta y repetirse el procedimiento, excepto si el único ofertante cumple con todos los requisitos. Y Piche no los cumplía.
Ese día, Piche se quedó esperando 40 minutos más a que se celebrara la sesión de apertura de ofertas. Fue recibido en la sala de reuniones de la jefatura de la UACI, por Carlos Ernesto Palacios Castro, jefe de la unidad, según consta en el acta de apertura de la que Factum tiene copia.
En esa reunión, Piche entregó varios sobres cerrados. Dos de esos fueron abiertos en esa reunión. En uno estaba la oferta técnica-económica y en el otro una garantía de cumplimiento emitida por La Central de Seguros y Fianzas por un monto de $7,947.00. Esta garantía era un requisito para obtener el contrato con la alcaldía y serviría para comprometer al contratista a responder a la municipalidad en caso de faltas al contrato.
Uno de los requisitos para la LP-36-AMSS-2016 era que el ofertante debería entregar una garantía equivalente al 15 % del valor del contrato. El contrato era por $158,900 y el 15 % era $23,835. Piche no cumplió con este requisito. Sin embargo, el contrato le fue otorgado. Es más, el contrato firmado entre Nayib Bukele y Piche unos días más tarde dice que la garantía sí fue el equivalente al 15 %, aunque en realidad no fue así.
Otro de los requisitos incumplidos por Piche fue no presentar las hojas de vida respaldadas por los atestados de cada uno de los miembros de su equipo. Él dice haberlo solventado posteriormente por medio de varias adendas y gracias a la guía del personal de la alcaldía.
Durante 2017, el trabajo de Piche fue documentar todo tipo de actividades de la alcaldía, incluidas las de Bukele. E incluidas algunas que nada tenían que ver con los intereses o fines de la municipalidad.
Por ejemplo, el viernes 28 de julio del 2017, la tertulia matutina del locutor Salvador Alas, conocido como “La Choly”, en la radio Scan (96.1) fue interrumpida con una plática especial con el alcalde de Salvador, Nayib Bukele. La tertulia tuvo una duración de una hora y diez minutos. Esta tertulia fue transmitida simultáneamente por la plataforma Facebook Live desde la página personal del alcalde y producida por el equipo de Mario Piche con fondos pagados por la alcaldía.
La conversación entre el alcalde Bukele y “La Choly” empezó informando que dicha transmisión puede verse a través de su página personal de Facebook “Nayib Bukele”. Durante los primeros minutos de la plática, Bukele se asegura de los detalles de la transmisión: “¿El audio de la radio es el mismo audio?”, pregunta al encargado de la transmisión por Facebook Live que está siendo pagada con fondos públicos.
Ese año, la alcaldía erogó un pago total de $158,900.00 a Piche por la cobertura de “eventos importantes” de la comuna capitalina. Según el informe de seguimiento del contrato LP-36-AMSS-2016, cada mes, la alcaldía emitía facturas por un valor oscilante entre $19,000.00 y $25,000.00 a Mario Piche. En el mes de julio del 2017, Piche reportó haber realizado la cobertura y producción de 17 eventos por un costo total de $19,324.55. Es decir, que en promedio, cada evento “importante” producido por Piche, incluida la transmisión del alcalde con “La Choly”, le costó a la alcaldía $1,136.73.
Esta tertulia se dio en el marco de las fiestas agostinas a celebrarse en la capital. La conversación fue una retahila de bromas simples y algunas con doble sentido entre el alcalde y “La Choly”, como decirse mutuamente que quisieran verse usando tacones algún día. Durante todo el desarrollo de la entrevista no se informó a la población formalmente sobre las actividades de la alcaldía en el marco de las fiestas, pero sí tuvo un resultado: el alcalde Nayib Bukele pactó un “reto” con “La Choly” para jugar paintball frente a cientos de capitalinos con la supuesta intención de recaudar fondos para donarlo al cuerpo de bomberos de El Salvador.
Según el informe elaborado por Piche a la Gerencia de Comunicación Social, para esta producción se utilizó: una cámara de video HD, un lente 35mm, un trípode, un micrófono de solapa, un mezclador de audio y una computadora laptop con software de transmisión de video.
El mismo informe también añade algunas capturas de pantalla del video donde se ve al alcalde con lentes de sol y una chumpa café al lado del locutor Salvador Alas, “La Choly”, vistiendo una sudadera blanca y un gorro.
Piche y un equipo de más de 20 personas cubrían y documentaban con fotos y videos todos los eventos importantes de la alcaldía. Entre el equipo de Piche se encontraban al menos ocho personas exempleadas de TVX.
Aunque el contrato fue administrado por la Gerencia de Comunicación Social, específicamente por Sofía Medina, Piche asegura que hizo trabajos para varias dependencias de la alcaldía como Desechos Sólidos, Instituto Municipal de los Deportes, e incluso la Secretaría de la Cultura, y que para realizarlas, preparaba un cronograma en coordinación con cada uno de los encargados de las autónomas.
La orden de inicio, un documento necesario para poder arrancar con la ejecución del contrato, fue dada hasta el 1 de mayo del 2017. Sin embargo, Piche acepta que empezó a trabajar en la documentación desde enero, cuando ni siquiera se había abierto la convocatoria, cuando aún no se sabía oficialmente si iba a ganar el contrato, cuando ni siquiera había un contrato.
De su cobertura, Piche guardó un banco de imágenes de las cuales se ha valido para producir spots televisivos para la campaña de Bukele. Es decir, con las imágenes pagadas con fondos públicos se ha alimentado la campaña del candidato presidencial.
Factum revisó los videos producidos con fondos de la alcaldía publicados en el canal de YouTube de Nayib Bukele y los comparó con los de su campaña presidencial. Este medio detectó el uso de al menos 21 imágenes idénticas que aparecen tanto en videos pagados por la alcaldía como en los videos de la campaña de Nayib Bukele.
Nadie del equipo del candidato ha querido responder sobre el uso de estas imágenes. El único que habló un poco fue el mismo Piche.
-Quiero insisitir en esto. ¿Cómo explicás que se estén usando imágenes que vendieron a la alcaldía para la campaña?
-No tengo una respuesta.
-¿Quién te pidió: “hacé este collage”?
-La gente de Nuevas Ideas.
-¿Sofía Medina?
-No… hay varias personas… o sea, yo no me había puesto a pensar… ahora estoy entendiendo… No sé si yo soy el que te tiene que responder eso porque realmente, hasta ahora, no me lo había preguntado.
IV – 11 falsas competencias
De los doce contratos con irregularidades que la alcaldía de Nayib Bukele otorgó a Mario Piche, once fueron por modalidad de libre gestión, es decir, por invitación a él y otros dos ofertantes. De estos, Factum ha logrado comprobar que al menos en tres se falsificaron las firmas de los otros dos competidores con el fin de dejar como único posible ganador al hombre de confianza del alcalde. Los otros contratos tienen a su base irregularidades que van desde solicitar coberturas de eventos que ya habían pasado, propuestas por un valor exacto al máximo presupuestado, cuando se supone que el ofertante debe desconocer ese dato, competencias simuladas entre los mismos empleados de la productora de Piche, y trabajos que el productor hizo para la comuna al mismo tiempo que era miembro de la junta directiva de la Secretaría de Cultura, algo que es prohibido por la ley. Algunos de estos casos incluso juntaban dos irregularidades, como solicitar cobertura de eventos que ya habían pasado y en su cotización se presentaron ofertas con firmas falsificadas.
La Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Financiera (LACAP) establece que todas las compras de instituciones del Estado serán reguladas por el “Manual para el ciclo de gestión de adquisiciones y contrataciones de las instituciones de la administración pública”. Este manual establece tres únicas formas en que las instituciones pueden realizar compras: licitación o concurso, libre gestión y compra directa.
En breves palabras, estas tres formas de compra se pueden resumir así: la licitación o concurso, en el caso de las alcaldías, se usará cuando el bien o servicio a contratar tenga un valor de más de $48,000 (160 salarios mínimos del sector comercio); la libre gestión, cuando el bien o servicio tenga un valor igual o menor a $48,000; y la contratación directa, en casos de emergencia, cuando la institución no puede esperar a realizar los procesos burocráticos que implican una compra, independientemente del costo del bien o servicio a contratar.
Según el Manual de Adquisiciones y Contrataciones, una libre gestión es una contratación “simplificada y expedita” que, no obstante, “debe dejar constancia de haber generado competencia solicitando al menos tres cotizaciones”. La única excepción a esta regla será cuando el precio del bien o servicio sea igual o menor a 20 salarios mínimos ($6,083.00).
De los 12 contratos con anomalías entre la administración Bukele y su hombre de confianza Mario Piche, 11 fueron adjudicados por libre gestión y solo uno por licitación o concurso. En los 11 primeros no hubo competencia real y en el 12 sí hubo concurso, pero Piche lo ganó sin cumplir los requisitos.
En este último caso, aparte de incumplir los requerimientos del concurso, el trabajo de Piche estaba supuesto a hacer cobertura de actividades de la institución, pero buena parte de su labor fue cubrir actividades propagandísticas del alcalde.
En el caso de los contratos por libre gestión, el manual establece que el primer paso es la solicitud de la unidad que requiere el bien o servicio a la Unidad de Adquisiciones y Contrataciones Institucional (UACI). El bien o servicio debe estar contemplado en una planificación anual de adquisiciones, o de lo contrario se deberá solicitar autorización a la entidad competente para añadirla.
El segundo paso consiste en comprobar con la Unidad Financiera Institucional (UFI) la disponibilidad de fondos para adquirir el bien o servicio. La UFI responderá a la UACI cuánto es el monto máximo con que cuenta para la libre gestión. Este monto deberá mantenerse oculto a los ofertantes.
En el caso de las alcaldías o autónomas, como es el caso de la Secretaría de Cultura, las juntas directivas pueden aprobar directamente las contrataciones o adquisiciones siempre bajo el estricto cumplimiento de la LACAP.
Para seleccionar a los ofertantes, la UACI de la alcaldía deberá publicar la información relativa al proceso de contratación en el sitio web de compras públicas (Comprasal) y remitir una solicitud de cotización a los oferentes enlistados en un “banco de oferentes” que debe ser elaborado en cada institución pública.
Luego deberá establecerse “un tiempo prudencial” para que los oferentes puedan presentar sus cotizaciones a fin de que el plazo sea igual para todos los competidores.
El manual establece que el contrato por libre gestión podrá aplicarse a un contratista cuando sea el único ofertante siempre y cuando se haya generado la debida competencia, invitando a tres proveedores distintos. En ninguno de los 11 contratos que Piche ganó por libre gestión hubo competencia.
La LACAP establece que el responsable de que se cumpla la ley en todo caso de contratación o adquisición será el titular, la junta o consejo directivo de las instituciones. En este caso, eso significa el alcalde Bukele y el concejo municipal; y los directivos y la secretaria Callejas Estrada en algunos casos.
El contrato que Piche obtuvo por licitación también lo consiguió con violación a la LACAP, pues no presentó la garantía de cumplimiento por el monto requerido, e incumplió el requisito de presentar las hojas de vida completas de sus empleados.
V – El productor de Nayib Bukele puede viajar al pasado
El 12 de diciembre de 2016, la Secretaría de Cultura de San Salvador envió tres cartas de invitación a tres oferentes distintos para participar en el proceso por libre gestión para la cobertura de la temporada de danza 2016. Las invitaciones fueron enviadas a los productores Mario Romeo Piche, Olga Castro y José Mario Castillo. El mismo día, unas pocas horas después, la secretaría recibió tres ofertas por $11,453.25, $11,600.00 y $12,000.00 de parte de cada productor, respectivamente.
En este caso, aunque los precios volvían a favorecer a Piche, y las ofertas habían sido presentadas tan solo unas horas después de haber sido solicitadas, las firmas de las otras cotizaciones no eran falsas.
Ocho días después de que fueran presentadas las tres ofertas a la secretaría, la jefa de la UACI de la secretaría, Coralia de Vega, elaboró un cuadro comparativo de ofertas en el que recomendaba contratar a Piche “por ofrecer mejores precios y calidad en sus servicios o bienes”. Este cuadro fue revisado por Elizabeth Cornejo, coordinadora de la Unidad Financiera Institucional (UFI) de la secretaría y autorizado por la secretaria de Cultura, Suecy Callejas.
El 20 de diciembre, la junta directiva de la Secretaría de Cultura aprobó el $11,153.00 a Mario Piche Guerrero por “servicios audiovisuales de la temporada de danza”. Piche estaba autorizado para grabar la temporada de danza con los eventos “Gala + Danza”, “Danza a Puertas Abiertas”, “Giselle”, “Grandes momentos del ballet” y “Cascanueces”.
Solo había un problema: los eventos a filmar ya habían pasado hacía cinco meses, en julio del mismo año.
Sin embargo, aunque no lo dice en el cuadro de evaluación de ofertas, Mario Piche era el único de los ofertantes que podía solucionar ese problema. Para ello, Piche no tenía que volver al pasado, más bien solo tenía que presentar el trabajo que ya había hecho, el trabajo por el que únicamente estaba esperando su paga.
Según Piche, después de terminar su relación laboral con la agencia América Publicidad, aproximadamente en marzo del 2016, él siguió trabajando a tiempo completo para la alcaldía, aunque no tuviera un contrato para ello. Así, cubrió mes a mes decenas de eventos que le eran pagados con contratos por libre gestión que le eran otorgados de forma más esporádica.
Esta irregularidad, según Piche, se explica en dos palabras: “pacto tácito”.
Eso, un acuerdo no hablado sino sobreentendido, es lo que existía, según el productor, entre él y la administración Bukele. Piche se encargaba de cubrir todos los eventos importantes sin importar que no hubiera contrato de por medio, y la administración se encargaba de pagarle a como diera lugar.
Así pasó con al menos un evento más para la Secretaría de Cultura. El 23 de diciembre del 2016, la misma secretaría que había contratado a Piche para una producción audiovisual hacía tres días, lo volvió a contratar para la cobertura del Festival Internacional de Cine de San Salvador (FICSS), un festival que había pasado hacía casi un mes.
Al preguntarle cómo explica que la administración Bukele lo favoreció de esta manera en específico, Piche dice que él más bien cree que en la secretaría “necesitaban producir rápido los videos. Muchas veces pasaba que pedían los videos sin mucha antelación y creo que no había forma de hacer el proceso de elaborar bases, publicar, recibir ofertas, evaluar, etc. En todo eso hubieran pasado semanas, cuando usualmente el video tenía que estar ya terminado la misma semana”, dijo el productor a este medio, aunque admite tener claro que esta forma de contratación era irregular.
VI – Contratado y contratista
Durante los 14 meses y medio que Piche fue directivo de la Secretaría de Cultura, aparte de los dos contratos otorgados por la directiva de la que formaba parte, obtuvo otros tres contratos por servicios requeridos por la alcaldía.
El primer caso comienza el 19 de mayo de 2016, cuando la Gerencia de Comunicación Social aprueba la erogación de $14,200 para los servicios de “producción audiovisual para eventos del señor alcalde en los meses de mayo y junio”.
Al día siguiente, 20 de mayo, la Gerencia de Comunicación Social solicita a tres productores diferentes una cotización por los servicios requeridos. A mayo solo le quedaban 11 días para finalizar, pero aun así se hizo la solicitud.
Las invitaciones estaban dirigidas a Mario Piche, Olga Castro y Andrés Marroquín. El primero en contestar, según los documentos, fue Piche. En su oferta, prometía entregar “Grabación de tres eventos estratégicos”, “Documentación de situación actual de espacios públicos”, y “Registro fotográfico”. Pedía, a cambio, honorarios por $13,808.60.
En este contrato entre Piche y la Gerencia de Comunicación Social, administrada por Sofía Medina, se repite el esquema de fraude usado en la Secretaría de Cultura de Suecy Callejas Estrada. Las dos cotizaciones que competían con la de Piche contenían la misma oferta técnica, pero con precios más altos: una por $14,464.00 y la otra por $13,939. Las dos tenían firmas falsas. La primera tenía el nombre de Olga Castro y la segunda el nombre de Andrés Marroquín.
En este caso, incluso, la firma falsa de Andrés Marroquín no solo es diferente a la de su DUI, sino también a la que puede verse en el documento falsificado usado para simular competencia en la Secretaría de Cultura. La firma falsa de Olga, extrañamente, en todos los casos es igual, aunque diferente a la firma de su documento de identidad.
Factum contrastó las firmas con las de los documentos de identidad de ambos productores y no son coincidentes. Este medio también les preguntó si habían sido ellos quienes presentaron esas cotizaciones y lo negaron.
El 25 de mayo, es decir, pocos días antes de que terminara el primer mes de cobertura que solicitaba el contrato, la gerente de Comunicación Social, Sofía Medina, recomendó contratar a Piche. Así consta en el cuadro de evaluación de los ofertantes. En ese documento, Sofía Medina escribió: “Se recomienda adjudicar los servicios de producción audiovisual para eventos del Sr. Alcalde en los meses de mayo y junio al señor alcalde por un monto $13,808.06 por haber demostrado experiencia y conocimiento del trabajo requerido”.
Para entonces, Piche llevaba casi un año trabajando para la Alcaldía de San Salvador. Su trabajo consistía en documentar el trabajo de la gestión Bukele y algunos eventos estratégicos del alcalde para fortalecer su imagen. Con todo ese material, Piche creó un banco de datos que más tarde servirían para crear spots publicitarios de la campaña presidencial de Bukele.
El segundo es del 23 de mayo de 2016, con motivo del lanzamiento de la Secretaría de la Mujer de San Salvador por parte de la alcaldía. En el evento participaron el alcalde Nayib Bukele y su esposa Gabriela de Bukele. Para darle cobertura al evento, la Gerencia de Comunicación Social había convocado el 12 de mayo a tres ofertantes mediante un proceso de libre gestión. Los ofertantes eran, de nuevo, Mario Piche y Olga Castro, y un tercero de nombre José Mario Castillo.
El mismo día se presentaron las tres ofertas. La oferta de Mario era de $10,000 exactos. $5,000 por la cobertura y $5,000 por el spot. La oferta de Olga, igual que las otras veces que compitió contra su jefe, era ligeramente más cara: $10,700. La de Castillo era por $11,300.
El mismo día, la UACI de la alcaldía emitió un cuadro con la comparación de ofertas, y Sofía Medina, gerente de Comunicación Social, escribió el siguiente comentario a mano: “Se recomienda adjudicar el servicio de producción audiovisual para cobertura de evento “Lanzamiento de la Secretaría de la Mujer” al proveedor Mario Romeo Piche Guerrero por el valor de $10,000, debido a ser la mejor oferta económica más baja”.
Esta otra competencia también fue irregular, aunque Olga Castro estaba compitiendo en teoría, seguía siendo miembro del equipo de Mario Piche. El contrato produjo un video llamado “El valor de ser mujer”. Factum consultó con tres mujeres que participan en dicho spot, publicado en el canal de YouTube de Bukele. Las tres contaron que quien las había contactado para ser filmadas fue “una persona llamada Olga Castro”. Una de las mujeres que participó en el spot aceptó ser identificada. Su nombre es Claudia Zaldaña y en el video aparece tocando la batería. Las otras dos mujeres prefirieron ser simplemente nombradas como dos actrices que también participaron en el video. Zaldaña contó a Factum que luego de que Olga la contactó, fueron a un espacio donde poder filmarla tocando la batería. Olga llegó con Piche y al final de la filmación le entregaron $20. Una de las actrices también manifestó haber recibido $20, y se quejó de “un engaño”, ya que, según ella, nunca les dijeron que participarían en un spot que saldría en la televisión.
El tercer contrato que ha logrado documentar Factum ocurrió en el mismo mayo de 2016. Para esta libre gestión, la Gerencia de Comunicación Social únicamente invitó a Piche.
La invitación era para brindar “servicios de producción audiovisual para transmisión de entrevista en YouTube en el despacho del señor alcalde como estrategia de comunicación social”. La invitación fue enviada a Piche el 20 de mayo y tres días más tarde, Piche la respondió con una cotización de $878.00 por la transmisión.
Como ocurrió durante toda la gestión Bukele, Piche, el hombre de confianza del entonces alcalde y ahora candidato, ganó de nuevo.
Este reportaje es republicado en el marco de la Red Centroamericana de Periodismo de Investigación entre Factum, Contracorriente y No Ficción.
1 comentario en “El dinero alcanza cuando los contratos son para los amigos de Nayib”
Hola! Muy interesante reportaje, es increíble le como la corrupción tiene w que estar ligada a la política, en un inicio pensé que Bukele, había llegado a la presidencia jugando limpio, pero a decir verdad, alguien con raíces de otro países, que se puede esperar.