
Ese man nunca falta
Ese viernes fue el primero en por lo menos tres años en que el man del sombrero no llegó a la cancha. Yo no lo había notado, hasta que Toro preguntó:
Ese viernes fue el primero en por lo menos tres años en que el man del sombrero no llegó a la cancha. Yo no lo había notado, hasta que Toro preguntó:
Desde aquí, desde el balcón me gusta ver a Miguel. Él siempre está mirando la tele. Recuerdo que todos los días desde su ventana me saludaba y me hacía señas con las manos de que en diez minutos salíamos. Desde aquí, yo también miraba a otros vecinos que eran mis compañeros de grado, pero ninguno me hacía señas.
Don Cosme estaba seguro de que moriría el 17 de noviembre de 1963, así que un par de meses antes se preparó para ello. Como si se tratara de una boda o de otra celebración, convocó a sus familiares y amigos cercanos. Nadie lo tomó por broma o locura debido a la exactitud con la que predecía los acontecimientos familiares, incluso las muertes. Nunca se supo en qué se basaba don Cosme, pero no tenía la costumbre de fallar.
Por Josué Álvarez Foto de portada: Pixabay —Licenciado… —La voz, de un inconfundible acento de barrio, salió de una figura corpulenta e intimidante. Era Gilberto,
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