No mueren, las matan
Las palabras hacen cosas. Nacen en el pensamiento y se materializan en el habla, la escritura y hasta en los gestos. Poseen fuerzas ilocutivas y perlocutivas, es decir, tienen intenciones y provocan efectos. Son instrumentos para comprender el mundo. Pero no son neutrales. Portan las ideologías, valores y creencias de quien las materializa. Por ello, es sumamente necesario cuestionar la forma en que las usamos y las doctrinas que mediante ellas se comunican.