No todos son lo mismo
La puerta principal de la escuela a la que va mi hijo estaba entreabierta. Era viernes 20 de octubre por la tardecita. La primera sala, en penumbras, se sentía fresca. No ví a nadie, intuí que la reunión a la que fuimos citadas las familias era en el salón de actos. Di un paso y ante mí se desplegó el enorme pasillo al que dan las aulas.